XII

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XII

Cuando Moira despertó a la mañana siguiente, los rayos de sol se filtraban por las ventanas y le hacían escocer los ojos. En todo este tiempo, nadie nunca había corrido las cortinas.

Una chispa de curiosidad le avispó los sentidos, haciéndola levantarse con cuidado de la cama y dirigirse a ella: lo único que abarcaba por completo su vista era árboles frondosos que ni siquiera lograban dejar a la vista el cielo. Imaginó el sonido de los árboles contra el viento, el frescor contra su piel y las hojas contra sus pies.

Al darse la vuelta, se dio cuenta de la larga caja que estaba a los pies de su cama. Un pequeño papel estaba doblado por la mitad y reposaba él. Se acercó y la desdobló, leyendo su contenido:

"No la abras hasta que yo llegue.

-A"

Y aunque quisiera abrirla, no podría podría gracias a los clavos que reforzaban la madera. Tocó la superficie con las yemas de sus dedos y se agachó junto a el paquete, frunciendo el ceño y concentrándose en el

Sombrás debajo de la rendija hicieron que se levantara rápidamente y corriera hasta la cama justo en el momento que abrían a puerta. Dave, uno de los matones de Andy, se hizo paso en la habitación junto con una bandeja repleta de comida, que Moira empezó a devorar sin piedad. Luego de pasar días enteros sin comer, había decidido no desperdiciar la oportunidad de una buena comida nunca más.

- ¿Cómo luce el cielo hoy, Dave?- preguntó Moira, la típica pregunta que siempre le hacía al guardia.

- Despejado. Ni una sola nube al alcance- aseguró Dave, cruzando sus fornidos brazos sobre su torso- ¿Quien habrá corrido las cortinas?

La rubia simplemente se encogió de hombros, limpiando la comisuras de sus labios con una sevilleta.

- No lo sé, estaba así cuando desperté.

Un silencio cómodo se filtró en el ambiente, mientras que Dave le colocaba las inyecciones necesarias en el antebrazo de Moira, quien no podía despegar su vista de la gran caja a los pies de la cama

- ¿Qué hay en la caja?- la suave voz de Amitt los hizo voltear sus cabezas hacia la entrada de la habitación, mientras que la castaña avanzaba hasta la cama y se sentaba junto a Moira, colocando su cabeza en su hombro. En las últimas semanas, la pequeña de los Biersack había tomado un gusto por Moira, volviéndose un poco pegajosa algunas veces. Pero a Moira le gustaba. Le gustaba tener por fin una amiga.

- El señor Biersack dijo que no la podíamos abrir hasta que él llegara- advirtió Dave, desinsertando la aguja de la piel de la rubia y limpiándola con un pequeño algodón.

- ¡Aburrido!- exclamó la castaña, ganándose una sonrisita del guardia.

Amitt era el sol de aquella tétrica mansión, todos los que habitaban en ella le habían tomado cierto cariño ¿Quien no podría? Era la más pequeña, una niña en cuerpo de adolescente, indefensa contra el mundo y de su propia mente. Inclusive el insensible Shadow parecía derrumbar sus muros macizos al estar cerca de su hermana.

-Amitt, sabes cómo se pone tu hermano cuando no lo obedecen- comentó el guardia, levantando una ceja.

- ¡No se enteraría si le echamos sólo una miradita!- replicó la menor, formulando una traviesa sonrisa.

- De eso no hará falta, Amitt- otra voz retumbó en la habitación, haciendo que la sangre de Moira se congelara y su piel se enchinara.

Andy se encontraba recostado del marco de la puerta, dándole una mirada reprobatoria a su hermana, quien se sonrojó de inmediato.

- ¿Porqué pones una gran caja si no nos dejas ver lo que hay adentro?- preguntó su hermana levantándose de la cama y aproximándose a su hermano mayor.

- Para incrementar la expectativa, pequeña- respondió, dándole una sonrisa y apretándola en un abrazo. Y sin embargo, pensó Moira, su sonrisa era falsa, tan vacía como su penetrante mirada-. Dave, ¿podrías por favor abrir la caja? A Moira le gustará mucho lo que hay dentro.

Al oir su nombre, la rubia se encogio de forma imperceptible, observando cómo Dave se inclinaba y desaflojaba los clavos con un destornillador en su navaja suiza. Al quitar la tapa y revelar el contenido, una sonrisa emocionada apareció en la cara de Amitt. Shadow observó a Moira e invitó a que se acercara con un movimiento de cabeza. La rubia gateó despacio hasta la orilla de la cama, y cuando observó el contenido, sintió cómo su corazón se detuvo.

Dentro de la caja, un violonchelo blanco descansaba adentro. Estaba exquisitamente moldeado, como si estuviera hecho especialmente para ella. Tanto el mango, el arco y el cordal eran negros, y la espiga era de oro. Moira no había visto un instrumento más hermoso en toda su vida.

- ¿Qué esperas? Tómalo- incentivó Amitt.

Con duda, la rubia tomó del instrumento y del arco, colocando el primero entres sus piernas y sujetando el arco con sus dos manos firmemente. Al sentir el contacto con la madera contras sus muslos y las cerdas contra sus dedos, Moira se sintió en paz. Sintió como todo se volvía correcto. Cómo volvía a ser ella misma. Comprobó el clavijero, afinar el instrumento y que las cuerdas estuvieran tensadas correctamente (observando que las cuerdas eran de tripa, una rareza ya que ya no producían ese tipo de cuerdas) antes de colocar el arco en su respectivo lugar y tocar una sola nota.

La piel de Moira se encrispó y una pequeña sonrisa (la única sonrisa verdadera que formuló desde que llegó a la mansión) tensara sus labios. Colocó su mano izquierda en el mango, situando sus dedos en cada cuerda antes de tocar propiamente, su mente llenándose con notas a medida que sus dedos rápidos presionaban las cuerdas. Cerró los ojos y se dejó llevar.

Terminó con una larga nota aguda, para que los presentes dejaran escapar aplausos. Moira abrió los ojos, un rubor cubriendo sus mejillas, mientras que se encontraba con la mirada de Shadow.

Y se sorprendió al verlo sonriendo (Una sonrisa real) hacia ella, aplaudiendo junto a los demás.

n/a: No me gustó tanto como lo termine y el cap en si soRRY, creí que quedaría mejor. Tengo mi pantalla del compu devuelta!! Listos para la acción? Me podrían dejar algunos comentarios con sus opiniones y votos? Serían de gran ayuda!!



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