Nueve

11K 662 56
                                    

No corregí errores ortográficos. Antes de que juzguen.

- Lean con música.


Las piernas le fallaron pero Afortunadamente Ethan la sostuvo.

- ¿Estas bien, cariño? - De un derrepente Emma estaba pálida.

- Sólo fue un mareo - Mintió. Su respiración estaba entrecortada.

- Iré a la cocina por un poco de agua - Ella asintió y se acomodó en el sofa.

- ¿Qu-Que quieres? - Tenía una ganas de llorar, de decirle todo lo que sentía hacia él.

- Y-Yo - Trago saliva - Quería saber de ti.

- Eres un maltito sinico - Hablaba en voz baja - Sabes que, déjame... déjame en paz. Creo que ya me hiciste sufrir de masiado - Ya tenía lágrimas en su rostro.

- No, Emma, quiero estar contigo y mi hija, Dios, estoy haciendo todo esto por ti - Los ojos de John estaban aguosos. No quería perderla.

- No es tu hija, es sólo mía. Okay - ¿Cómo se atrevía a decir que era su hija? La había negado y a ella la había tratado como a una cualquiera.

- Se que hice mal, pero me arre... - Colgó antes de que terminará la palabra. Emma corrió a los brazos de Ethan para refugiarse en ellos. Lloraba con tanta fuerza y dolor que a él le dolía verla así.

Por otro lado John ya prácticamente había destrozado todo de su habitación, cuando ya no tuvo más fuerzas para arrojar cosas cayo de rodillas y lloro como un niño pequeño y sustado, era obvio que ella no quería saber nada de él, sabía que se lo merecía, pero no quería aceptarlo. Él la amaba y tenía que recuperarla costará lo que costará.

*

- Hola, Ernest - Le saludó por la bocina del móvil.

- ¿Cómo has estado, hija?

- Bien - Acarició su barriguita sintiendo una que otra patadita de su pequeña.

- ¿Ya tienes nombre para mi pequeña nieta?

- Si, Victoria - Dijo con una sonrisa en su rostro.

- ¿Que? ¿Victoria?

- Por su abuela, la... la madre de él - La sonrisa se había esfumado de su rostro - Ayer - Tomó suficiente aire - Me hablo, estaba con Ethan. ¿Porque aparece ahora?

- Y-Yo - Suspiro resignado, sabía se iba a molestar - Me rogó por tu número, Dios, juro que me negué pero él están... - No encontraba la palabra.

- Insistete y manipulador - Susurro Emma, ya lo conocía demasiado bien.

- Disculpame, se que debes estar molesta y lo entiendo.

- No, no lo estoy, se como es - Se encogió de hombros aun que sabía que el no la podía ver.

- Bueno, no hablaba para esto, mañana tengo un viaje a Nueva York por una semana y me encantaría verte también saludar a Ethan.

- Me encantaría, lo estaremos esperando.

- Gracias, debo irme, hablamos después - Terminó la llamada.

Emma tomó su bolso y decidió ir al parque a caminar y distraerse un poco pues la llamada de John la había dejado con malos recuerdos, camino varias calles pues el parque estaba un poco serca de su casa. Cuando llegó miró un puesto de chocolates calientes y otras cosas para quitar el frío invierno de diciembre, y vaya que si hacía frío nevaba, el parque estaba con un hermoso manto blanco que cubría prácticamente todo a su paso, se acercó aquel puesto y pidió uno.

Dulce llegadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora