profundos y desesperados anhelos del corazón...

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Camine hasta quedar de frente en el espejo, podía sentir como una necesidad de estar frente al creía con inconcebible rapidez en mi pecho, cuando menos lo imagine estaba yo de nuevo frente a el, viendo a mi madre y a Lily, al tener esa imagen frente a mis ojos era como, sanar esa ávida necesidad de tenerlas en mi vida, era como si todo de pronto cobrara sentido, me perdí en la imagen varios minutos, estando ahí, frente a ese espejo sentía felicidad, por en que el podía ver reflejado todo lo que anhelaba.

-veo que lo has encontrado, severus. Dijo el director Dumbledore con su profunda voz serena.

-si, señor y estoy dispuesto a acatar el castigo por haber violado las reglas, señor.

-la curiosidad no es malo severus, pero en muchas ocasiones no suele ser buena consejera. Te presento al espejo de Oesent, severus. Es fascinaste ¿no lo crees?

-que es lo que lo hace tan peligroso señor, como para tenerlo aquí escondido de todos.

-más de lo que podrías imaginar, severus. Este hermoso artefacto es muy peligroso en manos inocentes.

-¿Por qué, señor?

-Que no engañe lo que vez, este espejo, severus no te muestra todo lo que desees, si no los mas profundos y desesperados anhelos del corazón...

Entonces comprendí todo.

-hasta ahí todo es bueno, pero hay muchas personas que se han quedado aferradas a lo que ven tras el espejo de Oesent y terminan dementes y desquiciados. Esperando que lo que un día vieron se haga realidad. Es por ello el por qué se tiene restringido de todos.- espeto tranquilamente y coloco de nuevo la manta sobre el inmenso espejo.

El reflejo de este se desvaneció y con ello la ingenua fantasía que tenía.

-severus...

-si, señor.

-no le digas a nadie sobre la existencia de espejo.- Pronuncio con solemne seriedad.

- si, director Dumbledore.

Me intrigaba que el profesor Dumbledore supiera exactamente donde estaba, el no era una persona que viviera todo el día viendo donde se encontraban un respectivo alumno y, no tenía la insensatez de preguntar a nadie por ello, además era una persona muy reservada, quien no daba mas detalles de los necesarios a nadie.

Pasando por entre los sillones de la sala común decidí ir con el resto a el dormitorio.

-¡severus!. Dijo una voz conocida. era Lucius Malfoy.

-lucius, que haces aquí aun no se termina la cena, ¿o si?

-solo quería decirte que, no me di el tiempo para agradecerte por tu discreción rexpecto a mi concierne en lo del libro-

-eso solo lo hago por un buen amigo, Lucius.

-si, por eso quiero darte esto. Dijo esbozando un pequeño saco color marrón claro.

-¿que es?

El hizo ademan para que lo abriera y eso ise, eran unas rocas del tamaño de canicas y deposite tres en mi mano.

-estas severus, son "bezoar" sirven contra el envenenamiento, sé que aún no han visto eso en pociones, pero te serán muy útiles en caso de que Potter quisiera...ya sabes, jugar sucio.

Había oído sobre ello, pero nunca en mi vida había visto uno, los bezoar** eran muy difíciles de conseguir y por lo tanto algo costosas.

Lucius era un gran mago en este último año, mejoro mucho con el pasar de estos, se enfocó en que un buen apellido no te hacia un gran mago, de cierta forma le tenía admiración y le apreciaba como un buen amigo.

Las semanas pasaron, el frio diciembre dio inicio. Todos los alumnos ya hacían sus valijas para regresar a sus hogares, en esta ocasión Lily recibió una carta de su madre para pasar las navidades en casa, cosa que sin duda me lleno de tristeza. Un acontecimiento raro, fue que Potter y su sequito se quedarían en Hogwarts para estas fechas, además que Avery y mulciber también pasarían estas fechas aquí.

Me despedí de Lily que, ya se perdía entre las la branca nieve que caía en las carrozas.

En el castillo, había más personas de lo habitual para estas fechas. Como era de esperarse Potter y black empezaban a presumir con el resto de los alumnos que pasaban aquí navidad.

Las comidas no eran en nada lo mas ordinarias, teníamos que compartir el comedor con todos los ahí presentes, teniendo por consiguiente soportar los comentarios malintencionados de sirius y Potter que, a decir verdad, eran de lo más frecuente.

A tres días para navidad caminaba con Avery y mulciber hacia la biblioteca, al llegar notamos que Potter, Siruis, Lupin y petegrew se encontraban en esta, halando misteriosamente en una mesa.

-¿no les parece demasiado misterio que ellos estén aquí?.- espeto avery con prodigiosa curiosidad.

-sea lo que sea, no quieren que nadie lo sepa. Dije fingiendo desinterés por ello.

-¿que les parece si nos acercamos tras la estantería para escuchar lo que traman?.- espeto mulciber.

El biblioteca era un eterno silencio que solo era rozado levemente por los murmullos de la mesa trasera a nosotros. Tras uno de los enormes libreros quedamos en silencio para escuchar lo que tramaban, de las palabras que decían solo podía escuchar un absurdo apodo "lunático", además Lupin repetía una y otra vez que su plan era muy complejo y peligroso.

A decir verdad no comprendía nada de lo que sea que tramasen, pero de algo estaba seguro, cada esta milicia se aglutinaba no era buen presagio para nadie en la escuela.

-¿han oído ese ridículo apodo?.- dijo Avery riendo sin parar.

-si, mas veces de las que recuerdo.- espeto mulciber con risa.- es como le dicen a ese tonto de Remus.

-¿estás hablando en serio?. ¿Qué intento de persona lo inventaría?, apuesto lo que sea a que fue Potter, si para ser mediocre no necesitas un apodo.

-a ese petegrew, ¿han visto como se pavonea frente a todos cuando anda con Potter o black? Espeto Avery.

-se levanta de pecho, por estar rodeado de tontos musculosos, pero es un cobarde.

-eso destila dese que lo ves pasar, trata de ocultar el miedo que siente, estando a lado de sus amigos. Mustio ladino mulciber.

Los tres días restantes para navidad transcurrieron con prodigiosa rapidez, el frio calaba los huesos afuera del castillo. Toda la escuela, como era costumbre, estaba llena de decoraciones para navidad, todos buscaban bajo el enorme pino de la sala común sus obsequios por este día, como no tenía quien me obsequiara, algo pasaba de ello con la mayor discreción posible.

Caminaba hacia un sofá cuando la voz de lucius me detuvo.

-hay algunos para ti, severus.

Con consternación me coloque bajo el pino, y habían dos pequeñas cajas y una más grande, una de las pequeñas eran caramelos de la madre de Lily, y la otra era un libro con pociones antiguas que vimos en flourish y blotts. La más grande de las cajas tenía un libro bastante grande y grueso con pasta color marrón claro, con letras doradas decía "familias antiguas de magos" firmando una tarjeta Albus Dumbledore.

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hola, he regresado, la verdad no he publicado por que entre a la escuela y sinceramente no he tenido tiempo para actualizar, mil disculpas y muchas gracias por leerme :3 <3 

El diario del Príncipe mestizo   Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora