Capítulo 25

294 19 3
                                    



    Erick insistió a que el doctor me examinara, terminé accediendo, las heridas no eran tan graves sólo las curaron y desinfectaron con alcohol y una mota de algodón, en cuanto a mis moretones tampoco era muy peligrosos, debía esperar a que se quitaran por si solos, con suerte no salí con huesos rotos ni nada parecido.

    Salimos del hospital lo más rápido posible, no queríamos perder el ferry.   Llevábamos

— ¿Puedo ayudarte? —preguntó Brian posando su mano en mi equipaje.

— No, gracias, yo puedo con ésto —negué alzando la maleta con dificultad.

— ¡Oh Venga! Jamás he sido tan educado cómo ahora y menos con una chica —insistió enarcando una ceja, ahora todos me tratan cómo una bebé sólo porque intentaron abusar de mí, pero eso no cambia nada, sigo siendo la misma, aún no aceptan que puedo valerme por mi sola.

— Está bien señor educado —dije burlona, le entregué la maleta y siguió caminando.

    Se tambaleaba de un lado a otro por el peso de la misma, reí y me dispuse a caminar.  Brian estaba haciendo cosas nuevas, cosas que jamás había experimentado, y todo lo estaba haciendo por una razón que tiene nombre y apellido, Ellie West.

    Compramos los boletos y nos sentamos a esperar, mi mente estaba inundada por Axel, pensé que causaría una catástrofe en Mykonos de tanto pensar en él, una explosión quizás, pero no, eso no podía pasar porque todo estaba en mi mente y seguiría a ahí por siempre.

    Imaginaba verlo llegar al puerto con una sonrisa de oreja a oreja, que me abrazaría hasta dejarme sin aliento y que me dijera cosas bonitas en un simple susurro, eso era lo que quería pero sólo existía un porcentaje muy bajo de que realmente ocurriera, en resumen: era casi imposible.

    Agité mi cabeza levemente para deshacerme de esas ilusiones absurdas y giré la cabeza para ver a Brian que tenía sus grandes ojos azules posados en mis labios, reí y le di un beso rápido, acarició mi hombro y bajo hasta mi mano sujetándola con fuerza, luego susurró unas palabras casi inaudibles, pensé que había escuchado mal, por lo que me acerqué aún más a su rostro y lo volvió a repetir ésta vez un poco más fuerte: —Axel está aquí—.  

    Abrí los ojos cómo platos y comencé a buscarlo con la vista dentro de la multitud que había en el lugar, hasta que lo visualicé.  Llevaba una camiseta color verde claro, unos jeans, unos zapatos comunes y su equipaje, además de un hermoso ramo de rosas rojas.  Pegué un salto del asiento y sujeté la cadena que me había dado, me fijé en su cuello y también la llevaba puesta, mis ojos se humedecieron y corrí hasta él.

— ¡Axel! —exclamé con alegría de verlo aquí conmigo, las probabilidades de que lo volvier a ver eran muy bajas, pero estaba aquí.  Aunque pienses que algo es imposible, recuerda que no hay nada imposible si tienes fé y verdaderamente lo crees.

— Ellie, no quiero perderte, tengo que explicarte todo, debo decirte la verdad —dijo después de darme un cálido abrazo.

    Me entregó las hermosas rosas, sujetó mi rostro y besó la punta de mi nariz, tal y cómo lo hacía antes.  Nos acercamos a los asientos dónde hace poco me encontraba sentada y él saludó amablemente a Erick, Brian y Nicky, ella era la única que tenía una sonrisa flamante cómo la mía, porque Erick y Brian no se encontraban muy felices con su presencia.

    Invité a Axel a sentarse junto a mi, quería escuchar lo que diría, quería oír la explicación que tenía para darme, quería oír la verdad.  Acomodé mi cabello y me entretuve en su mirada mientras hablaba de lo que realmente había sucedido.

Un viaje de Verano © | Borrador |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora