INCOMODO.

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Muy lejos de Arrendell, en una isla se celebraba la reunión más importante para los reinos pequeños, y los por crearse. Era en un salón subterráneo, en las paredes había antorchas que iluminaban el lugar, en el lado posterior del salón, frente a la gran puerta había una fila de sillas altas donde estaban sentados los ancianos del consejo y a lado de estos completando un semicírculo un atrio donde se hallaban sentados los reyes y reinas quienes darían o negarían su apoyo para la conversión, cada uno con su correspondiente titulo y nombre del reino al que gobernaban, frente a ellos parados, los representantes de grandes pueblos, correspondientemente detrás de ellos sentados el "publico" que no tenia voz ni voto, solo observaban.

El objetivo de esta reunión era definir las negociaciones para la conversión de pueblos a reinos, el Líder, que era el mayor de los ancianos, mando a llamar al primero de los cuatro jefes de pueblos que esperaban ahí. Si, Estoico subió a la pequeña tarima que había en medio, frente al consejo.

-Bien- Dijo el anciano mientras sacaba una especie de carpeta con varios manuscritos- Repasemos su avance en esta conversión- empezó a mover pagina tras pagina.

-Su pueblo se ha unido con varias tribus, formando una alianza-

-Es correcto- Afirmo Estoico.

-Se cuenta con un tesoro general para sostener su economía- Estipulo el anciano.

-Correcto- Volvió a afirmar.

-Se cuenta con una armada bélica- Dijo de nuevo el líder con un tono que dormiría a cualquiera.

-Listos y armados en caso de guerra- Dijo orgulloso Estoico.

-¿No tienen problemas territoriales con otras especies?- Está vez ya fue una pregunta.

-Eso se soluciono- Dijo Estoico.

-¿Se cuenta con un heredero inteligente y capaz?- El anciano se reclino sobre su mesa mirando amenazante a Estoico.

-No dude de ello- Dijo Amenazante Estoico.

-Y este heredero ya ¿posee esposa? O por lo menos ¿prometida?-Dijo satisfecho el líder, sabía que tenía a Estoico entre la espada y la pared.

-Se había quedado que con el suficiente apoyo no se recurriría a eso necesariamente- Dijo Estoico.

-Es verdad...- Dijo el anciano pero moviendo unos papeles encontró unas estadísticas-... acá dice que conto con el apoyo de la mitad más uno, por poco ¿no es cierto?-

-Al grano por favor- Alzo la voz el jefe vikingo.

-Bien sucede que la variación que lo ayudo en la última reunión ha abdicado...- Dijo el anciano mientras señalaba el par de tronos vacios correspondientes a los reyes de Arrendell- ... Y su heredera aun no ha subido al trono, así que los dos votos que lo ayudaron para saltarse ese requisito no cuentan-

Estoico estaba furioso, en primera porque menciono la muerte de su querido amigo y su esposa, y en segunda por que al parecer el concejo no quería que un pueblo bárbaro subiera al poder como reino, pero no lo iba a permitir. Había luchado demasiado junto a su amigo para que aceptaran tratar la conversión de su pueblo en el consejo.

-No es justo, se hablo la ultima vez y se había llegado a un acuerdo ¡Exijo que se respete esa decisión!- Dijo Estoico totalmente molesto.

-Es parte de nuestra ley exigir que el heredero de un reino ascendente tenga una esposa, una reina que gobierne a su lado para asegurar el linaje de la familia real- Exigió el anciano.

-Pero no pueden obligarlo a casarse- Estoico se exalto.

-Le sugiero que se calme...- No pudo seguir.

MELODÍAS DE AMOR (JELSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora