Me dispuse a abrir la puerta con cierto temor, que creaba un sensación en mi estómago y se removía sin control, pero antes de continuar, giré mi cabeza para ver a Axel, aún no podía creer que él estuviera aquí conmigo, delante de mis ojos observándome detenidamente cómo si buscara algo importante en mi rostro. Sus ojos verdes me hacían pensar en una hermosa y pulida esmeralda, esa mirada que forjaba algo en mi interior, algo inexplicable, pero fantástico.
Solté la manilla de la puerta y di algunos pasos para quedar enfrente de él, Axel sujetó mis manos y mordí mi labio inferior para contener las intensas ganas de llorar, por lo que un nudo se posó en mi garganta.
- ¿No le dirás a tu hermano? -susurró, aún sosteniendo mis manos, bajé la mirada y negué con la cabeza, no estaba preparada para contarle semejante noticia-. Está bien -asintió y miró a Brian, que nos mirada con un poco de celos, y continuó-: Encárgate de que Erick no se de cuenta de que Ellie estaba llorando, yo fingiré que se ha quedado dormida.
Pasó un brazo por mis muslos y otro por detrás de mi espalda, alzándome sin ningún problema. Tenía un olor peculiar que hacía que todos mis problemas se desvanecieran por algunos segundos. Pegué mi nariz a su garganta, sintiendo cada movimiento que hacía ésta, proseguí pasando mis manos alrededor de su cuello y cerré los ojos provocando que una lágrima se deslizara por mi mejilla cayendo luego en su pecho, humedeciendo la camisa azul oscuro que tenía.
Como tenía los ojos cerrados solo podía suponer lo que pasaba a mi alrededor, avanzamos y Brian iba delante para cubrirnos, abrió la puerta de la habitación -Lo reconocí por el sonido que produjo la manilla-, y entramos, colocándome en la cama y cubriéndome con un suave edredón.
- ¿Por qué se quedó dormida? -escuché preguntar a Erick- ¿Permitiste que bebiera, Brian?
- Solo nos tomamos unos tragos -negó nervioso.
- ¿Qué haces tú aquí? ¿No fue suficiente el dolor que le causaste a Ellie? -Dijo Nicky enojada.
- Yo ya me iba -susurró Axel. Salió de la habitación, marchándose quién sabe dónde.
- Quiero que sepas que mañana mismo nos vamos a Santorini, hablaremos de ésto y una noticia que tengo que darles, sinceramente no sé cómo Ellie lo asimilará -cerró de un portazo, abrí un ojo lentamente y cuando me aseguré de que no había más nadie que Brian y yo, abrí el otro y suspiré aliviada.
Se rascaba la nuca con irrefutable duda y tristeza, me miró y fingió una sonrisa. Se sentó a mi lado y se quitó la camiseta dejando a la vista sus deseables y perfectos músculos, se acercó con lentitud a mi, sin dejar de verme directo a los ojos, me abrazó con fuerza acurrucándome en sus fuertes brazos y dándome un cálido abrazo, alcé la mirada y pude observar su mentón, él bajó la suya y quedamos tan juntos que no pudimos evitar plantarnos un delicado beso en los labios.
- Me viste desnuda -Solté con nerviosismo. Ahora que lo pienso mucho mejor, ando con muchos nervios últimamente.
- Lo sé, no era así cómo quería apreciar tu cuerpo desnudo, pero las cosas pasan por algo, quizás sea la primera y última vez que lo vea -enarcó la ceja y luego besó la punta de mi nariz.
- No, no digas eso -refuté-. Brian ¿Tú me amas?
- Ellie, yo a ti te amo demasiado, no deberías preguntar eso -acariciaba mi cabello, se detuvo y prosiguió-: ¿Por qué los preguntas?
- Nada, solo quería saber -volví a acurrucarme en sus brazos cayendo después en un profundo sueño.
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Un viaje de Verano © | Borrador |
Teen FictionEllie West, es una chica de Nueva York, que se verá encerrada en una hermosa historia de amor, pasión y romance -Quizás no tan hermosa-, en un viaje de verano que hará abrir su imaginación y la ayudará a darse cuenta de que el mundo no es tan malo...