Los Milagros Se Acaban

24 de diciembre. 1:40 pm.

24 de diciembre. 1:40 pm.

Peter me ha llevado a un orfanato. Me ha dicho que estamos conociendo personas nuevas y yo mentalmente lo marco en mi lista.

Peter fue muy tierno con los ancianos. Les deseó feliz navidad y les dijo que los vería muy pronto. Habló con cada uno de ellos y algunas veces hasta bromeaban.

Luego, en el orfanato, varios niños reconocieron a Peter pero me veían confundidos y Peter les dijo que yo era una amiga.

Los niños fueron muy tiernos. Eran demasiados y la encargada de ellos nos dijo que a menudo se sentían solos y abandonados.

Les dije que les traería regalos tan pronto como pudiera.

Una linda niña de siete años con ojos completamente azules se me acercó y me regaló una pequeña muñeca. Me dijo que me veía triste, le dije que mi mamá me abandonó. Ella me dijo que su madre también lo había hecho pero que no era razón para estar triste porque sabe que tiene personas que se interesan realmente por ella. Me dijo que le gusta mi mirada, dice que tengo lindos ojos y que no le gustan mucho sus ojos. Yo le digo que sus ojos son hermosos porque es verdad. Le digo que espero que nunca se sienta fea porque no lo es ni lo será.

Me da un abrazo y me desea feliz Navidad.

Luego se acercan dos niños. Me dicen que soy bonita y les sonrío. Me preguntan si estoy casada y les digo que soy soltera, ellos ríen y me piden matrimonio. Les digo que sería ilegal pero seguro pronto podrán volver a pedirme matrimonio.

Peter hace un grupo con muchos niños y les pregunta que quieren para Navidad. Peter ha ido a su auto antes y ha sacado una gran bolsa negra.
Los niños responden: "Autos, muñecas, más autos" y Peter los saca de uno en uno. Me voy a una esquina con una niña que se ve triste. Le pregunto qué ocurre y ella me dice que extraña mucho a su tía. Ella la cuidaba pero murió y ahora no tiene a nadie. Le digo que me tiene a mí, que tal vez no es suficiente pero que me tiene y que aunque no me veo cerca de ella, debe estar segura que estará siempre en mi corazón.

Ella se echa a mis brazos y llora. La acarició y le digo que estará bien. Espero que lo esté.

Peter ha dejado de repartir los regalos y regresa conmigo. Me ve sosteniendo a la niña y me sonríe. Asiente como gesto de aprobación y se sienta a mi lado. La niña se separa y nos ve. Nos dice que somos las mejores personas del mundo, le digo que ella es la niña más linda del mundo. Me abraza y abraza a Peter.

Luego se aleja.

Los niños comienzan a jugar con sus regalos y aunque sea noche buena, a ellos no les importa. Para ellos la Navidad llegó un poco antes.

Peter me dice que ahora he conocido mucha gente nueva y que ellos me han amado.

Quiero abrazarlo para agradecerle pero en su lugar, me pongo de pie y le digo que ha sido un buen día. Me dice que suele visitar estos lugares siempre que puede.

Veo los rostros de los niños y recuerdo el de los ancianos y me doy cuenta que Peter es un tipo de bendición para ellos.

Peter se pone de pie de un salto y me gusta que sea tan alto. Me gusta que deba inclinarse para verme. No soy tan pequeña, estoy al borde del metro sesenta y ocho.

Voltea a ver el lugar y grita feliz Navidad, todos le responden igualmente emocionados y me dice que debemos regresar.

En el auto me dedica una mirada rápida y dice que le gusta mi atuendo. Frunzo el ceño al ver mis jeans viejos y una camisa de rayas negras con un suéter blanco.

Pareciera que entendió mi silencio porque se encoge de hombros.

Le digo que hace frío. Él sonríe como si eso fuera algo bueno.

Las personas están ahora mismo visitando a su familia. Entregándoles regalos que abrirán después. Comiendo postres y dulces. Niños con padres corren por todo el lugar con su ropa nueva. Padres con niños se molestaran por el desorden pero saben que es víspera de Navidad y que el mundo es un lugar mejor en estas épocas. Los árboles están adornados con las luces más lindas del lugar, las casa brillan como si fuera algo natural. El mundo es más feliz, o al menos, eso quiero creer.