|Capítulo 35|

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Narra _____:

Desperté por un gran grito de mi mamá, miré a mi lado, y Alonso dormia plácidamente.

-¡______ abre la puerta!.- grito mi mamá enojada.

-Eh.. Espérame un poco.- le conteste.- Alonso.. Despierta.

-Mmm.-murmuro.

-Mi mamá esta allá afuera, levántate.- lo agite.

-¡______ abre en este instante!.- volvió a gritar mi mamá.

No me quedo de otra más que subirme arriba de él, aunque suene un poco pervertido, pero era una emergencia.

-¿______?.- pregunto Alonso despertándose.

-Alonso. Mi mamá esta afuera tocando la puerta, no me quedo de otra más que subirme arriba tuyo.- masculle rápidamente.

-¿Dónde me esconde?.- pregunto levántandose de la cama.

-¡Si no abres ahora iré a buscar las llaves, ______!.- amenazo mi mamá.

-En el closet.- dije empujándolo hacía allá.

Él entro y comenzó a acomodarse dentro de el. Alonso soltó un quejido, ¿y ahora que rayos le pasa?

-Me voy a asfixiar.- gruño.

-¡Alonso! Son sólo 2 o 3 minutos, es rápido.- lo miré.

-.Okay.

Comenzaron a girar la perilla, seguro era mi mamá. Le hice una seña a Alonso para que cerrará el closet, el tomó respiración y cerro.

-¿Qué esta pasando? ¿Por qué no me abrías?.-  entro mi mamá con las manos en la cintura.

-Eh..- me puse nerviosa.- Es que no quería levantarme de la cama.

-¿Estás segura?.- comenzo a examinar la habitación.

-Muy segura.- traté de actuar normal.

Ella aún observaba la habitación. Que se vaya rápido, por favor. Y entonces se escucho un estornudo. Actúe como si hubiera sido yo la que estornudó.

-¿Qué fue eso?.- alzo una ceja.

-Estornude.- dije obvia.

-Hm.. Presiento que hay alguien más acá.- miró de nuevo la habitación.

-Pff..¡Tonterias!.- reí nerviosa.

-Está vez la dejaré pasar.- y salió de la habitación.

Rápidamente fui a abrir el armario. Alonso salió disparado de este, parecía algo enojado.

-¿Qué?.- pregunté. Él me miraba raro.

-Nunca más me vuelvas a meter a ese maldito closet.-gruño.

-No lo haré.- reí y lo abracé.

-Creo que es hora de cambiarnos, son las 11:00 am.- dijo separándose de mi.

-Claro, pero necesito que salgas primero.- apunté la puerta.

-Aww, ¿te da pena?.- río.

-Alonso, enserio. Sal.- bufé.

-Pero si somos novios.- hizo puchero.- Prometo no hacer nada.- levanto las manos.

-¡Esta bien!.- suspire.- Pero no veas, ¿okay?

-Okidoki..-dijo él. Yo reí.

Fui a buscar un sostén. Luego miré mi armario, me decidí por un short color negro, una blusa corta de color rosa, y unos converse del mismo color.

-¡No veas!.- chillé.

-No estoy viendo, linda.- río.

Traté de hacerlo lo más rápido posible, cuando terminé miré a Alonso y él estaba de espaldas.

-Ya, puedes darte la vuelta.- rápidamente lo hizo.

-¿Ves qué no era tan malo?.- rodoó sus hermosos, preciosos, lindos ojos.- ¿Tienes que haces algo más?

-Si.- le saqué la lengua.

Fui a buscar mi maquillaje y me senté al frente de un espejo que tenía dentro de la habitación. Empecé poniendo rimel en mis pestañas, luego un poco de brillo en mis labios.

-Listo.- sonreí.

-Primero voy a salir yo, para que no sospechen. ¿Si?

-Esta bien.- respondí.

Alonso abrió la puerta silenciosamente y salió de la habitación. Después de unos minutos salí yo, me dirigí a la cocina.

-¡Buenos días!.- dije.

-¡Buenos días!.- me respondieron Columba, Alonso y mi mamá.

Me senté en la mesa y Alonso me dió una sonrisa cómplice, negué con la cabeza riendo. Tomamos el desayuno, cuando terminamos. Se habían hecho las 12 del mediodía.

-Alonso, ¿qué vamos a hacer hoy?

-No sé.. ¿Qué quieres hacer tú?

-Enséñame a a andar en patineta.- sonreí.

-Río.- ______, es algo complicado. No quiero que te pase nada.- me tomo de la cintura.

-Nada me va a pasar, tú estarás conmigo.- volví a sonreír.

-Siempre.- me abrazo y deposito un beso en mi cabeza.

Fuimos a avisarle a nuestras mamás que íbamos a salir, y que no sabíamos a que hora íbamos a volver. Ellas aceptaron.

Alonso salió de la casa con dos patinetas, fuimos caminando hacía la plaza. La verdad es que nunca me he montado en una patineta, me da miedo.

-Primero..Tienes que relajarte, nada te pasará.- dijo Alonso.

-Nada me pasará.- afirme.

-Ahora súbete a la patineta.- sonrío.

-¡¿Qué?!.- dije llamando la atención de todas las personas que pasaban.

-Súbete a la patineta.- repitió divertido.

-Pero si me caigo..- me interrumpió.

-No te vas a caer.- rió.- Yo te estaré afirmando, pero tampoco hagas una obra de idiotez.- sonrío.

-Okay..-suspiré.

-Primero un pie.- subí un pie en la tabla.- Ahora el otro.

Tenía los dos pies en la tabla, mis manos estaban sujetadas en los hombros de Alonso, el cuál se estaba riendo.

-¡No te rías!.- hice puchero.

-Es que me da risa.- río de nuevo.

-Me da miedo esto, no te pongas a reír que sólo logras ponerme nerviosa.- le pegué en el hombro.

-¡Auch! Ya pues, no me río más.- dijo.

-¿Y ahora qué hago?.- sonreí.

-Bueno.. Es cómo un patin, baja un pie y date ''vuelo'', y luego lo subes de nuevo. ¿Entiendes?.- sonrío.

-Entiendo.- reí.

-Hazlo.

Baje el pie y me dí ''vuelo'' tal como Alonso me dijo. Sentí que me estaba moviendo, cerré mis ojos y los abrí rápidamente.

El viento chocaba contra mi cara, y hacía volar mi cabello. En pocas palabras, me sentía libre.

Pero me encontré con una pequeña curva, ¿y ahora cómo le hago para girar? Puse un pie en el suelo y me impulsé hacía un lado, pero lo único que logré fue darme más vuelo.

-¡______! ¡Para la patineta!.-grito Alonso.

-¡¿Cómo jodidos quieres qué lo haga?!

Demasiado tarde. Choqué contra un árbol, que para el colmo, olía a caca de perro.





No me olvides. CANCELADA TEMPORALMENTE {Alonso Villalpando} CD9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora