Los gritos se escuchaban de nuevo. Los vasos en la mesa estaban rotos y yo solo quería echarme a llorar. Pero no iba a hacerlo.
La madre actuaba de manera indiferente, mientras que el padre no dejaba de gritar y maldecir. Ha probado la ira de la madre antes. Aún tiene esa cicatriz. Ella podría huir, podría gritar también pero no lo hará.
Ella no es como ellos.
Solamente se pone de pie delicadamente asegurándose de no hacer ningún ruido y camina hasta su habitación. Ahí es cuando todo mejora eventualmente. Ella sabe que es su última noche por aquí. Mañana por la mañana, estará de camino a la casa de su abuela y todo repentinamente estará mejor. Cierra los ojos y su respiración desciende lentamente.
—Todo mejorará. –Se repite a ella misma—. No temas.
Y así, se quedó dormida.
Cuando descubrí que mis abuelos vivirían conmigo, estaba feliz de tenerlos cerca pero totalmente aterrada que ellos se volvieran justo como mis padres.
No fue así.
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Los Milagros Se Acaban
Teen FictionElla, entre los minutos y segundos, encontró algo. En un poco más de 26.000 palabras, se relata la historia de dolor, soledad y perdición de una chica que solo busca que algo bueno suceda en su vida. Por un golpe de esperanza, Viviane escribe una li...