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Me destapo la cabeza de todas las mantas que me cubren y me enrollo, cual mariposa en un capullo.
No quiero vivir. Lo tengo claro.

Me desenrrollo, porque me estoy empezando a agobiar y de repente, la puerta de mi habitación se abre.
Y me imagino cuando Jesús entraba y me daba los buenos días, acompañado de un beso. Pero no, la que a abierto la puerta, es mi madre con el desayuno en las manos.

-¡Cariño!-Dice mi madre abriendo la puerta efusivamente, y con demasiada alegría en el cuerpo, cosa que yo no tengo.-¿Tienes hambre? Mira te traigo el desayuno, tú favorito.-Dice dejandome la bandeja en la mesilla que tengo de noche al lado de la cama.

-No mamá, no tengo mucha hambre...pero...huele demasido bien, asique me lo como.-Digo incorporandome en la cama.

-¿Qué tal estás hija?-Me pregunta acercandose más a mi y acariciandome la cara.-¿Seguro que has estado bien?

-Sí mama.-Asiento muy segura.-E estado genial, pero ya soy mayorcita y no quiero recordarlo, intento olvidarle...-Susurro.-Digo...olvidarlo, todo en general.-Rectifico sonriendo nerviosa.

-Vale hija...Anda, desayuna.-Me da un beso en la frente y se va dejandome sola. Como me siento ahora mismo; sola.
Vuelve por favor...

Me siento tan vacia. Se que fui yo la que quería volver y la que quería ver a mi madre, pero si pudiera ser con él, sería mucho mejor...

Jesús.

Doy otra vuelta mas en la cama ya que no tengo a nadie a mi lado a quien poder abrazar o a quien acercarme para que la cama no se me haga tan grande. Y ese alguien, es ella.

Me incorporo en la cama pasandome las manos por la cara frustado por haberme enamorado tan fuerte de ella; de la unica mujer que a conseguido ganarse mi corazón.

Me levanto quitando el edredón de un tirón brusco, descargando mi tensión en un puñetazo en la cama.

-¡Joder!-Grito y una parte de mí tiene esa sensación; esa esperanza de que vuelva a mí. Pero a lo mejor ella no esta enamorada, y soy yo el que se a dado el golpe del siglo contra el suelo al haberme enamorado...

Pero no me voy a quedar así. Ahora mismo me siento solísimo...
Dani ya no vive aquí, se fue a vivir a Londres, y esta casa sin ella se hace grande.
Voy hasta el baño para darme una ducha fría y mientras pienso como puedo hacer para que vuelva a mi. Para ser lo que eramos.

Que no sé exactamente que eramos...solo sé que me encantaba.

Y aunque me cueste la vida; ya que ella salvó la mia. Voy a conseguir al amor de mi vida.

Protégeme.{Gemelier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora