Legeremancia

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-sev, creo que deberíamos regresar a casa.

-regresa tu, Lily, yo me quedare aquí.

-¡severus snape! bufo con enfado. ¿Amas a tu madre?

-de que hablas Lily.

-solo contesta, realmente ¿amas a tu madre?

-claro que si.

-entonces, ¿crees tu que ella estaría orgullosa de que su único hijo se viera tan miserable y decaído por su culpa?

Eso fue un golpe bajo, pero debo admitirlo tenia completamente la razón, me veía miserable. Jamás me cansare de decirlo, de no ser por Lily, seguramente ahora estaría haciéndole compañía a mi madre y no precisamente frete a su lapida.

Tomamos el sendero que regresaba a Cokeworth el sol ya amenazaba con despedirse cuando justo nos adentramos por la empedrada calle, en la casa número nueve Lily se detiene.

-sev, aquí es mi casa, ¿qué tal si mañana nos vemos en el lago? Tengo cientos de cosas por contrate.

-claro Lily, haya nos veremos. Dije esbozando una incontenible sonrisa, esa era Lily, la persona que dejaba felicidad en mi vida, realmente no podría imaginar mi vida sin ella.

Recorrí el tramo restante hasta que entre de nuevo a casa, tan sola e increíblemente limpia, me percate que el profesor Dumbledore se encargó de dejar comida como para un ejército en la alacena.

Por la noche no podía dormir, mi mente inevitablemente solo viajaba hacia esos ojos verdes de Lily, su rizado, esponjoso y suave cabello, en su perfecta sonrisa y esos hoyuelos que se dibujaban en su rostro al sonreír, no podía identificar con claridad lo que me pasaba, solo sabía que cada vez que esa imagen se venía a mi mente sentía como si en mi estómago pasara una manada desbocada de ciervos, apenas la vi hace un par de horas y sentía que la extrañaba, sentía una emoción inexplicable y se sentía tan... increíble.

Con mis mejillas encendidas, no podía evitar sonreír ante ese recuerdo, ella era eso, ese motivo que me daba felicidad y más aún esa persona que me hacía levitar y estar sobre la tierra al mismo tiempo. Sin más logre quedar dormido profundamente.

Por la mañana el sol penetraba las viejas cortinas del dormitorio cegándome con su luz, hoy sería un buen día, lo podía sentir.

Desayune lo primero que encontré y Salí a buscar a Lily donde acordamos, el lugar estaba solo, como siempre y solo se oía el golpe del agua en las piedras del rio y soplar del aire.

-¡Lily! Espete emocionado y con las mejillas rojas por gracias a los recuerdos de la noche anterior.

-¡sev! Dijo mientras corría colina abajo.- sev, ¿Cómo sigues?

-¿yo? Bien, eso creo.

-sev, supe que estuviste en la en la enfermería varios días...

-déjame adivinar, Dumbledore te lo dijo.

-si, si el me lo dijo y también me dijo el por qué, severus, no crees que estas metiendo las manos al fuego por él. Espeto exasperada.

-¿por quién Lily? Si mal no lo recuerdo fui solo por ese libro.

-¡por Lucius Malfoy! No se si lo has notado pero es cinco años mayor que tu.

-Lily, eso es absurdo, estoy seguro que Dumbledore te mando a que me interrogaras.

-no es por el sev, es por ti, te estas exponiendo tu vida y que te expulsen del colegio por tonterías.

-no son tonterías, además deja de cuidarme como si fuera un bebe. Grite exasperado.

-¡pues deja de portarte como si lo fueras!, buscas el peligro y riesgo en las cosas.

-es lo que me gusta, ¿acaso tu no correrías riesgos por lo que quieres?

-no de esa manera, solo buscas llamar la atención, que pena, te empiezas a parecer a james Potter. Dijo mientras indignada intentaba regresar a su casa. –eso me gano por meterme donde no me llaman. Susurro para ella pero logre escuchar.

Eso dejo callada mi boca, y en cierta forma ella tenia razón estaba corriendo demasiados riesgos y, de no ser por el director ya estaría fuera del colegio.

-¡Lily espera!

-¿quieres gritar de nuevo? Espeto con un toque de indignación y sarcasmo combinados.

-Lily... lo siento, en primer lugar no debí gritarte, yo, soy un tonto.

-si, eso lo se. Dijo intentando ocultar una sonrisa.

-perdóname, por favor.

-vale, ya sev.

Sentí que mi alma regresaba al cuerpo, no quería perderla ella era lo mejor que tenía en mi vida.

El día transcurría con una increíble serenidad y a horillas del lago estábamos Lily y yo recostados sobre la fresca hierba viendo las nubes.

-sev. Se levanta bruscamente.

-¿qué sucede Lily? Respondí alarmado.

-oh lo siento, dijo riéndose por mi acto. – olvide preguntarte que clases optativas tomaste.

-¡ah eso!. Dije soltando todo el aire contenido. Escogí artimancia y estudio de runas antiguas, y tú?

-sev, ¿seguro que no lees mi mente o algo parecido?

-aunque, pudiera jamás lo haría, no es correcto hacerlo. ¿ por qué lo dices? ¿Acaso Dumbledore te dijo algo?

-espera un segundo, ¿Dumbledore tendría que decirme algo? Sev, dices que puedes leer la mente de las personas. Pregunto confusa.

Eso era un secreto entre Dumbledore y yo el que no debía revelar, pero sabía que Lily no descansaría hasta saber la verdad.

-no exactamente.

-¿no exactamente? Entonces, quieres decir que podrías a largo plazo hacerlo.

-¿Qué clases escogiste? Dije intentando cambiar el rumbo de la conversación, no debía hablar más de lo necesario.

-no cambies de tema sev, eso que me dices suena fascinante, ¿puedes contarme sobre ello? Espeto mientras sus ojos se hacían más grandes cuando la curiosidad se apoderaba de ella.

-bien, pero no debes decirle nada a nadie, ¿de acuerdo?

-¿Cuándo he dicho algo de lo que me cuentas?

-buen punto. Bien, cuando iniciamos el primer curso de Hogwarts, en el festejo de navidad el director Dumbledore me ofreció clases particulares, al principio no sabia exactamente de qué, pero acepte. Al inicio de año me dijo que noto en mi el don que solo algunos magos tienen...

-¿el de leer las mentes? Interrumpió Lily.

-no exactamente, me dijo que me enseñaría la ocluamancia y legeremancia.

-pero, ¿que es?

-el director Dumbledore me dijo que es un arte de penetrar las mentes de las personas, persuadirlas y ver hasta sus mas oscuros secretos. la otra, me permite impedir, modificar o hacerle ver lo que yo quiera a otras personas que intenten introducirse en mi mente.

-eso es increíble sev, pero... ¿tu no entrarías en mi mente nunca verdad, sev? Dijo sonrojándose.

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Buenos días estimados lectores el día de hoy les dejo este corto capítulo, por los motivos que les mencione recientemente, espero les guste este nuevo capítulo y me comenten que les pareció, siempre contesto todos y realmente me motivan para escribir aunque no tenga mucho tiempo para hacerlo.

El diario del Príncipe mestizo   Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora