Narra ________:
-Mira tontita, tengo mis sospechas en ti, sé que me quieres quitar a mi hombre pero no lo lograrás-gruño Ivanna.
-No quiero pelear contigo, ni mucho menos perder mi tiempo en ti, así que te pido que me dejes tranquila.
-Sólo quiero que sepas sí es que le llegas a tocar sólo un pelo de mi... -la interrumpí.
-Que ya basta Ivanna, entendí lo que quieres decir, pero no me voy a alejar de él, somos amigos y tus palabras no me vienen ni me van -bufe.
Ella me iba a contestar pero Alonso le dio un apretón en los hombros, él sabía perfectamente como controlarla, suspire y mire a Alfredo que estaba observando divertido la escena.
-Nosotros nos vamos -aviso Alonso.
-Gracias por venir -lo mire.
-Perdóname pero nosotros vinimos por nuestro hijo, no por ti- sonrió irónica Ivanna.
-Dije que ya basta -gruño Alonso.
-Adiós hermano, nos vemos -Alfredo se despidió de Alonso- Adiós Ivanna.
-Adiós- se despidió secamente la novia de Villalpando.
-Hablamos luego, lo siento por lo de Ivanna - me dijo Alonso al oído.
-Da igual -negué con la cabeza.
Ellos se fueron y Alfredo y yo decidimos ir a almorzar comida China, salimos de la clínica y nos subimos a la camioneta, obviamente Alfredo iba manejando. Él se estaciono fuera del restaurante y nos
bajamos, entramos y el olor invadió mis fosas nasales, me encantaba la comida China. Nos sentamos en una mesa y pedimos.-Tengo tanta hambre que creo que voy a morir -me queje- Además no puedo estar tranquila por lo de Bryan.
-Todo estará bien, sólo hay que esperar.
-No comprendo porque no lo dejaron acá, trasladarlo puede ser muy peligroso -toque mi frente.
-Es su madre, tienes que comprenderla.
-Eso trato, créeme -suspire.
Unos veinte minutos después llego nuestro pedido, inmediatamente empece a comer mientras Alfredo se reía de mi, de verdad que tenía mucha hambre.
-Y dime, ¿no sientes nada por Alonso? -pregunto directamente.
-Eh.. -murmure- No, creo. Ósea aún se me hace imposible olvidarlo totalmente, obviamente él me marco demasiado y ahora es como una cicatriz a medio cerrar en mi, esto de ser amigos, me esta ayudando.
-No te creo -sonrió Alfredo.
-Bueno, no me creas -me encogí de hombros.
-¿Y Mario? -me observo detenidamente.
-Esta muy enojado conmigo.
-Pensé que se habían arreglado -frunció el ceño.
-Pues, no -dije simplemente- Pero tratare de hablar con él nuevamente.
Terminamos de comer y Alfredo pagó la cuenta, insistí mucho en que yo pagaba mi plato, pero no me dejo, siempre era lo mismo.
Nos subimos a la camioneta y él fue a dejarme a mi departamento, le agradecí por estar conmigo y me baje, cuando estuve al frente de la puerta de la casa, toque el timbre.
-Hija, al fin llegas -me abrazó mi mamá.
-Lo siento -me disculpé- Ya se lo llevaron...¿cierto?