Soy Aimi

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Aimi P.D.V

—¡¡Aimi, baja de una vez!! Hoy tienes que ir a vivir con los hijos de Tougo-sama—grita la fastidiosa voz de mi madre.

—¡¡ya voy!!—grito de vuelta. Soy Daishi Aimi, tengo 17 años, cabello castaño, ojos verdes y desde hoy dejaré de vivir con mi familia para ir a una casa con seis adolescentes llenos de hormonas.

~~~Flash back~~~

—pero Tougo-sama, Aimi solo tiene diecisiete años. Además, tiene un carácter muy fuerte, no creo que quiera ir a vivir con sus hijos—.

—no te preocupes por eso, Daki. Yo la convenceré-responde el viejo canoso, hago una mueca y me acerco.

—¿y como piensas convencerme, viejito?—pregunto cruzándome de brazos.

—Aimi—me reprende mi mamá.

—a ver, un hombre completamente extraño para mí me está invitando-casi obligando-a ir a vivir con unos jóvenes desconocidos incluso para ustedes ¿y lo único que importa es si soy grosera o no? No jodas, mamá—digo, mi madre me mira de mala manera mientras que el viejo empieza a reír.

—ya veo a lo que se referían con carácter fuerte—dice el viejo, toma aire y continúa:—. Es perfecta, quizá les enseñe a que dejen de ser tan mimados—.

—no quiero—respondo con firmeza.

—me he enterado que te gusta el chocolate, las fresas y los dulces...¿que tal si te digo que todos los días te enviaré fresas con chocolate y dulces?—pregunta el viejo enarcando una ceja. No Aimi, ni siquiera por el rico, sabroso, delicioso...¡basta!.

—¿todos los días?—pregunto con inocencia, el viejo sonríe y asiente con la cabeza-¡vale, me rindo! ¡iré, pero no puede pasar día sin que me envíes eso!—.

~~~Fin flash back~~~

Sé que me arrepentiré de haber aceptado...pero era chocolate...fresas...y dulces. No podía negarme a eso. Suspiro y me baño rápidamente, salgo y me visto con una camisa holgada color blanco con el logo de batman, un short color negro y unas converse blancas con lunares negros. Me maquillo con lo básico y recojo mi cabello en una coleta, tomo mis maletas y bajo las escaleras.

—Aimi, Tougo-sama te va a llevar en una limosina ¿no crees que es considerado?-pregunta mi madre sonriendo.

—Yougo-sama, Yougo-sama ¿no se cansan de nombrarlo así? Estoy exhausta de escuchar ese bendito nombre—.

—es Tougo-sama. Por favor Aimi, no seas tan...tú—pide mi padre.

—Yougo-sama quiere que le enseñe a sus hijos para que dejen de ser tan mimados... así que supongo que tendré que ser más Aimi que nunca—digo sonriendo—en fin, adiós—tomo mis maletas y entro a la limosina encontrándome con Yougo.

—buenos días, Aimi. Ahí tienes dulces, chocolate y fresas—dice señalando una pequeña nevera en medio de los dos "sillones".

—¡ay mijo, en mis tiempos las neveras se usaban en la cocina, no en una limosina!—exclamo para luego meter una fresa mojada en chocolate en mi boca. Como cinco más y miro a Yougo, quien me observaba fijamente—. Oye Yougo~~, deja de mirarme~~—.

—tienes algo..aquí—dice para luego acercarse demasiado a mí y pasar un dedo por la comisura de mi boca, sonríe y se vuelve a sentar.

—era tan fácil como decir: "Aimi, tienes chocolate en tu estúpida cara"—digo frunciendo el ceño.

—el viaje es un poco largo, será mejor que duermas—dice el viejo, hago cara de asombro y niego repetidamente.

—no se si serás un violador, Yougo—digo frunciendo el ceño. Él sonríe y suspira, saco mi consola y comienzo a jugar en lo que resta de camino, llegamos frente a una mansión y bajo con mis maletas en una mano y con dos fresas untadas en chocolate en la otra.

—adiós, Aimi—se despide el viejo sin salir de la limosina.

—¡espera Yougo, sé responsable y acompáñame!— exijo, Yougo resopla y sale, toma una de mis dos maletas y comienzo a caminar hacia la puerta seguida por el viejo Yougo, él abre la puerta y entramos.

—¡Reiji!—grita "delicadamente" y en un segundo aparece un chico de cabello morado con puntas grises y ojos ¿rojos? No, esperen, sus ojos son rosas...un momento, apareció de la nada.

—¡¿como demonios apareciste tan endemoniadamente rápido?!—pregunto. Hay que ser una dama ante todo, Aimi.

—qué maleducada—se queja anteojitos.

—de malas, cariño. Maleducada las pelotas que no tengo—respondo irónicamente.

—Reiji, no te conviene hacerla enojar—intermedia Yougo.

—hazle caso a Yougo—digo. Siento que alguien pasa su lengua por mi oreja e inconscientemente le pego una cachetada a esa persona.

—que agresiva~~—dice un chico pelirrojo, ojos color jade con la pupila rasgada y un sombrero con un lazo negro.

—tu madre, pendejo, ¿quien te manda a lamberme la puta oreja?—ubico las manos en mi cadera y resoplo—. Oye Yougo, comienzo a pensar que ni por todas las fresas con chocolate y dulces me podría quedar aquí—.

—chicos, ella es Aimi; se quedará a vivir a partir de hoy con ustedes—dice Yougo a los seis chicos frente a nosotros.

—Yougo, no me ignores, lastimas mi corazón—digo con fingida tristeza, alguien toca mi hombro y pego un saltito—.¿qué demonios le enseñas a tus hijos, Yougo?—pregunto, Yougo ríe. Como las fresas que traía y limpio mi mano con mi short

—¿otra novia sacrificada?—pregunta un tipo peliblanco y con ojos entre rosa y rojo.

—sacrificado tu trasero, viejito—respondo y sonrío inocentemente.

—no, ella no es una novia sacrificada, así que no le hagan nada—responde Yougo fríamente. Ay Yougo, tu frialdad me duele.

Espera, espera ¿"no le hagan nada"? ¿qué le enseñan a la juventud de hoy en día? En mis tiempos, el máximo daño que se le podía hacer a alguien era robarle los dulces. Seh, yo era muy mala.

—mucho gusto, Aimi-san—saluda una chica como de mi edad, un poco más alta que yo, rubia, y con ojos rosas. Wow ¿cuando se pusieron de moda las lentillas? Nadie me avisó, putos todos ;--;—. Soy Yui—.

—em, sí, mucho gusto—respondo sonriendo—. Yougo, no me habías dicho que también había una chica—.

—Ore-sama te da la bienvenida a esta casa—dice sonriendo un chico de cabello color rojo, ojos color verde, pupila rasgada y tenía el uniforme desarreglado.logrando

—encantado de conocerme, lo entiendo, Oreo-sama—digo.

—adiós chicos, Yui, Aimi—se despide Yougo y sale rápidamente.

—soy Subaru-dice viejito 2.

—yo Laito~~—dice el de sombrero.

—soy Shu—dice una voz adormilada.

—el nombre de Ore-sama es Ayato—.

—soy Reiji—dice anteojitos.

—y yo soy Kanato—dice una voz algo adorable y a la vez tenebrosa.

—hablanos de tí, Aimi-san—pide Yui.

—bueno, me llamo Daishi Aimi, tengo diecisiete años y de ahora en adelante viviré con ustedes—me presento y sonrío dulcemente.

—tienes un lindo nombre, Ai-Ai~~—dice Laito.

—pinche pendejo, si mi nombre es tan lindo utilízalo completo—me quejo con un mohín, suspiro y tomo mis maletas—¿donde está mi cuarto?—.

—yo te guío, Aimi-san—dice Yui.

—puedes simplemente llamarme Aimi—digo sonriendo, Yui me devuelve el gesto y comienza a subir las escaleras. ¿que me esperará en esta "casa"?

Viviendo Con Vampiros (Diabolik Lovers) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora