Dos

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No corregí errores ortográficos. Antes de que juzguen.

- Lean con música.



La noche habia sido horrible, cuando desperto casi a las seis y media de la mañana lo primero que hizo fue hablarle a Fer. Necesitaba de su ayuda y sabia ella nunca la abandonaria.

- Diga - Se escuchaba un poco de ruido.

- Fer, soy... Emma.

- Emmi, ¿Como estas, cariño? - Tenia casi un mes sin saver de ella.

- No muy bien - Tenia irritada la gargata y hablaba en voz baja.

- ¿Que te hizo el hijo de... - No termino la frase, por alguna razon desconocida lo odiaba.

- Fer, estoy... embarazada - Susurro, Fer de tubo el auto en seco importandole una mierda la fila de autos que estaban tras de ella.

- Emma... esa... es una buena noticia - Se escuchaban autos sonar la bocina, pero a Fer no le importaba.

- Lo se, pero... necesito tu ayuda - Dijo desesperada.

- Y ¿John? Emma no pensaras en desa... - No terminó la frase porque Emma la interrumpió abruptamente.

- ¡¿QUE?! No claro que no. El dijo que... este bebe no era suyo - No pudo seguir, habia llorado tanto que las lagrimas no salian, pero el nudo en la garganta no se iba, con el dorso de su mano limpió su nariz ya enrojecida.

- ¿QUE? - Grito, si ya lo odiaba ahora con mayor razón.

- ¿Podria, irme a Nueva York? No tengo donde quedarme aqui.

- Por supuesto, las puertas de mi apartamento siempre seran abiertas para ti y ese pequeño ser que esta dentro de ti.

- Tomare un vuelo hoy mismo para Nueva York - Emma nunca habia ido a Nueva York, y en esos momentos nada le emocionaba.

- Acabo de salir del trabajo cuando estes en el aeropuerto me marcas para ir por ti. ¿De acuerdo?

- Si, Fer y... gracias, te quiero.

- Y yo a ti, lo siento, a ambos - Corrigió su amiga, aún que no conociera aún a ese pequeño ser ya lo adoraba.

Se dio una ducha rapida y pidio aun taxi, la mañana estaba nublada y parecia traería agua, el dia era gris como su estado de animo, cuando el taxi llego, fue a recepcion y entrego las llaves, el taxista metio la maleta en el porta equipaje.

- ¿A donde señorita? - Pregunto mirandola por el retrovisor. Le dio la direccion del apartamento de John, tenia que dejar las lleves de ese lugar, cuando llego, penso por un momento si irse de largo o bajar.

- Espereme aqui, vuelvo enseguida - El taxista asintio y la espero, Emma, le dejo las llaves a Bob, se despidio y volvio a subir al taxi - Al aeropuerto - Susurro pero el taxista escucho.

Emma miraba las calles, cuanto extrañaria ese lugar que habia sido su hogar por muchos años, el que le habia brindado momentos malos y buenos. Sonrio nostalgica. Una hora despues llegaron, el chofer la ayudo a bajar la maleta.

- Gracias - Le pago. Con paso torpe entro en la enorme instalacion y fue directo a comprar el billete que la llevaria lejos del sufrimiento, lejos de el, de su amor de su tormento, de su pasion de su... dolor. Respiro pero ese acto hizo que su pecho ardiera.

- Buenos dias - Le dijo a la chica de los vuelos.

- Buenos dias, ¿Le puedo ayudar en algo? - Emma asintio.

- Un billete para Nueva York - Miraba todo su alrededor, como si todo fuera en camara lenta.

- El vuelo sale dentro de dos horas.

Dulce llegadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora