XLIV | Capitulo

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CAPITULO 44


Miraba de reojo varias veces mientras me concentraba en los bocetos que tenía enfrente. Algunos eran realmente bueno y otros no tanto. Bebí de la taza de té que tenía a mi lado antes de acomodar perfectamente la hoja en la mesa, junto a las otras.


Cuando el reloj marco las cinco en punto me aleje de todo el trabajo y tome mi móvil. Respire profundamente varias veces mientras buscaba el número y marcaba.


— ¿Hola? —una pequeña sensación de felicidad y tranquilidad me recorrió cuando escuche la suave y fina voz de Christian.


—Hola cariño—intente que mi voz sonara neutral—. ¿Cómo estás?


Mientras escuchaba su respuesta y emprendía a la lucha de seguir la conversación, rara vez había algo que verdaderamente hiciera reír a Chris, era un niño "difícil" o eso me decían todos.


Aunque yo no consideraba a mi hijo alguien "raro", era muy consiente que no era como los niños de su edad, él no jugaba, no se ensuciaba, no reía a carcajada, ni tampoco se interesaba en sus compañeros de clases.


Vi a varios especialistas cuando el cumplió sus seis años y no hacia otra cosa que intentar leer. Todos ellos me miraron como si fuera una loca, por preocuparme que mi hijo sea alguien "dotado".


Naturalmente me hubiera encantado saber que mi hijo seria alguien centrado en sus estudios, pero pronto me di cuenta que no era así. Christian solo era bueno en lo que quería serlo.


No le gustaba la escuela y por eso siempre recibía llamadas de su maestra. Le gusta el arte, por lo que una de sus actividades extracurriculares era esa y es muy bueno en eso, he de admitir.


—Tu padre quiere verte cariño.


—Ma...


—Ya Chris—no lo deje hablar—. Sabes que ya es tiempo.


Pude escuchar a mi hijo respirar varias veces antes de que me cambiara de tema, si hay algo que si admitiré y de lo que no me equivoco, es que Christian es muy bueno manipulando, pero él no es consciente de que donde yo nací, la manipulación es lo primero que aprendes.


Muchas veces me causa gracias, muchas personas caen en su juego. Admito que a veces yo también he caído en sus palabras suaves. Creo que aun con su edad, él es consciente de lo que hace y lo usa a su antojo, pero se cuándo y cómo controlarlo.


Se perfectamente que tendré que hablar mucho con Alexander antes de que el pise esta ciudad y su casa, sé que esto no me jugara a mi favor, pero espero y el entienda todo.


Espero.


—Cariño, ya sabes—suspire cuando lo escuche rezongar del tema—. No creo que esta semana sea, pero la próxima seguro—comente—. Llamare a Ginna para que vaya preparando todo—anuncie—. Intentare buscar aquí profesores nuevos para tus actividades—lo escuche bufar—. Lo siento mucho bebe, pero así son las cosas.

Una Madre En La MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora