|Capítulo 66|

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Narra ________:

Ya ha pasado una semana desde que estoy aquí. Una jodida semana. Todo estaba de mal a peor, se preguntarán que habrá pasado en una semana, pues les contare.

Alan atrapo a Jos hablando conmigo, y también sabía que él me había prestado su celular para llamar a Alonso. Alan empezó a golpear a Jos, y él no podía ni pararse. Desde ese entonces Jos tiene prohibido entrar a la habitación donde me encuentro. Karen viene todos los días a decirme que nunca saldré de aquí, siempre dice las mismas palabras,
pero no me lastiman porque se que tarde o temprano saldré de aquí.

Alan me dio un castigo por llamarlo hijo de puta. ¡No he comido desde una semana! Trato de dormir todo el día para no sentir mi estómago gruñir, pero a veces no funciona.

Ahora me encuentro en la incómoda cama acostada, como siempre.

-Levántate perra -dijo Alan entrando a la habitación.

-Déjame -murmure tapándome con la sábana blanca.

-Dije que te levantes -escupió.

De mala gana me levanté, me dolía todo el cuerpo, había visto mi cuerpo en el espejo que había en el baño. Tenía moretones por todos lados. Algunos raspones y mis costillas podían notarse.

-Bueno... -murmuro- Supongo que tienes hambre.

-Si te soy sincera, si -asentí enojada.

-¿Te gustaría comer una hamburguesa, con papas fritas y una bebida bien helada? -pregunto.

Asentí con la cabeza, moría por comer algo, mi estómago estaba totalmente vacío y yo obviamente hambrienta.

-¡Karen! -grito Alan- ¡La comida!

Unos segundos después llego Karen con una bandeja en sus manos, la inspeccione y efectivamente era comida.

-Pendeja -me miro- Esto es para ti.

Me extendió la bandeja y enseguida la tome, los hermanos salieron de la habitación dejándome con la comida. Después de unos minutos había terminado de comer, la hamburguesa estaba deliciosa, no me quejo. Alan entro nuevamente a la habitación haciendo que de un pequeño saltito del susto.

-Hemos llegado a un acuerdo con tu novio -sonrió.

-¿Y eso quiere decir...? -bufé.

-Te entregaremos pero no pueden acusarnos de nada, si lo hacen vaya que se arrepentirán -río.

-¿Cuándo me dejarán salir? -pregunte.

-Hoy en la noche, prepárate -sonrió.

-¿Para qué?

-Ya verás.

El chico de ojos cafés salió del cuarto, ¿por qué me tenía que preparar? ¿Esta planeando algo? Lamentablemente no tengo ni la más mínima idea.

Deje la bandeja en el velador que había y me acosté en la cama de nuevo, me sentía mucho mejor.

Minutos después me quede profundamente dormida.

-Horas después...-

Me exalte por una acaricia en mi muslo, abrí los ojos asustada y Alan se encontraba ahí.

-Tienes una piel tan suave -susurro.

-Déjame -me aleje.

-Lo siento, pero esta vez no me detendré.

No se de donde saco una cuerda y amarro mis muñecas arriba de mi cabeza, me las apreto tan fuerte que solté un gemido de dolor. Segundos después empezó a besar mi cuello,
trate de patearlo con mis piernas pero no podía, sin duda el era más fuerte que yo.

No me olvides. CANCELADA TEMPORALMENTE {Alonso Villalpando} CD9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora