EPÍLOGO

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Encontré mi pasión. Dibujar.

Me gusta dibujar todo lo que veo.

Me gusta dibujar y me relaja.

-Lindo.

Levanto mi vista y veo a Peter. Estoy soñando, estoy en otro de mis sueños en donde Peter aparece.

Suspiro cuando me despierto.

Siempre es así.

Lo extraño.


~~~


-¡Viviane! –Mi padre me llama y bajo, él está cocinando y me pide que le ayude a limpiar la cocina. Me pide que le ayude a sacar la basura. Lo hago, a regañadientes.

-¡Vaya!

Y ahora, mis sueños se hacen realidad. Levanto la mirada y Peter me mira, de una manera que jamás me había visto. Lleva una camiseta sin mangas, mostrando sus cicatrices.

Siempre pensé en este momento, en el momento en donde lo volvía a ver y en cómo reaccionaría. Pero ahora, lo tengo aquí y no sé qué hacer.

-¿Peter?

Peter sonríe. –Dios... Viviane, te ves bien.

Sonrío.

Cuando me hicieron varias pruebas se dieron cuenta que quizás sufría de depresión extrema.

Bueno, no quizás.

La verdad, no entiendo como pude vivir con tanto, me da miedo leer todo lo que solía escribir en mi diario.

También se dieron cuenta que yo no me alimentaba como debía. No era anoréxica pero la depresión te quita el hambre.

Entonces, subí un poco de peso y supongo que me veo bien.

Aparentemente por los ojos de Peter

-Digo, siempre te has visto bien. –Peter aclara-. Eres tan hermosa.

Sus palabras son como una medicina, un tanto amargas de tragar y un tanto buenas.

-Me gusta tu ropa.

Peter se acerca, toma la bolsa de basura de mis manos y niega. –Viviane, no conduje más de tres horas para que no me recibas con un beso.

Sonrío, genuinamente.

-Peter, ¿Quieres besarme?

Asiente.

Peter me da un beso y se siente bien. Se siente como estar en casa.

-¿Y ahora qué? –Pregunta.

Me encojo de hombros. –No importa, estaremos bien.

Y es verdad. 


Los Milagros Se AcabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora