Narra ______:
El sonido del timbre hizo que me despertará de mi disfrutante siesta, tome mi celular el cual estaba en el suelo y mire la hora, 8:13 pm.
Mierda, ¿cómo es qué había dormido tanto?
Gruñí en voz alta tratando de darme una idea de quién podría tocar a éstas horas, sin mirar mi aspecto me dirigí a la puerta para abrirla.
-¿Qué haces tú aquí?.- bufé.-¿No estás feliz de verme?.-hablo Abraham.
-¡Eres un acosador!.-chille.
-¿Me dejas pasar?.- encarnó una de sus cejas.
Lo deje pasar y lo invite a sentarse en el sofá donde anteriormente estaba durmiendo, la manta había quedado en el suelo, la recogí.
-¿Cómo es que estás acá?.- fruncí el ceño.- En verdad estoy apunto de convencerme de que eres un acosador.-Tan sólo le pregunte a la mamá de... ¿Alfonso?.- dijo dudando.
-Abraham, es Alonso.- no pude evitar soltar una carcajada.
-Él. Su madre me dijo dónde podía encontrarte, claro, no sin antes interrogarme.-No deberías de estar acá.
-Lindo aspecto.
-Seguro me veo fatal.
-Tienes las mejillas levemente sonrojadas, cabello desordenado que por cierto, no se ve nada mal y tus ojos están un poco más claros.-me miró.-Uhm, okay.
-No seas cortante conmigo, eres la única a la que conozco aquí y realmente me aburro.
-Viniste a mala hora, ¿qué quieres que te diga?
-No lo sé, pero, ¿aceptarías salir mañana conmigo?
-Suena bien.- mascullé, lo cual lo tomó como un sí.- Dónde, hora.
-Te llamo, sin falta.- se levantó.
-¿Te vas ya?
-Si, no me quieres aquí.- hizo pucheros.
-Repito, español, viniste a mala hora.
-No te preocupes, _______. Adiós, te veo mañana.- dió un beso en mi mejilla y se dirigió a la puerta.
-Hasta luego.- abrí la puerta y le dí una sonrisa antes de que saliera, acto seguido la cerré.
Por alguna extraña razón tenía sueño, a pesar de haber dormido suficientes horas, tenía el sueño pesado, ¿eso era normal?
No quería subir las escaleras, por lo cual me quede acostada en el sillón. Puse mi celular a cargar y envié un mensaje a mi mamá diciéndole que todo esta bien. Cuando termine de escribir, me abrigue bien con la manta y cerré los ojos, quedándome profundamente dormida.
Siete horas después.-Llamada telefónica.-
-¿Hola?.- escuche detrás de la línea telefónica.
-Sea quién sea, ¿sabe la hora qué es? ¡Son las tres de la madrugada si no se ha dado cuenta!
-Lo siento, pero es importan...- lo interrumpí.
-¡ADIO..-esta vez el hombre me interrumpió a mi.
-¡Bryan despertó!-¿Qué?
-Ha despertado y prometí llamarte si sucedía cualquier cosa, ¿no es así?
-Mil disculpas, en serio, no sabía que era el papá de Bryan.
-Eso no importa ahora.- rió un poco.- Importa que Bryan esta consciente de nuevo.-¡Voy para allá!.- corte.
-Fin de llamada telefónica.-
Me levante del sofá y corrí al baño, a velocidad de la luz me bañe y me cepillé los dientes, seque un poco mi cabello y luego envuelta en una toalla fui al living donde estaba mi maleta, me coloqué unos jeans azules, una sudadera negra y unas botas. Por último aplique perfumé y tome mis cosas para salir camino al hospital.
Irme en taxi a estas horas sería un riesgo, de pronto vi unas llaves con un llavero de flores en una mesita de noche, ¡esperen! Esas eran las llaves de mi auto, pensé que lo habían vendido, solté un pequeño gritito de felicidad y salí disparada al garaje.
Ahí estaba mi auto.
Abrí el auto para después subir y encender este, no había mucha gente en Tijuana a éstas horas, el auto se fue apagando lentamente, ¿cómo no me había dado cuenta? ¡No había llenando el tanque desde hace tiempo!