Capitulo 28

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CAPITULO 28


Melissa


- Señora por favor...


- Isam por favor sé que hacer.- Espete.- Yo me encargare de sacar a Alex, los demás se encargan del resto.- Murmure mientras observaba por la ventanilla del auto en movimiento, ya era de noche.


- No puedo simplemente arriesgarme a que le suceda algo.


- Por esa razón tú me cuidaras la espalda.- Le sonreí.


- Usted es muy arriesgada señora.- Puntualizo.- Pero eso bien si usted quiere que así se hagan las cosas, no tengo nada que decir.


- Perfecto.- Observe como nos deteníamos en el punto exacto.- Es hora.


Me baje del auto observando como al mi alrededor como todos se movían de un lado a otro, pronto entraríamos ahí dentro y arrasaríamos con todo lo que se nos cruzara, no importaba nada.


[...]


- Si te digo que verte así todo amarrado me pone, ¿Qué dirías?


- Que dejes la mierda y desátame.


Reí viendo como a mí alrededor ya no quedaba nada más que el rastro de los cuerpos inertes de quienes se cruzaron en nuestro camino, Isam y los demás estaban afuera esperando nuestra salida, solo porque quería este momento para mi sola.


Mordí mi labio inferior viendo al frente, amarrado a un silla esta Alexander, sus ojos tapados, lo que fue alguna vez un elegante traje ahora solo era un pantalón negro con zonas más oscuras debido a la sangre, su torso –muy bien trabajado– estaba lleno de cortes y golpes que de solo ver lo lila y verde que estaban me dolían a mi como infiernos, eso dejaría cicatrices.


Pero eso no era lo que me hizo sonreír negando mientras me acercaba a él, Alexander a pesar de pasar por todo ese dolor, por estar de más de lastimado, herido y golpeado, seguía ahí con esa sonrisa en sus labios sabiendo que mi mirada lo recorría por completo, Alex era un hombre muy fuerte, capaz de aguantar cualquier tipo de "interrogatorio". Lo aceptaba esa también fue una parte de Alex que me encantaba y me sigue encantando, él es fuerte, me da esa seguridad que nadie me da, sé que puedo cuidarme por mi sola, pero con el cerca me siento débil. Y no porque lo sea, sino porque sé que él me protegerá.


- Listo.- Murmure desatando la venda de sus ojos y arrojándola al piso.


- Gracias.- Me pare frente a él y observe sus ojos con determinación, esos ojos que brillaban al mirarme.- Gracias por no abandonarme.


- No podría.- Informe mordiéndome mi labio inferior, nuevamente.- No podría abandonarte nunca Alex, eres como esa parte de mí que me da sensaciones.

Una Madre En La MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora