sendero hacia el mas allá

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severus.
Me estremecí al oír la profunda voz a mis espaldas.
-¡severus!
-s-s- señor…
-¿cuánto tiempo llevas leyéndolo?
-yo, no lo se, señor.
-creo que el suficiente, severus.
-¿el suficiente para que?
-estas mal severus, hace exactamente una semana se te dejo de ver en el comedor.
-u-u- ¿una semana? Respondí atónito.
-vamos a la enfermería, llevas una semana sin dormir ni comer.
-pero señor, solo fueron unas horas. ¿qué me paso?
-después tendremos tiempo de hablar.
-llegue a la enfermería y la señora Hood estaba ordenando sus cosas para vacacionar.
-¡señor! Acaso es otro alumno bajo los efectos de…
-precisamente señora, lleva alrededor de una semana bajo el trance.
-¡por dios señor! Eso es malo muy malo, para esos días debió memorizar todas las notas de ese libro. Espeto alarmada.
-de eso no estamos seguros, por lo pronto necesito que lo hagas dormir y comer.
-señor, no prefiere que mejor borremos su…
-no, debemos. Interrumpo el profesor Dumbledore. -solo haga lo que le pido por favor.
-como usted diga señor, calculo que en unos días estará como nuevo. Respondió algo intrigada y asustada.
Tome un asqueroso brebaje que me hizo que mis ojos cayeran sin más, me sentía confundido y realmente agotado, es como si ese extraño libro hubiese consumido mi energía vital y mi percepción del tiempo.
Recuerdo que solo habría mis ojos para comer y caía de nuevo rendido en un sueño profundo. Con los días tenia más presente la percepción del tiempo y me sentía cono más fuerzas. En mi mente seguían grabados todos esos innumerables maleficios que involuntariamente recordaba.
-muy bien señor snape, ¿Cómo se siente?
-creo que mejor, señora Hood.
-muy bien, porque hoy te daremos de alta.
Eso era una increíble noticia, ya estaba aburrido de no hacer nada mas que dormir y comer.
-eso son buenas noticias. Respondí seco.
-ni tantas, el profesor Dumbledore desea verte en cuanto salgas de aquí, se le notaba muy impaciente de que te recuperaras. Puedes irte a dar un baño y vestirte.
-gracias señora Hood.
De camino a la despacho de director Dumbledore me sentía intrigado y a la vez culpable de haber tomado ese libro y más aún porque ya no lo tenía conmigo.
-pasa severus. Dijo la voz pacifica del director Dumbledore.
En silencio me adentre a ese lugar que conocía muy bien.
-me dijo la señora Hood que deseaba verme.
-así es severus, siéntate por favor.
-¿estabas bajo las ordenes de alguien para tomar ese libro?
-disculpa señor
-¡contesta!. Respondió un poco exaltado. -¿estabas bajo las ordenes de alguien para tomar ese libro?
-no, señor, yo solo lo quería leer, eso es todo.
-¿cuándo tomaste el libro, severus?
-no lo recuerdo bien señor, creo que fue un día jueves, ¡no lo se!. Respondí algo atemorizado, jamás había visto al director Dumbledore enfadado.
-afortunadamente, llegue a tiempo antes de que el libro te hubiese consumido por completo. Ahora esta resguardado bajo mi protección, como debí hacerlo desde hace mucho tiempo.
-¿porque es tan peligroso un libro señor?
-ese no es cualquier libro, severus, fue escrito por magos tenebrosos hace siglos, tiene mucha magia maligna antigua, que de alguna manera sigo sin comprender como llego hasta aquí.
Veía al profesor muy consternado, realmente estaba metido en un enorme problema.
Tomo aire y dijo:
-Severus, ve a hacer tu valija, mañana regresaras a Cokeworth.
-pe-pe pero señor…
En ese instante un sudor frio recorrió inevitablemente mi frente, no podía ser posible, ¿insinuaba expulsarme del colegio? A lo pronoto el miedo se apodero de mi cuando el reanudo lo que decía:
-como recordaras, severus, prometí llevarte a donde tus padres.
Eso me trajo alivio y cierta melancolía combinados, era un golpe duro, después de tanto tiempo.
Por la tarde mi valija estaba lista para tomar el largo viaje desde la estación de  hosmade a la de King cros. El expreso de Hogwarts venia casi solo, no se escuchaban ni voces ni ruidos solo el traqueteo de la maquina avanzando.
Para las dos de la tarde ya estaba en la estación de King cros emprendiendo camino hacia casa, el trayecto seguía siendo largo pero en cuarenta minutos ya estaba caminando de nuevo por las empedradas calles de Cokeworth, el cruzar estas viejas y polvorientas calles me hacia recordar lo miserable y solo que estaba.
Al llegar  a mi hogar me percaté de que todo estaba intacto, limpio entonces supuse que el profesor Dumbledore había estado aquí.
-severus. Dijo sorprendido mientras veía por la ventana. –espero que no te hayas molestado por entrar sin previo permiso a tu hogar.
-oh, no, en lo absoluto, señor.
- bien severus, descansa, en unos momentos iremos a visitar a tus padres.
La espera se hacía inmensa, además del calor abrazador que los mediados de junio nos daban.
-severus, ya es hora.
Caminamos por la senda que daba hacia el cementerio del pueblo colindante, pasamos por las laderas rocosas que había junto a la cañada del otro pueblo hasta que llegamos, era un bonito lugar, lleno de árboles de color amarillo y la pradera ya florecida daba al sitio un toque de alegría a pesar de ser un cementerio. Pasamos de lapida en lapida hasta llegar a dos que estaban juntas. En la memoria de Tobías Snape y Eileen Snape. el ermitaño lugar se quedó de nuevo, en un silencio ensordecedor interrumpido por el director Dumbledore.
-severus, me tome la libertad de grabar los nombre de tus padres.
Asentí con la cabeza en señal de agradecimiento y el silencio reino de nuevo pero ahora este no fue interrumpido por nadie porque el director Dumbledore había desaparecido.
La brisa silbaba en mis oídos, revolvía mi cabello sin cesar y secaba las lágrimas que rodaban por mis mejillas, mi mirada estaba perdida en la lejanía de mis pensamientos, el funeral de lo que me mantenía firme yacía en el fondo de esa lapida. Tome de entre las flores del prado las que a mama le gustaban y las puse sobre su lapida. El sol se consumía conforme el día pasaba, la tristeza aún vigente  aumentaba con cada sollozo que salía involuntariamente de mi.
El tiempo me paso tan de prisa y una familiar voz me saco de los pensamientos que torturaban mi mente.
-sev…
-Lily… susurre secando el agua brotaba de mis ojos.
-es, es la tumba de tus padres ¿verdad? Dijo acongojadamente.
-si. Espete amargamente. - ¿Cómo supiste que hoy llegaba a Cokeworth?
-recibí una lechuza del director Dumbledore diciendo que hoy regresarías.
-valla, al director Dumbledore no se le pasa nada. Espete con la mirada perdida en la nada.
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NOTAA!!
ME PARECE QUE NO SE PUBLICÓ EL CAPITULO ANTERIOR A "MISTERIOS DESCUBIERTOS" Y ES BASTANTE LARGO Y TENIA UNA DEDICATORIA PARA NUESTRO PROFESOR SEVERUS SNAPE (ALAN RICKMAN). ASI QUE LO PUBLICARE PARA QUE LO LEAN PORFA!

chic@s enserio les pido a todos una enorme disculpa y mas a esas personas que me comentaron el capitulo anterior, muchas gracias por tomarse el tiempo para leerme sois muy majos ♡. 

El diario del Príncipe mestizo   Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora