Cinco

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No corregí errores ortográficos. Antes de que juzguen.

- Foto de Ernest.

LEAN CON MÚSICA.


Con los nervios a flor de piel Emma cruzó las puertas del hospital, tenía que verlo.

- Señorita - Habló a una de las enfermeras recepcionista.

- Buenas noches - La saludo con una amable sonrisa.

- La habitación del señor Hemsworth - Las manos de la muchacha sudaban.

- Suba el ascensor hasta el piso seis, después el pasillo a la derecha puerta cuatrocientos ocho - Emma agradeció y entró en el ascensor, marco el número seis sentía que el ascensor no avanzaba, cuando se abrieron las puertas salió corriendo por el pasillo buscando aquella puerta.

- Cuatrocientos uno, dos, tres, cuatro - Corrió un poco más importandole el dolor en sus costillas, tenía que verlo lo más rápido posible - Cuatrocientos ocho - Musito con alegría, cuando tomó la perilla la mano le temblaba, la giro y muy despacio abrió la puerta, estaba la luz prendida.

Cerró la puerta tras de sí y lo observó desde ahí, postrado en aquella cama, con los ojos cerrados y aquellas mangueritas que le llebavan oxígeno a sus pulmones desde su nariz, sonrió con tristeza, tomó valor y camino hasta la camilla, lo miraba con adoración, tomó su vientre y lo acarició.

Tu papi, pequeño. Se dijo mentalmente, con su mano rozó la de él y en aquel contacto el abrió los ojos.
- John - Dijo sorprendida, se acercó un poco más, el sólo la miraba con los ojos acusos en cualquier momento empezarían a caer las lágrimas, ella tomó su mano y el intentó apretadas un poco pero no pudo. Quería decirle que la amaba, que era su vida entera, pero las palabras no salían, no podía hacer nada y se sintió impotente, las lágrimas resvalaron por aquellos ojos azules, y Emma sintió morir, jamás lo había visto llorar, con suma ternura limpio aquellas gotas saladas.

- Te amo, John - Le susurró serca de su oído. Besó su mejilla y después sus labios, el quería corresponderle pero su cerebro no le respondía para hacer lo que el mas quería, empezó a mover los ojos desesperado queriendole decir algo - Estoy aquí amor, tranquilo - Tomo asiento en la camilla con mucho cuidado pues su costado no dejaba de doler, ella le sonrió.

John con sus ojos enrrojecidos la observaba como si fuera la primera vez, la recorria con la mirada, recordo que ella estaba embarazada y su mirada se instaló en su vientre aun plano, Emma se dio cuenta, tomó la mano de él poniendo la delicadamente sobre su vientre, ambos se miraron a los ojos.

- John, yo te juró, te juró que este bebé es tuyo como lo es tan mío, por favor, por favor créeme. Jamás te fui infiel - El derramaba lágrimas, entendió que era la verdad - Te amo, John créeme.

- Emma - La sacudió Fer un poco fuerte para que despertará, ya tenía casi cinco minutos tratandola despertar pues los sollozos y lágrimas que corrían por su mejilla la habían preocupado demasiado. Abrió los ojos mostrando tanto miedo como tristeza - ¿Porque llorabas así?

- Fer, John... esta en terapia intensiva.

- ¿Tubo un accidente? - No le caía bien pero le preocupaba.

- No - No quería decirlo porque le daba un poco de pena.

- ¿Entonces?

- Fue una... sobredosis - Fer tapó su boca con las manos bastante sorprendida - Ernest me habló esta mañana - Acordándose tomó rápido el móvil y miró si no tenía alguna llamada perdida, también miró la hora casi las cuatro de la tarde, Dios había dormido demasiado.

Dulce llegadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora