¡ME GUSTAS! PERO SOY UN CHICO © (EDITANDO)

9: VISITA INESPERADA

Sasuke

Aburrido, es la palabra que se me viene en la mente. Esa palabra hace que me estrese completamente. Sinceramente necesito follar, en estos momentos.

Observó los cuadros que se encuentran colgados en la pared del departamento, diversos mosaicos nítidos con un contraste de amargura. Luce lúgubre, la noche altera el color de cada pintura frente a la cama.

"Deprimente situación"

Deseoso de tener algo con que divertirme. Recuerdo que tengo el número de teléfono de la chica que me hizo un oral en la escuela; y pequeñas imágenes vividas de lo ocurrido pasan en mi mente.

Suena el teléfono:

-Diga-contestó neutro.

-Hola guapo~

"La rubia"

Se escuchan gemidos profundos y ásperos de hombres muy en el fondo. Parece que Miss muñeca no pierde su tiempo.

"Me agrada..."

-Soy Ino...-habla al fin.

-A que se debe tu llamada.

-Te llamo por que al parecer me debes una bienvenida.

Suspiro pesadamente, estoy aburrido así que podría divertirme un rato con ella.

-Es tarde...-contestó al fin.

"Oh vamos Sasuke. No puedes ser un maldito abuelo en estos momentos. Esta chiquita quiere entrar en ti"

Masculla sensualmente detrás de la bocina-: Es cierto~

Suelta una risita detrás de la bocina y suspira aliviada, al parecer sabía que llamaría. Me concentro en la pintura de nuevo y accedo a su invitación.

-Esta bien.

-Mandame tu dirección guapo, y enseguida continuamos lo que dejamos pendiente.

Cuelgo.

Tecleo rápidamente la dirección del edificio y listo. Lo envió.

"Que haré durante todo este tiempo".

Salgo de un salto de la enorme cama con zancadas largas y rápidas etró al baño. A inspeccionar si Itachi tenía condones de reserva, abro un pequeño cajón debajo del lavabo sólo había pequeñas toallitas de papel y dos paquetes de pasta dental.

Maldigo en voz baja, esta tipa no tardará en llegar y necesito los malditos condones. Observó la hora son las diez de la noche y ruego a Dios que halla una farmacia abierta.

Tomó mi chaqueta y las llaves, giro la perilla. Salgo del departamento con sigilo y atención hacia el vecino de en frente. Cierro y me largo de ahí.

Bajo las escaleras con mucha velocidad. El portero me da un gesto de saludo con su cabeza y respondo de la misma manera.
Bendito dios que había una farmacia justo al lado de este edificio.

Llegue al departamento, tire las llaves en la mesita justo al lado del perchero y colgué mi chaqueta en él. Suena mi celular, revisó quien es.

-Diga...-respondo.

-Guapo, estoy justo en frente de la puerta.

"Que rápida"-pienso.

Cuelgo.

Abro la puerta y es ella. Vestida con una minifalda roja, medias negras traslucidas hacían que sus piernas se vieran realmente jugosas, un escote que Dios podía ver su tatuaje de "vete al infierno" justo debajo de su pecho.