Una Madre En La Mafia

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CAPITULO 55

—Tu no la quieres—alegue antes de señalarlo—. Aunque aun no entiendo porque la sigues teniendo.

Me acurruque aún más contra el respaldar del sofá, apoyando mi mejilla en él. Los ojos de Alexander me miraban con aquel brillo que seguramente estaba obteniendo de tanto alcohol en su sistema.

— ¿Debo tener una razón para tener conmigo a mi mujer? —me dio una sonrisa antes de que apartara su mirada.

—Hipócrita—reí—. Ambos sabemos que lo único que quieres de ella, son sus agujeros—reí escuchando mis propias palabras.

—No es exactamente por eso—señalo—. Aunque en parte ayuda.

— ¿Entonces?

— ¿Por qué te lo diría justamente a ti? —soltó su bufido antes de tomar la botella media llena que acababa de abrir.

— ¿Por qué quiero saber? —negó—. ¿Por qué te lo estoy preguntando? —volvió a negar—. Ni que fuera algo tan importante.

—Olivia—lo escuche murmurar antes de suspirar.

—Con la influencia necesaria podrías obtenerla—informe—. Aunque eso ya lo sabes.

—Es su madre.

—Ni que fuera gran madre—rodee los ojos—. Ambos sabemos eso.

— ¿Y tú eres buena madre, Melissa?

—Eso es bajo de tu parte, considerando que amo a mi hijo—me senté recta o hice un pequeño intento—. No seré la madre del año, pero hasta una serpiente es mejor madre que Iris.

—Ella solo no sabe cómo hacerlo—intento defenderla.

— ¿Y yo sabía? —reí—. Ella no quiere saber cómo hacerlo.

Alexander no dijo nada al respecto, tampoco es como si tuviera mucho que decir, porque ambos sabíamos muy bien que era cierto absolutamente todo lo que acababa de decir.

—Alexander—lo lame cuando lo vi llevar nuevamente la botella a sus labios—. No conseguirás lo que quieres—aclare tomando el vaso que estaba usando.

— ¿Qué seria eso?

—No lose—bebí un poco—. Después de esto no lo sé. Te acercas a mí, me hablas como si fuéramos amigos y no haces ningún comentario fuera de lugar, algo quieres.

—Falta poco para deshacernos de ese hombre, por lo que quiero arreglar que pasara después.