capitulo 24

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¿Cómo no enamorarme?

Aun continuaba pensando el por qué seguía con ella de esta manera. Comenzaba a sentirme incomodo, yo no debería de estar haciendo esto. Yo amo a Elisa. Elisa es la que está saliendo conmigo, no esta niña. Pero... decidí dejar mis sentimientos de lado, tenía mucho sueño como para preocuparme por eso. Cerré los ojos y dejé de saber de inmediato lo que estaba pasando.

-

Annie-.

Me desperté y miré el reloj de pared el cual me indicaba las siete con treinta y dos minutos. Sentí unos brazos rodearme por la cintura, me removí incomoda y miré a quien estaba haciendo dicha acción. Mi estomago no tardo en sentir esas mariposas las cuales se devoraban frenéticamente unas con otras. Comencé a sentir frio en la habitación, cerré los ojos y me acurruqué aún más con James. Él continuaba respirando tan tranquilamente. No lo despertaría, pues no durmió casi nada por mi culpa.

James-.

Abrí mis ojos debido al calor que sentía. Sin darme cuenta alguna parte del cabello de Annie estaba en mi boca. Lo escupí y pude notar que estaba mucho más apegada a mí. Rodé los ojos y sin pensarlo decidí moverme, ya comenzaba a incomodarme. Ella se quejó en susurro y decidí hablarle.

-Haces que me de calor, estas demasiado caliente –ella abrió los ojos como plato.

-¿Seguimos hablando de la fiebre, cierto?

-Ay eres una sucia... -reí bajito-. ¿Podrías dejar de pensar cochinadas por primera vez en tu vida y pensar seriamente para que te recuperes? –Ella rio.

-Lo siento... -sonrió-. No me siento tan bien para ser sincera, no he tomado ningún medicamento desde que estuve en tu casa.

-Tenemos que ir al doctor, niña.

-No quiero –hizo un puchero-. ¿Qué tal si me inyectan algo en mi trasero?

-Créeme que tú no deberías de preocuparte por eso, si no el doctor.

-No, no quiero ir –se cruzó de brazos-. No pienso levantarme de aquí.

-Bien, quédate ahí con cuarenta grados de fiebre y mocos saliendo de tu nariz.

-Sí.

-¿Ah?

-Pero contigo –sonrió, desviando la mirada. Comencé a sentir un ardor recorrer por mis mejillas ¿Qué demonios me estaba pasando? Sonreí.

-Sonreíste...

-¿Y qué? ¿Ahora no puedo sonreír? –bufé.

-Nunca habías sonreído, por yo ser la razón.... -no sonrías, no sonrías.

-Creo que estar enferma te afecta un poco la cabeza.

-Es mejor, así no tengo que ponerme totalmente ebria para decir la verdad.

-Hablo enserio, deja de hacer eso.

-¿Qué cosa? –sonrió.

-¡Eso!

-¿De qué hablas?

-De ser tan... así, como eres.

-¿Y cómo soy?

-¡Basta!

-¿Por qué te enojas? –se enderezó en la cama.

-No me enojé –bufé-. Olvídate de eso, no lo estoy. ¿Tienes hambre?

-Sí, no he comido en todo el día.

-Nunca pensé que diría esto... Dios –suspiré, rodando los ojos-. Te haré una sopa, te hará bien.

Through the dark ✓©® Ganadora Watts 2005Donde viven las historias. Descúbrelo ahora