Yacíamos ahora en la habitación. Lo único que hicimos en la ducha fue jugar con el jabón y la espuma que éste esparcía, además de unas cuantas salpicaduras de aguas. Lo que quería era refrescarme, y lo logré.
Jamás nos despojamos de nuestra ropa, lo cual es extraño viniendo de un chico como Brian, aunque el mismo dijo <<Cambié por amor>> ¿Acaso se había enamorado de mi?
Ahora reíamos a carcajadas limpias. Fui en busca de una toalla en mi maleta para secar el agua de mi cuerpo, que goteaba como una cascada.
Brian hizo lo mismo y agitó su cabello, estaba tan cerca de mi que unas gotas cayeron en mi cara, parpadeé varias veces para lograr enfocar mejor mi vista, ya que una de esas gotas había caído en mi ojo, cuando lo conseguí pude observar que Brian miraba perplejo mi cuerpo.
—Deberías cubrirte —dijo un poco... ¿nervioso?
Miré mi cuerpo para ver el motivo por el cual el decía eso. ¡Obvio! Se me notaba todo, y cuando digo todo, es todo. Otra vez no llevaba brasier, para colmo el vestido era blanco, que ahora se había convertido en uno transparente.
—¡Brian! ¡No mires! —grité avergonzada.
Con la toalla me cubrí, y éste solo reía con diversión, pero para mi no era nada divertido, ni chistoso, al contrario era muy bochornoso. Noté que mis mejillas estaban ardiendo >>Seguro me sonrojé<< pensé.
—Ellie, necesito que te salgas un momento de la habitación para cambiarme —dijo, tomando algunas prendas secas de ropa para ponerse. Estaba empapado igual que yo.
—No, yo lo haré primero —digo empujando a Brian a la salida.
—Ésta vez no querida—.
Me haló bruscamente del brazo y logró sacarme de la habitación, cerrando la puerta en mi cara. Abrí la boca formando una inmensa "O", al parecer a éste chico no le habían enseñado la regla de: Primero la damas. Quizás no soy una dama, ¿o si? en fin, el punto central es que soy una mujer, por lo tanto merezco respeto.
Comencé a golpear la puerta con mucha fuerza, sentía que de pronto rompería la misma, pero aún así no paré, y luego grité:
—¡ÁBREME LA PUERTA! ¡BRIAN! ¿ME OYES? ¡BASTARDO! —seguía golpeando sin detenerme. La última palabra cómo que lo hizo enojarse y justamente era lo que quería.
La puerta se abrió y me haló nuevamente, ésta vez hacia adentro, cerró con seguro y se cruzó de brazos, luego colocó su amplia sonrisa, acarició su mandíbula y rió.
—Ellie la puerta estaba abierta, la podías abrir —.
Sus palabras me dejaron en shock, me iba a dar un infarto fulminante, o como les digo yo un mini-infarto (esa horrenda puntada). Sentía que me desmayaría.
—Yo... Eh... ya sabes —tartamudeé, lo que decía no tenía coherencia por lo que frunció el ceño. No sabía como justificar lo ocurrido.
—Tranquila —hizo una breve pausa— Si querías verme desnudo, solo me lo fueras pedido y ya—.
Y ahí está, devuelta el egocéntrico e irritante Brian. Soltó una risita y bajó su cremallera, luego se giró para darme la espalda. De lo nerviosa que estaba no podía moverme del lugar, mi corazón latía a mil por horas, para tranquilizarme me dije a mi misma:
>>Dudo que se quité la ropa interior, así como así<<
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Un viaje de Verano © | Borrador |
أدب المراهقينEllie West, es una chica de Nueva York, que se verá encerrada en una hermosa historia de amor, pasión y romance -Quizás no tan hermosa-, en un viaje de verano que hará abrir su imaginación y la ayudará a darse cuenta de que el mundo no es tan malo...