Protégeme.{Gemelier}

20

Llego al salón donde esta sentado Jesús trasteando con su móvil y me siento a su lado.

-Ey, ¿Que pasa?-Me mira.

-Me a llamado mi madre.-Susurra.

-¿Con que móvil?-Entrecierra los ojos.

Le miro sonrojandome de la vergüenza.
Bueno puede que le quitara el movil, pero esque no me gusta estar incomunicada.
Me lo quitó para que no nos descubrieran.

-Me lo as cogido.-Afirma él por mi.-No te das cuenta que nos pueden encontrar.-Se sienta.

-¿Y que? Ya le hemos matado, no van a venir a por mi ya ¿No?

-¿Y que se yo? Hemos matado al líder, pero tiene empleados... y,-Resopla.-Bueno...-Se tranquiliza respirando hondo.-¿Qué te a dicho tu madre?

-Que cuando voy a volver.-Susurra.-Que donde estoy, que me hecha de menos...

-¿Quieres...-Se para.-Osea...-Respira.-Volver...?

-Sí, pero no...-Bajo la mirada.

-¿Sí, pero no?

-Les hecho de menos Jesús, pero no me quiero separar de ti. Y si me voy lo mas probable es que eso pase...-Suspiro.

-Yo...creo que te vendría bien, piensa en ti...-Me mira y joder que mirada, tiene un brillo precioso y nada más mirarle 5 segundos me dan ganas de quedarme toda la vida a su lado.

-Pero...a lo mejor una temporada...-Me encojo de hombros.-Hecho de menos a mi hermanita pequeña.-Sonrío mirando a la televisión apagada.

-¿Tienes una hermana pequeña?-Pregunta extrañado.

-Sí.-Susurro asintiendo orgullosa de ella, es un amor de niña.

-Pues ve, esta misma tarde, te llevo a tu casa.-Me abraza, me quedo quieta sin mover ni un ápice de cuerpo, hasta que vuelvo a la Tierra y le devuelvo el abrazo con tantas ganas que nos caemos para atrás.

(...)

-¿Estás lista?-Se asoma a la puerta de la habitación.

Estoy sentada en la cama mirando a la nada. No quiero irme. Pero sí quiero. Ai dios mio, que lío.
Si pudiera estar con él sin esconderme...

-¿Qué te pasa?-Se agacha a mi altura.

-¿Podríamos salir sin escondernos?-Le miro.

Él se queda mirandome como analizando cada rasgo de mi cara.
Aparto la mirada de la suya, ya que soy incapaz de mantenerle la mirada, de lo que intimida.

-No.-Susurra.-Mi trabajo no me lo permite...mira yo no me quiero enamorar nunca de nadie.

-Pero...-Susurro mirandole.

-Ya, ya lo se, llegaste tú y pues... no sé me hiciste cambiar de ideas, pero lo que te iba diciendo; imaginate que me toca algo peligroso... y yo que sé, muero... pues por eso nunca quiero tener a nadie que me quiera en exceso, ni yo querer a nadie en exceso...-Ríe confundido.-Que mal me explico.

-No...te entiendo.-Asiento.-Pero tarde, ya me e enamorado.