III | Capítulo

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CAPITULO 3


MELISSA


—No contestan—murmure mirando a mi hermano—. Ninguno de los tres.


—Joder—mascullo—. En casos como este es necesario que lo hagan.


—Es tu culpa Hernán—bufe—. Si no te hubieras desviado del plan, nada de esto estaría pasando—mire a través de la ventanilla, un pueblo vacío y silencioso—. Para la próxima has mejor tu trabajo.


—Eso intento cada día hermanita—lo vi sonreír de lado—. No podía negarme a entregar esa mercancía, aunque solos eran unos miles de dólares, no puedo arriesgarme a perder a ningún cliente. Ya sabes, estamos en momentos críticos.


— ¿Tanto así? —murmure.


—Anderson esta tras nuestro culo, papa esta intentado negar el acuerdo que el propuso, pero si seguimos así no dudaremos mucho. Esta semana han sido cerradas cuatro sedes nuestras, hemos perdido mucho y creemos que la policía es avisada por ese hombre, quiere arruinarnos.


—No sabía que la cosa estaba tan mal.


—Melissa ahora eres madre, ya no es necesario que te enteres de todo, pero como también eres parte de la familia es mi deber decirte.


—Comprendo.


—Mel, dedo de informarte de algo.


— ¿De qué? —lo mire.


—Se trata sobre Alex...


—No quiero hablar de eso—lo corte—. Sabes que ese tema quedo cerrado cuando nació mi hijo.


—Lo sé, créeme, pero esto es importante—bufe antes de asentí—. Aun me siento alagado de ser el único de la familia en el cual confiaste lo suficiente para revelar la identidad de ese hombre.


—Ve al punto.


—Alexander Anderson volvió—mi respiración se cortó—. Él está aquí en New York Mel, volvió el mes pasado.


—Bueno.


—Eso no es todo—me miro antes de volcar su mirada en la carretera—. Sé que durante estos cuatro años no has querido saber anda de él y lo entiendo, pero debes estar informada hermanita—suspiro—. Alexander se fue a Italia y se instaló en Sicilia. Durante los siguientes cuatros años se ha estado haciendo muy poderoso sin la ayuda de su padre, toda Asia y Europa está poblada por personas que trabajan para él. ¿Entiendes o que te estoy diciendo Melissa?


—Se volvió un mafioso poderoso—susurre.


Una Madre En La MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora