El diario del Príncipe mestizo Tomo I

Invitado de conveniencia

Sin poderlo evitar le mostré al director el día en que recibí mi carta de Hogwarts, el día que conocí a Lily y la última vez que vi a mi madre, recuerdos que atesore desde que pasaron por ser realmente importantes para mí. Pero antes de finalizar este último este se interrumpió y pasaron un montón de absurdos recuerdos de calles o tiendas que una vez visite en un sitio mouggle cuando tenía nueve años.

-lo has hecho muy bien severus, lograste suprimir parte de tus recuerdos.

-yo... Señor lo intente pero los primeros fueron, pasaron de mi sin que pudiese evitarlo...

-si, fueron momento importantes de tu vida, lo sé. Hay recuerdos invaluables y estos son más difíciles olvidar y por lo tanto de ocultar, pero no es imposible, por la misma razón de que estos son importantes es necesario que los protejas de las personas que intenten sin tu autorización verlos .

-señor. Podríamos intentarlo de nuevo.

-adelante severus, ¿preparado?

No alcance a responder cuando el directo espeto

-legereme

Ahora los recuerdos que mostré de Lily y mama no se hacían presentes, ahora solo eran absurdos pedazos de mi vida que transcurrían como una vieja película vacía y sin sentido dejando a la vista solo los apresurados pasos de unos zapatos viejos por una calle mouggle, además de la mano de un hombre que no reconozco se posaba en mi hombro. Y este desaparece de la nada.

-muy bien echo severus, te felicito has logrado manipular tu mente. No me he equivocado al pensar que tú desarrollarías tan bien como yo la ocluamncia. Si, lo sabía.- dijo triunfante pero sereno a la vez.

-gracias señor.

Por hoy me parece más que suficiente. Lamento haber estropeado este fin de semana. Espero que la señorita Evans no se enfade por ello.

-ella... no... señor, no lo creo. Dije y sin poder evitarlo mis mejillas se sonrojaron y Salí rápidamente de la oficina del director encontrándome por el pasillo con Avery y Mulciber, que se notaban algo afligidos. Pase como si el pasillo estuviese vacío.

-severus...

Al oír la voz detuve mis apresurados pasos y mire por el rabillo del ojo.

-severus, espera.

-que quieres Avery, ¿burlarte de nuevo de ella? Porque te aseguro que no lo voy a permitir...

-no severus, Mulciber y yo... bueno queríamos decirte que lo sentimos. Pero es que debes cuidar bien a tus amistades y ella es hija de mouggles y eso no era bien visto por Salazar slitheryn.

-me trae sin cuidado lo que el piense ella es mi amiga. Y es más lista que un mago de "sangre pura".

-de acuerdo ya, tu sabes...

-eres nuestro amigo severus y nos convienes mas como amigo que como enemigo. Dijo Mulciber.

No sabía si sus palabras eran solo por conveniencia o un cumplido, pero al fin y al cabo era mejor a estar solo.

-¿amigos de nuevo?

-amigos. Espete seco.

Así como era una conveniencia para ellos mi amistad lo era para mi la suya.

-severus, he oído que ese tonto de Potter y sirius black hicieron explotar la biblioteca y la el conserje les puso de castigo sacar los sapos podridos que estaban en vinagre además de ordenar todos los ficheros de la biblioteca y limpiar sus daños.