Andén de despedida

216 17 2
                                    

Con tan solo dos días para que Hogwarts emprendiera otro año escolar veía a mi padre sereno, ante mi casi invisible presencia para él, Lo cual me causaba inseguridad y sabía que algo tramaba, pero ¿qué será?, de pronto me sobresalte cuando por primera vez en quizás, desde siempre, me llamo "hijo" lo cual aclaraba mis dudas algo tramaba pero no tenía claro que es realmente lo que planeaba.

-hijo...

-¿si padre? Dije a milésimas de segundo a su llamado

-así que... mañana inician las clases en ese internado, ¿como dijiste que se llama? ¿Hogwarts...? ¿cierto?- dijo poniendo su pálida cara con mechones negro azabache que salían de su coleta de cabellos frente a la mía.

-así es padre, pero... tragando mis sueños en una palabra y respondí- no iré

-valla... valla... Severus, eres demasiado ingenioso y claro un gran actor, podrías engañar hasta al mejor mago, de ese raro mundo, pero... lo he reconsiderado y si, si iras a Hogwarts, o como se llame mañana iras con tu madre por esas cosas que utilizan ahí.

Por un momento olvide los planes que creí que mi padre tenía, ya que en mí no cupo otra idea que no fuese la alegría de ir a Hogwarts. Por fin podría ser libre, vivir sin gritos y lejos de Tobías.

una increíble fuente de alegría se apoderaban vertiginosamente de mi, no podía esperar mas para contárselo a lily.

Por la mañana de ese día, mama y yo viajamos con polvos flu al callejón diagon, eran unos polvos negros parecidos al hollín de las chimeneas, lo cuales creaban una llama verde que te transportaba rápidamente por entre miles de tuberías donde transitaban muchas personas a otros lados.

Al llegar a el callejón diagon en busca de mis instrumentos de magia, un caldero de petrel del número dos, una barita, una túnica y mis libros. Una emoción me invadía, no podía evitarlo. el sitio era realmente mágico, lleno de tiendas con objetos extraños e incontables personas con túnicas negras que caminaban desesperada mente en busca de sus instrumentos de magia.cada paso dado por esas pedregosas calles me sentía cada vez mas emocionado y un escalofrió recorría cada segundo mi cuerpo.

Después de agotadoras y emocionantes horas de comprar, Mi madre me mostró la tienda más famosa de baritas, "Olly Vanders", al entrar ahí un hombre mayor de chispeantes ojos me atendió, buscando o más bien sintiendo que varita era la apropiada para mí, después de tres intentos fallidos terminados en desorden, al fin tomo una de 30 centímetros, pino negro, rígida con fibras de corazón de dragón la cual correspondía a mí, sentía su magia irradiar luz frente a mis ojos, era como si me estuviese esperando desde.... siempre y yo a ella.

-Vaya, es de corazón de dragón, cuídala muy bien muchacho y manéjala con cuidado jovencito, es muy poderosa.

Ante las indicaciones de ese agradable hombre salí del lugar me encontré con Lily y su madre, haciendo al igual que yo las compras para nuestro primer año en Hogwarts, a verla le dedique una sonrisa que al igual ella correspondió de igual forma haciendo que me sonrrojara.

Después de ello mi madre tomo mi mano y nos introdujimos juntos, en la plataforma 9 y ¾, era maravilloso, sentías como si la pared te jalara como un imán.

Al trapazar la plataforma 9 y ¾ me encontré con un hermoso tren rojo vibrante que humeaba ansioso por emprender su viaje por el camino de hierro.

Mama con sus ojos llenos de lágrimas de emoción me abrazo contra ella.

Podía ver a Lily que se despedía de su familia obteniendo el desprecio de petunia que solo se dedicaba a hacer comentarios hirientes respecto a Lily.

El diario del Príncipe mestizo   Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora