Dejamos el Pasado Atrás.

Confesiones. Revelaciones.

Capítulo corregido.

11. Confesiones, revelaciones.

P.V. Ginny.

Corría por los pasillos hacia la torre Griffindor, cuando vi como Ronald y Lavender se daban el lote en un pasillo aislado.

-¡Ronald! -les interrumpí, acercándome a ellos- ¿No crees que tienes algo que hacer?

-No que yo sepa -habló, mientras colocaba el pelo de su novia, a lo que ella rio como la anormal que era.

-Es el cumpleaños de Hermione -hablé seria, apretando mis manos en puños, cansada de él y sus juegos.

-¿Y a mí que me importa eso? -entrecerró sus ojos y apretó a Lavender contra él- Tengo cosas más importantes que hacer que felicitar a una sangre sucia, para eso ya os tiene a ti y a sus nuevos amigos.

-Mira, Ronald -cansada, me acerqué a él y clavé mi dedo índice en su pecho- Lo único que estas consiguiendo es perder a la gente que te quiere. Ni Harry ni Hermione quieren saber nada de ti, ¿y sabes por qué es?

-Sorpréndeme, hermanita -sonrió con sorna mi hermano, haciendo reír a su novia de nuevo.

-¡Cállate, Brown, me estás poniendo enferma! -grité, dándola una bofetada, provocando que Ronald me echara un mal de ojo y se alejara de mí con ella.

-No te vuelvas a acercar a ella, Ginny -habló de espaldas, parándose en la mitad del pasillo- O tú y yo tendremos unas palabritas.

-¿Me estás amenazando, Ronald? -grité agarrando mi varita, es mejor prevenir que curar- No te tengo miedo hermano, me creo lo suficiente inteligente como para enfrentarte.

-Ya basta, niña -se interpuso Brown, entre nosotros, al ver que había agarrado mi varita y sacaba ella la suya- ¿Que pretendías? ¿Atacarnos por la espalda?

-¡No soy yo quien ataca por la espalda! Siempre voy de frente, Brown -intenté dejar caer una pequeña indirecta- ¡No soy tan cobarde como tú!

-¿A qué te refieres? -preguntó ella entrecerrando los ojos, alzando su varita hacia mí.

-Ya sabemos quién fue quien atacó a Hermione -sonreí, corroborando mis sospechas cuando se puso blanca como una sábana- Y Draco no está nada contento.

-¿Qué has dicho? -preguntó Ronald, poniéndose a la altura de su novia, cuya mano comenzó a temblar- ¿Han atacado a Hermione?

-¿Pensé que no te interesaba? -me di la vuelta y comencé a alejarme- Además, si quieres más información, pregúntale a ésa que es tu novia.

Zanjando la conversación, comencé a correr de nuevo, llegando a la torre y subiendo a mi dormitorio. Cogí una pequeña mochila, donde metí todos los regalos que tenía para Herms, de mis padres, George, Bill y Fleur, Harry y mío.

Con una sonrisa de oreja a oreja pasé por el cuarto de Hermione, cosa que me tentó a coger su guitarra para que nos cantara un rato. Lo hice, cogí su guitarra y también la metí en la mochila, al principio se enfadará, porque es algo que solo se yo, pero quiero que se abra a los demás, que vea que la quieren.

Salí del castillo, y a lo lejos vi como Ronald y Lavender discutían, a lo mejor le había contado que era la culpable del ataque, pero los ignoré y me fijé en un grupo bastante numeroso en la orilla del lago, al que se juntaba un chico desgarbado, con el pelo azabache, por el que mi corazón latía desbocado desde que le conocí. Me acerqué a ellos con paso ágil.