Justo enfrente de mí, mirándome detenidamente a los ojos, su azul me hacía querer observarlo todo el día si era necesario, sólo para descifrar el misterio que escondía, y enamorarme aun más. Nuevamente sentía nervios, él, sólo él, despierta emociones que jamás sentí.
Dio unos pasos acercándose aún más a mí, del gran y largo ventanal antiguo y clásico de la cafetería entraba mucha iluminación, lo que me hacía verlo como un ángel, sí, mi ángel guardián; tan perfecto, tan precioso, tan magnífico verlo otra vez, quería capturar justo ese preciso momento en el que él entraba y la iluminación que se dispersaba por el ventanal, lo hacía parecer un ser de otro mundo, que me cuidaba y me daba felicidad.
Alcé la mirada para observarlo mejor, pestañeé varias veces para asegurarme de que todo ésto no fuera un sueño, y no, no lo era; era tan real como el amor que existía entre nosotros.
Traté de articular unas palabras, pero el simple hecho de que estuviera conmigo me hacía callar. En esos momentos no me interesaba estar arreglada, hermosa, o bien vestida, sólo lo quería a él, es decir, le resté importancia a mi apariencia por un segundo para sacar a la luz lo que sentía, lo que realmente me interesaba en éstos momentos; estar con él.
Sus manos se posaron en mis hombros, bajaron a lo largo de mis brazos, acariciando delicadamente éstos, y continuó sujetando mis manos, dio otro paso más cerca, no dejaba de mirarme, era algo muy intimidante de su parte, y me abrazó con sus fuertes brazos, su olor me impregnó, y suspiré tranquila; me sentía segura en sus brazos.
-Ellie, vine hasta aquí para pedirte mi chaqueta y celular, recuerda que me iré -Sus palabras sonaron frías.
-¡Claro! Aquí lo tengo -Fui hasta la recamara especial para los trabajadores, y tomé lo que me pidió-, aquí está, intacto.
-¿Leíste algo? -Preguntó. Negué exageradamente con la cabeza-, Entonces, ¿Por qué tan nerviosa?
Me removí encima de mis pies, y traté de parecer relajada, pero era obvio que no expresar lo que sentía sería de otro mundo, ¿Disimular? No, eso no va conmigo, es demasiado complicado, al igual que mentir.
-¿Nerviosa? Sí -Admití.
-¿Podría saber el "por qué"? -Esbozó una pequeña sonrisa que me puso los vellos de punta.
-¿No es obvio? -Dije tan rápido como pude-, Es decir, ¿Qué tipo de nervios crees que son?
-Es por mí, eres demasiado obvia -Sin más nada que agregar, se retiró.
No sabía descifrar si fue un cumplido, o debería dolerme.
Además, había agregado que sólo venía por su chaqueta y celular, ni siquiera para despedirse, ¿Qué le sucede? ¿Tendrá algo que ver con esa tal Skarlett?
Sentía unas ganas infinitas de correr, alcanzarlo y besarlo, asimismo decirle que lo amo, sí Brian, te amo, pero no, sólo quedaría en mi imaginación, sería una simple fantasía en mi cabeza. Irónico pero real.
Ismael se acercó hasta donde me encontraba, y posó su mano en mi hombro, su mirada me hizo reaccionar por lo que alejé su mano rápidamente, no merecía tocarme, algo en mi interior me hacía odiarlo con todas mis fuerzas, no había hecho nada malo, hasta donde yo se, pero de igual forma lo odiaba, lo detestaba, y era aburrido y a la vez estresante tenerlo al lado.
-¿Entonces? ¿Vendrás conmigo? -Dijo devolviendo sus manos a los bolsillos de su ajustado pantalón.
-Sí, claro -Acepté. No quería tenerlo todo el tiempo encima, y quería librarme de él fuera como fuera.
ESTÁS LEYENDO
Un viaje de Verano © | Borrador |
Teen FictionEllie West, es una chica de Nueva York, que se verá encerrada en una hermosa historia de amor, pasión y romance -Quizás no tan hermosa-, en un viaje de verano que hará abrir su imaginación y la ayudará a darse cuenta de que el mundo no es tan malo...