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-¿Y donde me llevas?-Dijo con una lágrima escurriendole por la mejilla.

-A mi casa, hay que curarte eso y sacarte la bala.

A lo que ella sollozo más fuerte y rompió en un llanto de lágrimas.

-Tranquila, ¿Vale? Todo estará bien, con el torniquete que te e hecho no perderás más sangre, o al menos no perderás tanta.

-Me estoy mareando mucho, no me gusta la sangre es más, la odio... y puf, esto.-Señala su camiseta inundada de sangre.-No ayuda.

-Tranquilizate, por favor, cierra los ojos y respira, ¿Me oyes?

-Lo intento.

-No te duermas, por nada del mundo, eh, no te duermas, háblame.

-¿Sobre que?

-Pues no se, ¿Tienes familia?

-Sí, pero no, sí porque tengo madre y padre, y no, porque estan todo el día trabajando y es como si no tuviera a nadie.-Se encoge de hombros involuntariamente, pero se retuerce de dolor.-Auch, joder.

-No te muevas, sigue hablando.

-¿Porque? Tengo sueño...

-No, no te duermas, Inés, no porfavor.

-Jesús...-Susurra.

-No, no, no, si te duermes, no volverás a despertar por la cantidad de sangre que as perdido, ¿Me escuchas? ¡No te duermas!

-No puedo...-Susurra, mientras se le cierran los ojos lentamente.

-¡No, no, no! ¡Inés!

Protégeme.{Gemelier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora