23

1.7K 96 19
                                    

Jesús.

No sé si estoy seguro de esto que voy a hacer. Pero lo voy a hacer. Estoy seguro.
Bajo del coche y ando con paso decidido hasta la puerta de su casa.

Me paro en su puerta y suspiro. ¿Y si está su padre?
Bueno en realidad no e hecho nada malo, la e protegido. Pero luego...en vez de traerla a su casa, se quedó en la mia...
Pero por voluntad propia.
Eso quiere decir que no tengo la culpa.

Bueno que me dejo de líos, que sea lo que dios quiera.

Toco el timbre y oigo unos pasos que se acercan a la puerta, a la velocidad de la luz. Y mi corazón va el doble de rápido que la velocidad luz.

Si esque no se ni lo que digo joder...
Quitan la cerradura de la puerta y la puerta se abre dejando ver a Inés.
Mi Inés... Tan solo con dos toallas enrrolladas, una en el cuerpo y otra en la cabeza.

Inés.

Salgo corriendo de la ducha ya que han llamado al timbre. Corro como más me permiten mis pies sin caerme y abro quedandome perpleja.
Le miro de arriba a abajo analizandole todo lo que puedo.
No me lo creo.
Es él.

-Tú, tú...tú...-Tartamudeo sin poder decir nada más.

-Sí, yo, yo, yo...-Ríe gracioso al verme.

Me lanzo a sus brazos haciendo que la toalla de mi cabeza se me caiga, pero me da igual ahora mismo. Le abrazo con todas mis ganas, enrollando mis manos en su cuello. Dios, su colonia. Como la hechaba de menos. A él en sí, le hechaba muchísimo de menos.

-Dios, pero tú... no me lo creo.-Me separo de él sin quererlo, le miro directamente a los ojos y poso mis manos en su cara.

-Te e hechado muchísimo de menos.-Susurra.

-Y yo, esto no es lo mismo que cuando viviamos juntos.-Río flojamente.-Mi madre no deja de agobiarme con preguntas...

-Vamonos.

-¿Pero tú eres bueno o malo?-Pregunto directamente.

-No...te entiendo.-Entrecierra los ojos frunciendo el ceño.

-Haber, ¿porque nos escondemos? Esque se supone que tú me as salvado del asqueroso aquel, eres bueno ¿No?-Sonrío.

-No es como tú piensas... todo el mundo me busca, la gente me odia, toda la mafia me conoce... si me ven contigo por la calle, van a ir a por ti, y lo último que quiero es que te hagan daño, y no podemos estar juntos, por eso todo esto de escondernos...

-¿Por qué no me has contado nunca esto?-Susurro.

-Por miedo, por miedo a que te fueras.

-No me iba a ir, estabas tú para protegerme.-Sonrío sin poder evitarlo.

-Estoy para protegerte.

Protégeme.{Gemelier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora