• Capítulo 1.

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— Capítulo 1.

Narrador Omnisciente.

Una niña de aproximadamente cinco años esperaba a su hermano mayor en frente de la academia.

La niña se preguntaba dónde estaba su hermano; se había atrasado media hora y le parecía extraño. 

Ellos vivían en Kirigakure, eran parte de un pequeño y poderoso clan. El Clan Shizen era conocido por su habilidad de controlar las cinco naturalezas del chakra y porque tenían un dojutsu, el Taigaai. Éste era un ojo de tigre, que según las historias del clan, fue porque éste mismo había hecho un tratado con los tigres.

( . . . )

— Lo lamento, Mei. —su hermano apareció frente a ella— Vamos a casa.

— ¡Sí! —sonrió despreocupada, y el pequeño la colocó sobre su espalda.


Al pasar por la puerta de su clan, este estaba en completo silencio, nada podía escucharse... Algo muy raro del clan, ya que éste antes estaba inundado de niños corriendo y riendo junto con adultos.

Quédate escondida en los arbustos, Mei. Y no salgas por nada. —ordenó su hermano, Tora.

^Algo malo está pasando^ pensó el mayor viendo preocupado hacia los oscuros interiores de la villa.

— Sí, pero cuídate, hermano —dijo la niña con un tono de preocupación.

Cuídate tú, y por nada del mundo salgas. —repitió.

La niña escondida entre los arbustos vio a su hermano mayor marcharse.

— Vuelve, Tora —susurró.

Pasaron al rededor de media hora, y el mayor aún no regresaba. La pequeña cada vez estaba más preocupada. 

Decidió dejar de comportarse como una cobarde y salió de los arbustos, caminó hacia el interior de su clan.

 Habían kunais y shurikens clavados en las paredes de la villa, la niña comenzaba a ponerse nerviosa. 

Entró a su casa rápidamente y se sacó los zapatos. Algo sucedía y no sería nada bueno, su hermano mayor no había regresado, y él no sería capaz de abandonarla, por que él siempre estaba para ella.

— ¿Mamá?, ¿Hermano?, no me asusten.. —dijo la rubia con lágrimas en los ojos.

Al subir a la planta alta vio a su hermano parado.

— Hermanodijo feliz la niña pero su sonrisa decayó al verlo caer— ¡Tora!

Lo sostuvo entre sus pequeños brazos con dificultad. Los pequeños ojos de la niña se nublaban de lágrimas. Tora tenía un hilo de sangre cayendo por su boca, sus ojos estaban cerrados y en su estómago tenía una perforación.

No me dejes, Tora —sollozó.

— Cuídate, hermanita... —dijo costosamente el niño abriendo los ojos— No dejes que nadie te haga sentir mal y sé fuerte. Por mi y por mamá.

— ¿Mamá? ¿Qué pasó con ella, Tora?  —lloró la niña.

— Ella está.. —no pudo terminar la frase ya que la rubia lloraba desconsoladamente.

— No me dejes, hermano. Por favor...

— Todo el clan ha sido exterminado. —soltó en un susurro, la niña quedó paralizada— O bueno, la mayoría.

— Tora, te pondrás bien. Saldremos adelante y nos cuidaremos uno del otro.

— No, Mei. No me pondré bien. —hizo una mueca de dolor— No creo poder aguantar. Por favor, sé fuerte, hermanita, prométemelo.

Lo prometo, hermano. Seré fuerte, por ti y por mamá. Y también por todos los caídos del clan Shizen. —el niño sonrió por última vez para después dejar de respirar y dejar de hacer esfuerzo, cerró de a poco sus ojos.


— Tora..  —lloró en el pecho de su hermano.

La pequeña se levantó del suelo y se limpió las lágrimas. Miró triste hacia los kunais que se encontraban clavados en la pared, caminó hacia la habitación de su madre, al entrar se encontró a ésta que yacía muerta en el suelo. Sintiendo sus ojos quemar, agarró a su madre y a su hermano —con dificultad— y los enterró en el jardín.

— Lo prometo. —susurró.

Su vista se había aclarado, la sentía mucho más potente y ágil, aunque también le ardía. Ella, había conseguido el dojutsu de su clan sin saberlo.

Luego de sentirse así, ella cayó inconsciente al suelo.

( . . . )

(Narra Mei)

Me desperté en un hospital, me senté rápidamente al reaccionar. ¿Dónde estoy? Mi clan había sido masacrado, era imposible que esté en la aldea. Evité las ganas de llorar, debía ser fuerte y cumplir con la promesa de mi hermano.

  — Veo que ya despertaste. —dijo una mujer acercándose a mi.

¿Dónde estoy? —es lo único que sale.

En Konoha. Unos cazadores especiales ANBU te encontraron desmayada en el patio de tu casa. Lo lamento, nena, tu clan ha sido masacrado. —sonrió  tristemente.

^¿Konoha? Es una aldea que queda muy lejos.^

  — Lo sé. —dije  secamente.

—  Bueno, el Hokage quiere verte, así que me retiro. —se despidió incómoda.

( . . . )

Me dijeron que despertaste. —dijo un anciano entrando a la habitación— Soy Hiruzen Sarutobi, el tercer hokage. ¿Cómo te llamas pequeña?

Mei Shizen Uchiha.  —murmuré.

— Siento  lo que sucedió con tu clan, Mei. —dijo el viejo, yo asentí. —  Sé que te duele lo que pasó.  Si quieres puedes quedarte aquí, en Konoha.

Quiero saber dónde se encuentra mi padre. Se llama Daiki Uchiha.

Con que Daiki es tu padre.. Si, él está en una misión. Puedes quedarte con los amigos de tu padre hasta que vuelvan, se llaman Mikoto y Fugaku Uchiha.

No quiero ser una molestia.

Al contrario, estarán felices de cuidar de la hija de su amigo. —sonrió bajo su gorro.

Está bien. Sólo hasta que vuelva mi padre. —acepté.

— Excelente, ahora mismo hablaré con ellos. —sonrió para luego retirarse de la habitación.

Suspiré agotada, para luego cerrar mis ojos y dormirme.

(  . . . )

Capítulo Editado.

Los capítulos editados tendrán un "•" al principio del título.

Saludos, SophiiaB.





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