Comienzo a lo grande. 1/2

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En esa misma noche...

T r i s

Y aquí estoy yo de nuevo, luchando contra el insomnio, después de pensar sobre lo terriblemente idiota que fuí por ponerme así con mis amigos y... Bueno, y con Lily.

Me siento fatal por haber pagado mi enfado repentino con ellos, y mi mente no ha podido escoger otro momento mejor para que el remordimiento me golpee en la cara con ésta cruda realidad.

A sabiendas de que no podría volverme a dormir, seguí dando vueltas por la cama, mientras la vieja madera (y algunos iniciados que intentaban descansar) , se quejaban. Suspiré mientras me giraba hacia la izquierda para poder abrir uno de los cajones de mi mesita, con la idea de coger algo de ropa guiándome por su tacto, ya que no veía ni lo más mínimo en ésta oscura cueva de ronquidos.
Me levanté haciendo crugir mi cama por última vez, y después de que cogí mis botas, salí de puntillas hacia el baño.

                     ~∆~

¿Recuerdan que antes de ir a el lavabo, cogí ropa para poder salir de los dormitorios en condiciones?
Digamos que la cosa no ha salido muy bien, ya que en vez de coger un pantalón y una camiseta básica cualquiera, he terminado cogiendo dos pantalones. Estúpida.

Supongo que al menos me podré poner unos pantalones decentes, porque si no llego a tener nada que pueda reemplazar el mini pantalón elástico negro que apenas me cubre el trasero, me llegaría a dar un infarto, ya que de ninguna manera volvería a el cuarto a por unos, no correría el riesgo de molestar todavía más a Peter. Si el sonido de mi cama crugiendo fué suficiente para sacarle unos gruñidos no muy amigables, no me quiero imaginar lo que me podría llegar a hacer si vuelvo a el cuarto a por una camiseta.

Quizá me clavaría un cuchillo de mantequilla en el ojo. Quién sabe.
Até los cordones de mis botas y escondí el pantalón del pijama y el pantalón de sobra que traje detrás de la puerta del baño, los cogería más tarde, y salí de el baño con un suspiro

Después de todo mi camiseta no estaba tan mal. Era de color gris oscuro, un poco degradado, y llevaba un pequeño bolsillito sobre el lado izquierdo de mi pecho, con el logo de Osadía grabado en él. Ah, esperen, sí que está mal. La camiseta me llega por arriba del ombligo, y por mucho que estire de los pantalones hacia arriba para procurar que se vea él mínimo de carne posible, los pantalones no estaban por la labor. Dejé mis preocupaciones a un lado y empecé con mi paseo "mañanero", (si es que se puede llamar así) a las tres menos cuarto de la madrugada, pensando en cómo narices íba a poder disculparme con mis amigos y mi hermana. Sí, han oído bien, hermana. Puede que mi madre biológica sea Jeanine, pero Lily, incluyendo a Natalie, Andrew y incluso Caleb, que en éstos precisos momentos es más hijo de Jeanine que yo, siempre serán mi familia. Siempre. Y es un hecho que ni ella ni nadie va a poder cambiar, lo tengo asumido.

                    ~∆~

A medida que me acercaba a el Abismo, el frío y la humedad íban aumentando progresivamente, haciendo de mi cabello un auténtico nido de pájaros, por lo cual estaba todo el tiempo peinándolo con mis dedos. Una vez que llegué, me recargué sobre la barandilla, mientras escuchaba cómo las olas se estrellaban contra las rocas, haciendo que de vez en cuando lleguen unas pequeñas gotas hasta mí. No me dí cuenta de lo revueltas que estaban las aguas hasta que se quedaron casi inmóviles, y por raro que parezca, juro que oí un murmullo.

-No lo entiendes, es que ella... Agh, es tan diferente...

Mi corazón y mi estómago saltaron al escuchar esa voz tan ronca, tan profunda, tan de él.

Podría adivinar de quién pertenece esa voz hasta a quilómetros.

Estaba más que segura que era de Cuatro, pero lo más extraño es que no sabía ni él lugar de su origen, ni con quién más estaba, ni de qué afortunadísima chica estaba hablando. Algo empezó a menearse en mi estómago, era una sensación que jamás había experimentado antes, y me parece que se llama celos. Caray, por un chico que no es ni engreído, ni un cerdo, ni mujeriego, ni feo... Doy gracias a que nadie aparte de mí pudiera oír el estruendo que causaba mi corazón al romperse, y a pesar de que me estaba matando, decidí permanecer ahí escuchando su conversación.

-Estás enamorado.-Canturreó una voz aguda y un tanto estridente. Esperen... ¿ese no es Uriah? ¿O igual se trata de Zeke?
Tendré que adivinarlo.

-Rayos, sí.-Cuatro parecía frustrado.

-Entonces será mejor que escuches los consejos que te dá él Rey de las nenas o mejor conocido cómo tu mejor amigo Zeke, si no quieres cagarla con... ¿quién es la afortunada?-La risa aguda de el mayor de los hermanos Pedrad resonó por todo el Pozo, incluso sonaba más alto que las olas que nuevamente volvían a chocar contra las rocas. Me asomé más por la barandilla con él propósito de poder verles, tengo que arrimarme más a ellos si quiero oírles. Vaya, menuda cotilla que soy.
Lo único que alcancé a ver fue un brazo musculoso y moreno apoyado sobre una pierna, y me valió para saber que era Cuatro. Al parecer estaban sentados en una de las rocas, lo cual me hizo estremecer. ¿Y si una de las olas les golpea y se mueren estrellados contra una de las paredes de hormigón? Eso sería algo trágico.

                   ~°~

Ya estoy de vuelta a el dormitorio ya que sólo queda media hora para que la segunda etapa de mi perdición comience, y a pesar de que ya empezaba a esperimentar algo de nervios, venía más que felíz al enterarme de que Cuatro está nada más y nada menos, enamorado de mí, sabiendo que yo también estoy enamorada de él. Perdida y locamente enamorada.
Ese hecho a completado mi día, de verdad.

Volví a el baño a por mi ropa, y volví a el cuarto a acostarme, ya que cuando venga Cuatro a despertarnos y vea mi litera bacía, podría sospechar de que he estado merodeando por ahí, y no me convendría.

                   ~∆~

-Os quiero en la entrada de los dormitorios en cinco minutos. ¡Estirada! ¡mueve tu culo fuera de la cama ahora!

Me hice la remolona por unos segundos, ya que si me levantaba con tanta energía, me delataría a mí misma de que he estado despierta prácticamente toda la noche.

-Joder, Estirada, no te hagas la sueca si no quieres que te penalice por no hacer ni puto caso a tu jodido instructor, ¿me entiendes? ¡Pues levántate de una buena vez, mierda!

Le ovedecí sin oponerme mientras algunos iniciados se reían de mí, cómo de costumbre.
Vaya, cuesta creer que el  risueño y enamorado Cuatro que ví en la madrugada sea el mismo que está amenazándome con cara de pocos amigos. Me senté en la cama mientras perfilaba mis ojos con las manos, y es ahora cuando me empiezo a arrepentir de no haber dormido ni un poquito.

-¡Vamos! ¡He dicho que te levantes, no que te sientes! ¿Estás sorda o es que no atendiste a lo que a todos nos enseñaron en parvularios? ¿Estás acaso también muda? ¡contesta!

-No. No estoy ni sorda, ni muda, ni nada.-Respondí. Olvidaba que Cuatro podía ser la persona más ruda e incordiante en algunas ocasiones, y si digo la verdad no me quería levantar de la cama por culpa de mi corta camiseta de pijama. Me daba pena, pero lo tuve que hacer, y noté cómo su mirada se poso en mi ya trabajado abdomen y mi cara se encendió tanto como una bombilla de un árbol navideño.
Saqué una camiseta cualquiera y me dirigí a el baño con las botas y obviamente, con la camiseta, para cambiarme a la velocidad de la luz.

-Bien, ya que estamos todos, proseguiré para recordaros un poco de la explicación de ayer.
Cómo todos sabemos, hoy comienza la segunda y última etapa, y va a ser difícil ya que vais a tener que luchar contra vuestros peores miedos mediante una simulación llamada "paisaje del miedo". Hoy mismo comenzaremos con ello. Seguidme.

Todos comenzamos a caminar detrás de él, y por increíble que parezca, Lily, Al, Christina y Will aparecieron a mi lado. Tenía idea de disculparme con ellos, pero vaya, este no era un buen momento para ello.

Christina, que estaba a mi lado, me dió un codazo. Supongo que me lo merezco.

-¿Qué coño te pasa? Llevas rara varios días, y, Tris, por muy malo que sea tu problema, no deberías de pagarlo con nadie. Mucho menos con tu hermana pequeña.

-Yo... Lo siento, chicos, no sé que me ha pasado para ponerme en ese plan ayer, y no sabéis lo arrepentida que estoy por ello. ¿Seréis capazes de perdonarme?

-Claro, Tris.-Afirmó Al, y Will asintió con una cálida sonrisa sobre sus labios.

Christina me revolvió el cabello (lo cual me imagino que en su idioma eso era un "sí") y Lily saltó a mis brazos cómo cuando era más pequeña. Extrañaba este tipo de abrazos de la persona que más quiero. Los dulces y llenos de amor abrazos de mi hermana. Entonces se soltó de mí, y seguimos nuestro camino detrás de Cuatro.

             

Beatrice Prior's sister.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora