Seis

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No corregí errores ortográficos. Antes de que juzguen.

- Foto de Ethan.

- Lean con música.

Emma camino un poco hasta llegar a la silla que estaba frente al escritorio de cristal. Ambos sonrieron.

- Creí que nunca lo volvería a ver - Dijo Emma con total honestdad.

- Había pensado en llamarle, pero usted moría por verme - Volvieron a reír por el comentario gracioo que había hecho.

- Tiene un ego demasiado grande señor Chase

- Solo Ethan, así que el viejo Ernest fue su anterior jefe

- Si, tengo una carrera en Literatura, si quiere le puedo mostrar mi currículum.

- Ernest me lo ha enviado, no se preocupé. ¿Cómo siguió el golpe?

- Bien, ya no duele.

- ¿Y su bebé?

- Creciendo.

- Siento mucho lo que paso - Un seguía apenado por lo ocurrido.

- No, no se preocupé, todo esta bien.

- Podemos empezar a trabajar desde hoy, me gustaría que revisará la agenda y que acomode todos los pendientes del día.

- Claro, yo estoy a sus ordenes.

- Me alegra que haya sido usted, y en verdad pensaba marcarle - Se le dijo con las palabras más sinceras del mundo.

- Y a mi me alegra que sea usted mi nuevo jefe.

- Le mostraré su lugar, acompañeme - Se levanto de su asiento y acomodo su chaqueta marrón, alguno hasta su nuevo puesto - Ponte cómoda, ¿puedo tutearte, verdad?

- Claro que si.

- Me alegra por que odio las formalidades, puedes tutearme ti también.

- Esta bien - Le dedico una última mirada y entró a su despacho, suspiro con inmensa felicidad, desde que vio a esa mujer no se la había podido sacar de sus pensamientos, aquella mirada desolada ahora tenía un poco más de brillo, y sonreía más.

Cuando al fin Emma pudo acomodar todo el desorden de su agenda ya iba hacer la hora de comida. Se levanto de su asiento y fue al despacho. Antes de entrar dio unos golpecitos y cuando escucho la voz de su jefe entró.

- ¿Dime? - Ethan sentía un vuelco en su pecho cada vez que la veía.

- ¿Se le ofrece algo más? Iré a comer muero de hambre.

- No así esta bien, puedes ir.

- Gracias - Salió del despacho, tomó el bolso negro y salió directo a buscar un lugar sercano donde comer, cuando las puertas del ascensor estaban apunto de cerrar Ethan venía corriendo, había pensado en no comer pero sólo en pensar en la presencia de Emma quiso hacerlo.

*

- ¿Que desea ordenar? - Emma veía todo los nombre y no entendía nada, era un restaurante muy fino y caro, ¿cómo pagaría?

- Todo es tan caro - Creyó verlo pensado pero en realidad lo había dicho en voz alta, a demás esa comida no se le antojaba, ella quería una hamburguesa con papas, no esta clase de platillos.

- Por los precios no te preocupes, yo pagaré.

- ¿Que? No, claro que no - Se inclinó sobre la mesa y susurró - A demás no conosco nada de esto, y no se me antoja, sólo quiero una hamburguesa con papas - El sonrió, recordó los primeros años que anduvo de novio con su difunta esposa, ella había sido de clase media como Emma y siempre prefería hamburguesas o pizza que platillos caros y de nombres raros. Tomó un billete de su cartera y se la dio como propina, tomó la mano de Emma y la guió de nuevo a su auto buscarían un McDonald's o algo por el estilo.

Dulce llegadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora