Un viaje de Verano © | Borrador |

《Capítulo 40 | Final》

—Su bebé es una niña —Anunció el doctor.

Para Ellie era una excelente noticia, y para Brian también lo era, a pesar de que esperaba un niño, la noticia lo llenó de tanta alegría que comenzó a desprender lágrimas de emoción.

—Lamento no haberte dado un niño —Se disculpó Ellie un poco cabizbaja.

—No, amor. No hay de qué preocuparse, es excelente que tengamos una bebé —La consoló Brian, acercándose con cuidado—. Es mi hija, mi pequeña criatura, y sea como sea, la amo. Así como te amo a ti —Explicó él.

—¿No te molesta? —Inquirió aun dudosa.

—¡Para nada, Ellie! ¿Cómo puedes pensar eso? 

—Querías un niño.

—Pero yo no soy Dios, y si él nos mandó una bebé es por algo ¿No? Tal vez dentro de unos años nos mande el barón. Nos queda un mundo por delante.

Besó su frente y acarició con su pulgar la suave mejilla de la joven que ahora se encontraba más aliviada.

—Gané. ¡Ojalá hubiéramos hecho una apuesta! —Dijo Ellie ahora más animada.

—¿Sí? Que cruel eres —Soltó Brian haciendo pucheros. 

El doctor los miró con cierta duda y sorpresa a la vez, una pareja tan joven y tan fuera de lo común le daba una ligera sensación de querer más su trabajo, tantas personas, tantas vidas, con una historia que contar cada una, con una historia de amor, con pérdidas, fallas, errores cometidos, decepciones y consigo corazas en el corazón, la primera vez en el que la barriga de esa persona se removió por los nervios que causaba otra, un "te amo" que puso a saltar de un pie a muchos, un beso que provocó que las mejillas de aquella se sonrojaran. Tantas historias dentro de cada persona. Sería infinito si escuchásemos a detalle cada una. Para el doctor, eso, le causaba cierta fascinación. ¿A quién no? Sólo con encontrar una linda historia de amor basta para querer tener una igual, pero ¿Por qué no luchar para tenerla?

—Señorita West, usted me ha conmovido —Dice el Doctor con una amplia sonrisa. 

El rostro de Ellie se llenó de confusión, no entendía por qué había dicho eso y menos el porqué sonreía tan emocionado. Sí que era raro que de un momento a otro sonriera, pero debían entender que jamás en su vida había pasado, por delante de sí, alguien que lo inspirara tanto a continuar con su vida, aun cuando hace poco debía divorciarse de su esposa. Era obvio, ni Ellie ni Brian entenderían el porqué. Aquel, los atendió con gusto los meses siguientes, examinado al bebé y verlo crecer con normalidad fue tan grato para él que decidió regalarle un oso de peluche, a eso del sexto mes, dándole las gracias, aunque Ellie no lo supiera, ella fue el motivo por el que el doctor entendió muchas cosas —y eso que no la conocía de fondo—. Había podido recuperar a su esposa y estaba viviendo muy feliz en una nueva casa. <<Ellie es un milagro, es un ángel caído del cielo y su bebé lo será también>>Pensaba el doctor todos los días al levantarse. 

Al séptimo mes, Axel volvió de Francia, trayendo consigo el cuadro que Ellie había pintado, estaba tan arrepentido, tan destrozado, que no le dirigió la palabra nunca más, le avergonzaba verle la cara nuevamente a Ellie, después de humillarla tan horrorosamente, pensaba que jamás le volvería a dar otra oportunidad y, lamentablemente, así fue. Axel se había dedicado a llevar el cuadro a alguna feria u cualquier otro evento los meses anteriores; cuando estaba en Francia. "Ellie no pudo venir, por ello, lo he traído yo" Decía. Era mentira, pero gracias a esa mentira que decía, pudo conseguir un reconocimiento, sólo eso, y Ellie estaba tan agradecida de que no llegara a mayores, porque, verdaderamente, solo resultaba un simple cuadro para ella, un regalo que había hecho para su querido primo: Sebastián. Axel estuvo lamentándose cada día que pasaba, era un tormento, una culpa que no sabría si podría cargar con ella. Él ya había cogido una hojilla de acero bien afilada cuando quiso quitarse la vida, pero justo en ese instante su hermana menor, Alicia, entró corriendo a la habitación y lo detuvo, no físicamente, al contrario, solo mirarlo a los ojos bastó para hacerle saber que era una idiotez lo que iba hacer.