la historia que esconden los ojos vacios

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Por la noche seria la fiesta de Halloween, el gran comedor lucia sin duda alguna muy diferente las cuatro enormes mesas ya no estaban en cambio había mesones llenos de comida temática al Halloween, además en lugar de las típicas velas flotando habían miles de calabazas flotante de las cuales resplandecía su centro de diferentes colores.

-hola sev, dijo Lily viendo detenidamente los mesones de comida en busca de sus postres favoritos. Pastelillos de calabaza.

-tengo dos, ¿quieres uno?

-gracias sev. Todo se ve muy bien verdad.

-sí, nunca había visto así el gran comedor.

El gran comedor se empezó a llenar más y más de alumnos de diferentes cursos de Hogwarts que devoraban todo a su paso. Poco a poco el ambiente se tornaba abrumador y me dispuse a salir del sitio con rumbo a una escalinata alejada del comedor llegando tras de mi Lily.

-hace calor. Exprese bajando la mirada al piso.

-bastante a decir verdad... sev, ¿estás bien?

-sí... si solo pensaba que faltaba muy poco tiempo para navidad.

- ¿tus padres verdad?

-tienes una habilidad increíble para adivinar lo que pienso Lily.

-lo sabía sev, aunque eres bueno ocultando lo que sientes, aun sigues triste pro tus padres. Los... los perdiste muy pronto.

-A decir verdad nunca he hablado con nadie rexpecto, salvo contigo. Esto lo he mantenido en un eterno secreto desde que sucedió, temo verme vulnerable ante todos. Una traicionera lagrima rodo por mi mejilla la cual limpie antes de que siguiera su curso.

-tierna historia snape... mascullo Potter. Eres todo un bebe de mami. Niño llorón. O como decirlo más coloquial mente... quejicus. Dijo riendo.

Le dedique una profunda mirada cargada de odio y desprecio al cerdo arrogante.

-eres un idiota james. Vocifero Lily.

-vamos síguenos contando quejicus ahora que ya llego sirius.

-vete al infierno Potter. Masculle mientras salía de su vista, no podía pasar un segundo más ahí, si lo hacía golpearía a ese tonto de james la cólera de apoderaba rápidamente de mí y debía salir de ahí antes de hacer una estupidez.

-quejicus buena broma james. Dijo socarronamente sirius.

-eres un miserable james.

-enserio, creo que tu amigo es el que realmente lo es, has visto como se viste, por favor es digno de ser un mendigo. Un pobre tonto.

- y tú, un miserable asqueroso que se burla de las de las penas ajenas ¿alguien te ha dicho lo pobre se cerebro que eres?

-que lastima que te juntes con gente de esa calaña.

-me das lastima tu james. Oía que vociferaba Lily a la lejanía de todo lo que mi pasos habían dejado atrás.

James era un miserable, jamás en mi corta vida había sentido tanto odio como lo sentía hoy, me sentía estúpido frágil y vulnerable, bien sabía que no lo era pero mi madre siempre fue mi punto débil y él se atrevió a burlarse de ella. Por otro lado no comprendía porque Lily me protegía como si fuera un débil, no lo soy y ella lo sabe bien, pero eso me hacía quererla proteger a ella, después de todo era lo único bueno y especial que quedaba en mi vida. Es por ello que al oír entre la oscuridad su vocecilla Salí de inmediato de donde estaba.

El diario del Príncipe mestizo   Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora