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-¿Quien es nena?-Le digo mientras ando hacia el salón.

Ella no responde.
La observo, está palida.

-¿Que pasa?-Susurro.

Ella me da el teléfono sin hablar.

-¿Si?-Digo para que respondan.

-Hombre Jesus, ¿Me equivoco?

-Que quieres tú otra puta vez, no me jodas, vete.-Le grito friamente.

-Baja los humos Jesusito.-Y ríe burlonamente.

-O la dejas en paz, o nos las veremos de nuevo, Sergio.-Y aprieto el botón de colgar fuertemente.

Miro a Inés que está sentada en el sofá con la cabeza entre las piernas.

-Ey, nena, no te preocupes.-Me siento a su lado y le acaricio el brazo.

-¿Como no quieres que me preocupe Jesús? Me quiere ver muerta.-Solloza.

-Pero eso no va a pasar.-Le acaricio el mentón y subo por la mejilla. Doy un beso en esta y la cojo en peso para llevarla a la habitación, necesito ir a encontrar a Sergio.

-Duerme, ¿Vale?

-¿Te vas?-Me mira.

-Pero no tardo.-Dejo un beso en su frente y espero a que se duerma para irme.

Cojo lo necesario, por si me tengo que defender y me monto en el coche, derecho a mi destino.
Paro en un edificio de las afueras, poca casi nadie conoce estos lugares.

-¿Con quien quiere hablar?-Me pregunta una recepcionista una vez que e entrado al edificio.

-El Sr. Sergio.-Me apoyo en la mesa de cristal.

-Código.

Mierda el código.

-Emm...-Hago memoria, cierro los ojos fuertemente y pienso, ¡Ya!-27150.

-Perfecto, planta 23, despacho C.

Salgo rápidamente al ascensor y doy al 23, pienso lo que le voy a decir, que no le va a gustar nada de nada.
Toco a la puerta y oigo un profundo adelante.

-Hombre, hombre, hombre, Sergio, te diría que los días no pasan por ti, pero te mentiría.-Pongo una falsa mueca de pena.

-Jesús.-Musita con asco.

-El mismo.

-Y dime ¿puedo ayudarte en algo?-Se burló.

-Sí, muerete. Pero eso no puede ser, porque nunca desapareces.-Digo entre dientes.-Asique, vete de la vida de Inés, ¿no te das cuenta que ella está a salvo y no la vas a tocar en tu puta vida?

-¿A salvo dices que está? Pues yo creo que la acabas de dejar sola en casa, y...-Me enseña una pantallita en la que se ve como Inés está en el suelo con bastante sangre a su alrededor y unos hombres atando sus manos y pies.-Estas son las consecuencias.

-Hijo de puta.-Musito, y salgo corriendo de esa mierda de edificio.

Protégeme.{Gemelier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora