Narra _____:
Desperté por un gran grito de mi mamá, miré a mi lado, y Alonso dormia plácidamente.
-¡______ abre la puerta!.- grito mi mamá enojada.
-Eh.. Espérame un poco.- le conteste.- Alonso.. Despierta.
-Mmm.-murmuro.
-Mi mamá esta allá afuera, levántate.- lo agite.
-¡______ abre en este instante!.- volvió a gritar mi mamá.
No me quedo de otra más que subirme arriba de él, aunque suene un poco pervertido, pero era una emergencia.
-¿______?.- pregunto Alonso despertándose.
-Alonso. Mi mamá esta afuera tocando la puerta, no me quedo de otra más que subirme arriba tuyo.- masculle rápidamente.
-¿Dónde me esconde?.- pregunto levántandose de la cama.
-¡Si no abres ahora iré a buscar las llaves, ______!.- amenazo mi mamá.
-En el closet.- dije empujándolo hacía allá.
Él entro y comenzó a acomodarse dentro de el. Alonso soltó un quejido, ¿y ahora que rayos le pasa?
-Me voy a asfixiar.- gruño.
-¡Alonso! Son sólo 2 o 3 minutos, es rápido.- lo miré.
-.Okay.
Comenzaron a girar la perilla, seguro era mi mamá. Le hice una seña a Alonso para que cerrará el closet, el tomó respiración y cerro.
-¿Qué esta pasando? ¿Por qué no me abrías?.- entro mi mamá con las manos en la cintura.
-Eh..- me puse nerviosa.- Es que no quería levantarme de la cama.
-¿Estás segura?.- comenzo a examinar la habitación.
-Muy segura.- traté de actuar normal.
Ella aún observaba la habitación. Que se vaya rápido, por favor. Y entonces se escucho un estornudo. Actúe como si hubiera sido yo la que estornudó.
-¿Qué fue eso?.- alzo una ceja.
-Estornude.- dije obvia.
-Hm.. Presiento que hay alguien más acá.- miró de nuevo la habitación.
-Pff..¡Tonterias!.- reí nerviosa.
-Está vez la dejaré pasar.- y salió de la habitación.
Rápidamente fui a abrir el armario. Alonso salió disparado de este, parecía algo enojado.
-¿Qué?.- pregunté. Él me miraba raro.
-Nunca más me vuelvas a meter a ese maldito closet.-gruño.
-No lo haré.- reí y lo abracé.
-Creo que es hora de cambiarnos, son las 11:00 am.- dijo separándose de mi.
-Claro, pero necesito que salgas primero.- apunté la puerta.
-Aww, ¿te da pena?.- río.
-Alonso, enserio. Sal.- bufé.
-Pero si somos novios.- hizo puchero.- Prometo no hacer nada.- levanto las manos.
-¡Esta bien!.- suspire.- Pero no veas, ¿okay?
-Okidoki..-dijo él. Yo reí.
Fui a buscar un sostén. Luego miré mi armario, me decidí por un short color negro, una blusa corta de color rosa, y unos converse del mismo color.
-¡No veas!.- chillé.
-No estoy viendo, linda.- río.
Traté de hacerlo lo más rápido posible, cuando terminé miré a Alonso y él estaba de espaldas.
-Ya, puedes darte la vuelta.- rápidamente lo hizo.
-¿Ves qué no era tan malo?.- rodoó sus hermosos, preciosos, lindos ojos.- ¿Tienes que haces algo más?
-Si.- le saqué la lengua.
Fui a buscar mi maquillaje y me senté al frente de un espejo que tenía dentro de la habitación. Empecé poniendo rimel en mis pestañas, luego un poco de brillo en mis labios.
-Listo.- sonreí.
-Primero voy a salir yo, para que no sospechen. ¿Si?
-Esta bien.- respondí.
Alonso abrió la puerta silenciosamente y salió de la habitación. Después de unos minutos salí yo, me dirigí a la cocina.
-¡Buenos días!.- dije.
-¡Buenos días!.- me respondieron Columba, Alonso y mi mamá.
Me senté en la mesa y Alonso me dió una sonrisa cómplice, negué con la cabeza riendo. Tomamos el desayuno, cuando terminamos. Se habían hecho las 12 del mediodía.
-Alonso, ¿qué vamos a hacer hoy?
-No sé.. ¿Qué quieres hacer tú?
-Enséñame a a andar en patineta.- sonreí.
-Río.- ______, es algo complicado. No quiero que te pase nada.- me tomo de la cintura.
-Nada me va a pasar, tú estarás conmigo.- volví a sonreír.
-Siempre.- me abrazo y deposito un beso en mi cabeza.
Fuimos a avisarle a nuestras mamás que íbamos a salir, y que no sabíamos a que hora íbamos a volver. Ellas aceptaron.
Alonso salió de la casa con dos patinetas, fuimos caminando hacía la plaza. La verdad es que nunca me he montado en una patineta, me da miedo.
-Primero..Tienes que relajarte, nada te pasará.- dijo Alonso.
-Nada me pasará.- afirme.
-Ahora súbete a la patineta.- sonrío.
-¡¿Qué?!.- dije llamando la atención de todas las personas que pasaban.
-Súbete a la patineta.- repitió divertido.
-Pero si me caigo..- me interrumpió.
-No te vas a caer.- rió.- Yo te estaré afirmando, pero tampoco hagas una obra de idiotez.- sonrío.
-Okay..-suspiré.
-Primero un pie.- subí un pie en la tabla.- Ahora el otro.
Tenía los dos pies en la tabla, mis manos estaban sujetadas en los hombros de Alonso, el cuál se estaba riendo.
-¡No te rías!.- hice puchero.
-Es que me da risa.- río de nuevo.
-Me da miedo esto, no te pongas a reír que sólo logras ponerme nerviosa.- le pegué en el hombro.
-¡Auch! Ya pues, no me río más.- dijo.
-¿Y ahora qué hago?.- sonreí.
-Bueno.. Es cómo un patin, baja un pie y date ''vuelo'', y luego lo subes de nuevo. ¿Entiendes?.- sonrío.
-Entiendo.- reí.
-Hazlo.
Baje el pie y me dí ''vuelo'' tal como Alonso me dijo. Sentí que me estaba moviendo, cerré mis ojos y los abrí rápidamente.
El viento chocaba contra mi cara, y hacía volar mi cabello. En pocas palabras, me sentía libre.
Pero me encontré con una pequeña curva, ¿y ahora cómo le hago para girar? Puse un pie en el suelo y me impulsé hacía un lado, pero lo único que logré fue darme más vuelo.
-¡______! ¡Para la patineta!.-grito Alonso.
-¡¿Cómo jodidos quieres qué lo haga?!
Demasiado tarde. Choqué contra un árbol, que para el colmo, olía a caca de perro.