Notables ausencias

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Así regrese a casa e hice lo que la señora Evans me dijo, pero, a pesar de todo, no me sentía cómodo en aceptar su invitación pero le prometí a Lily que iría.

La tarde transcurrió y la hora de merendar se llegó, esperando conocer al padre de Lily me lleve la sorpresa de que el señor Evans no estaría ese día con su familia. El nerviosismo se hacía muy presente en mi, nunca antes había comido fuera de casa (a excepción de Hogwarts) mi familia no era del tipo social ni gustaban de convivir mucho con los vecinos, eran reservados y eso trataban de inculcar sin éxito a su único hijo. Ellos preferían la privacidad que brindaba esa jaula de cuatro paredes que carecía de lujos y riquezas como el resto de las casas de cokeworth.

La casa de los Evans, tal y como dijo Lily era muy parecida a la mía, solo con la notable diferencia, que en esta se podía sentir el calor y el amor de una familia unida.

Hacía años que no sentía tanta calma al merendar con alguien, el miedo no me atormentaba con cada bocado que pasaba, la señora Evans era muy parecida a Lily, ambas con el cabello rojizo, además de ser una mujer bondadosa y sumamente tierna con sus hijas, pero, a diferencia Lily tenía unos lindos ojos verdes.

Por un momento empecé a dudar de que petunia fuse hermana de Lily, eran en definitiva, oscuridad y luz.

La merienda fue de lo más agradable, me era reconfortante estar rodeado de personas que se apreciaban mutuamente. A, sí, claro y petunia.

-veo que no hablas mucho, severus, otro "don" heredado de Tobías snape. Dijo encorvando los dedos en señal de sarcasmo cuando dijo la palabra don.

-conoció a tob... mi padre. Corregí.

-Claro que lo conocí, fuimos vecinos por muchos años en merytown, antes de que tu nacieras, y por azares del destino dieciséis años después nos encontramos de nuevo en cokeworth. Siempre fue una persona muy reservada para con todo el mundo. Francamente no me extraña que Tobías tuviese esa manera tan déspota de tratar a las personas, el mimo tomas snape era igual que el, tirano e injusto con las personas que trabajaban en la granja.

-tenían una granja los padres de Tobías. ¿aún viven?

-si, tenían una pequeña granja que dejo de funcionar gracias a una fuerte nevada que arruino los cultivos. En tanto a tu otra pregunta, si, tus abuelos fallecieron hace algunos años atrás. Expreso con un poco de tristeza dibujada en un rostro noble.

-¿también conoció a mi madre? pregunte mientras discretamente veía a Lily sentada a lado de su madre en un sofá.

-oh no, en realidad no, solamente se lo que todos aquí saben, que se casó con Tobías años después de que los padres de el fallecieron. Nunca tuve la oportunidad de conocerla más a fondo, no solía salir a ningún sitio si no estaba acompañada de su esposo, cada que la veía no podía evitar sentir compasión por ella, pues veía sus ojos negros, vacíos y sin vida. A decir verdad me pareció muy absurdo que una mujer que se veía tan fina y educada terminara en un lugar como este.- dijo mientras su mirada se perdía a la lejanía de sus recuerdos.

Mientras yo solo trataba de procesar todo lo que la señora Evans me había contado, hasta ahora era quien más información sobre mis padres me había dado.

-¡santo cielo! Mira la hora que es y no has regresado a casa, severus.- espeto la señora Evans sobre exaltada.

-tiene razón, debo regresar a casa.

Tome mi viejo abrigo despidiéndome de Lily, agradeciendo por la comida a la señora Evans, que amablemente se ofreció a llevarme a casa pero me negué sin más.

El diario del Príncipe mestizo   Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora