Dulce llegada

Diecinueve

No corregí errores ortográficos.

- Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querida Victoria, ¡feliz cumpleaños a ti! - Todos los que se encontraban en aquel jardín aplaudieron.

El primer año de Victoria, habían organizado una pequeña fiesta familiar, estaban los padres de Ethan, los abuelos, padres y hermano de John, los padres de Fer y su novio, el papá de Emma y otras pocas amistades muy apegados a los invitados.

- Ahora apaga esas velas, corazón - Gritó Fer tan alegre como siempre.

La pequeña estaba fascinada con su fiesta, como su única caricatura favorita era Princesita Sofia la vistieron identica, su cabello rubio un poco largo estaba suelto con sus rizos naturales y una corinita, vestido, zapatos, todo era igual a la serie infantil.

- Papi - John la tomó en brazos, simplemente hacia lo que ella le pidiese con tal de verla sonreír.

- ¿Quien es la reyna más hermosa de este mundo? - Beso su mejilla.

- ¡Yo! - Alzó sus manitas, levantó sus pequeños pero gruesos labios para darle un inocente beso a su padre de piquito.

- Ve a jugar - Le indicó a un par de niños.

Ya sabía caminar por si sola pero de vez en cuando se caía. Recordaba cuando la vio por primera vez caminar.

Llegó ese día por ella como todas las tardes.

- ¿Y Vicky? - Preguntó a la empleada.

- John - Emma lo llamó con su hija en brazos, él se acerco para tomarla pero ella lo detuvo con un ademán - Espera ahí.

La puso en el piso de pie, la niña dudo pero dio un paso y se tambaleo por unos segundo, un poco más segura siguió con los pasos restantes y él la recibió más feliz que nunca.

Salió de sus recuerdos cuando escucho el ya reconocido llanto de Victoria. La busco con la mirada y la encontró en el suelo que por suerte tenía césped, ya Ethan la estaba levantando y la abrazaba para consolarla.

- ¿Qué sucede, cariño? - Ella lo abrazaba, John sintió la rabia correr por su cuerpo.

- Papi John - Sollozaba.

- Estoy aquí, hermosa - Él la tomó en brazos - ¿Qué sucedió? - Preguntó limpiandole las lágrimas con su mano desocupada.

- Niños malos, me empujaron - Hizo un puchero y volvió a llorar, John se giró en busca de los mocosos que habían lastimado a su más preciado tesoro, los ubicó jugando con una pelota y sin dudar se acerco a ellos.

- ¿Quien de ustedes fue? - Hablo con voz grave, los niños de no más de cuatro años lo observaron, casi temblaban.

- Él - Victoria señaló al niño pelinegro.
- Tú - Señaló al niño - Si vuelves a mirar aun que sea por error a mi hija te daré unas buenas nalgadas - Gruño, el niño salió corriendo con lágrimas en los ojos.

- John, es sólo un niño - Emma se puso a su lado.

- Lastimó a Victoria, no voy a dejar que nadie le toque ni un sólo cabello.

- Victoria esta bien, no le paso nada, además estaban jugando - La observó por unos minutos, estaba vestida tan elegante pero simple a la vez, siempre tan natural, tan ella, quería darle un beso en ese mismo instante.

- Ma... Mami - La pequeña llamó la atención de ambos, Emma le dedico una tímida sonrisa a él antes de tomar a la niña.

- ¿Quieres ir con el abuelo Will? - Vicky asintió.