Narra ________:
Abrí los ojos viendo que pasaba, Jos estaba sujetando el puño de Alan mientras Karen encendía un cigarro.
-Gracias Jos Canela-susurre.
Él me miro con sorpresa aún no pudiendo creer lo que había dicho.
Lo había atrapado.
-¿Q-que acabas d-de decir? -tartamudeo Alan.
-Lo que escuchaste, Alan-sonreí.
-Así que no saliste tan tonta -dijo Karen probando su cigarro.
-Enana... -empezó Jos, pero lo interrumpí.
-Soy _______ _______ -conteste cortante.
-Alan, Karen déjenme sólo con ella -gruño Jos. Alan y Karen salieron a pasos rápidos de la habitación. Yo seguía sentada en el suelo como
idiota, así que me pare mientras Jos me
miraba.-¿Qué miras? -pregunte.
-_______ yo lo siento mucho de verdad, no quería hacer est... -lo interrumpí nuevamente.
-Pero lo hiciste -lo mire.
-Alan me ofreció una buena cantidad de dinero, y yo estoy complicado económicamente, entonces acepte.
-No me interesa -gruñí.
-Prometo ayudarte a salir de aquí -me tomo la mano pero enseguida la solté.
-Prefiero esperar a la policía, para que se pudran en la cárcel -grite.
-______...
-Jos,yo nunca me lo imaginé de ti, digo nos conocemos hace mucho y eras como un de hermano para mi -suspire.
-Ya lo se, ¿me perdonas? -pregunto.
-No Jos, no te perdono -negué con la cabeza.
Me dolía decirle que no aunque el me había echo esto. Note que sus ojos se cristalizaron, por favor no, terminare abrazándolo si llora.
-Esta bien, te comprendo -se le quebró un poco la voz.
-Me alegro que lo hagas -asentí con la cabeza.
Nos quedamos en completo silencio por unos minutos. Él tenía la mirada perdida y yo estaba mirando a través de la ventana el paisaje por así decirlo. Empezó a llover fuerte, suspire rendida. No han pasado ni veinticuatro horas desde que estoy aquí encerrada y ya extraño a mis amigos y a mamá.
-¿Los extrañas, verdad? -dijo Jos.
-¿Cómo lo sabes? -fruncí el ceño.
-Se nota en tu expresión y en tus ojos.
-Ah.
-¿Tienes hambre?
-No.-respondí.
-No tienes que ser tan dura conmigo, puedes confiar en mi, no te golpeare, ni te insultare y prometo cuidarte de los hermanos Navarro-hizo una media sonrisa.
-Ya no confió en ti Jos.
Segundos después entro Alan sin el
pasamontañas, se acercó a Jos y le dijo algo pero no logre escuchar.-Perrita -Alan se puso al frente mío.
-No me llames así -gruñí.
-Te llamo como quiero, escúchame muy bien.
-Idiota -susurre.
-Te voy a dar un regalo, ¿te parece?-sonrió maliciosamente.
-¿Qué regalo? ¿Golpearme? -bufé.