Capítulo tres.

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Jadeo en cuanto lo dice. ¿Matthew me necesita? Él no me necesita, él está bien con su fama y dinero. Está haciendo lo que quería, está cumpliendo un sueño en el que no me incluyó.
- No digas eso, Melanie, ambas sabemos que no es cierto.
- No puedo decirte porqué lo digo, pero te necesita. Él intentó contactarse contigo muchas veces, pero tú no le has contestado.
- ¿Debería? – pregunto con un tono de ofensa. – Me hizo mucho daño, Melanie.
- Lo sé, pero, nena, ¿enserio tenías que mudarte al otro lado del mundo?
- Tú sabes que no es así. – le digo, alargando cada vocal. – Matthew y yo teníamos planes, ¿recuerdas? Él los tiró a la basura y mientras cumplía sus sueños yo estaba en una esquina viéndolo.
- Ya lo sé, pero...
-.Pero nada, Melanie, no me convencerás de lo contrario. Matthew me obligó a tomar decisiones apresuradamente.
- Podías haber ido a New York.
- Bueno, pero decidí venir a Londres. – Melanie suspira del otro lado de la línea. 
- ¿Cuánto tiempo más te quedarás?
- Hasta que termine la carrera e incluso luego de eso, no estoy segura de querer volver.
- Él ni siquiera está en casa, ha estado filmando fuera por varios meses. 
- Bien por él.
- Summer. – suplica. – No puedes sacarlo de tu vida por una pelea, ustedes han tenido varias a lo largo de los años.
- Tendrías que haber estado allí para saber que no fue una pelea más.
- Sé que te quiere, sé también que tú lo quieres. – trago saliva, nunca le he dicho a nadie en voz alta lo que siento en realidad por Matthew. – Es por eso que no quiero que dejen de hablar.
- No estés tan segura de que lo sigo queriendo.
- Summer, te conozco y por el tono de voz que estas usando, sé que te sigue importando.
- ¿Sabes, Mel? Tengo mucho trabajo que hacer. – escucho su suspiro al otro lado de la línea. – Será mejor hablar otro día.
- Está bien.
- Adiós. 

Guardo el celular en mi pequeño bolso y, a pesar de seguir aturdida por la conversación con Melanie, salgo de mi apartamento hacia las calles de Londres. Felizmente, Maco's Place no queda lejos de mi casa, por lo que puedo llegar caminando y evito el subterráneo que está repleto a esta hora.
Maco's Place es una cafetería muy pintoresca y la infraestructura, las sillas, las mesas y todo el lugar, me hacen recordar a los cafés parisinos. Amo este lugar y amo que pueda relajarme por al menos una hora siempre que vengo.

- Buenos días. – me saluda Aaron muy contento. - ¿Cómo amaneciste?
- Casi no dormí. – le respondo, sentándome frente a él. - ¿Tú?
- Igual, la Escuela de Negocios me absorbe todo el tiempo.
- Pero aun así sacas un poco de tiempo para mí. – respondo, tomando el menú a pesar de ya conocerlo de memoria. – Eres un amor.
- Lo que sea por mi Summer. – le sonrío por encima del menú y él me manda un beso volado. – Te ves muy bien hoy.
- Gracias, tú también.

El mozo que siempre nos atiende llega a recoger el menú pero no nos pide la orden, siempre pedimos lo mismo así que él ya no pregunta.

- Me llamó Melanie. – suelto de golpe y Aaron abre la boca ligeramente.
- ¿Cuánto ha pasado desde la última vez? – pregunta sorprendido. – Ha sido como un año, ¿no? – asiento. - ¿Qué dijo?
- Nada, solo quería saber cómo estaba.
- ¿Algo sobre Matthew? – detesto que en este año me haya conocido más a fondo. – Lo sabía, ¿qué dijo?
- Nada que no esperara. – me encojo de hombros al mismo tiempo que él niega con la cabeza. – Resulta que se lamenta cada día por lo que hizo.
- ¿Hablaste con él?
- No, ni en sueños, pero es lo que dice Melanie. – Aaron frunce los labios. – No puedo creer que ella quiera que su primo y yo volvamos a ser amigos cuando sabe que no pienso volver a hablarle nunca más en mi vida.
- Entonces dejemos de hablar de él. – sugiere y la idea me parece estupenda. - ¿Quieres ir a caminar esta tarde? Necesito relajarme un poco.

Conversar con Aaron me hace bien y comienzo a pensar en por qué no fui su amiga antes. Claro, pero ¿cómo podía pensar en alguien más cuando todo el día lo pasaba al lado de Matthew? Tal vez estar lejos de él un tiempo haya sido bueno después de todo.
Al menos tengo a Aaron conmigo para sobrevivir a la nueva y loca vida que llevamos aquí en Londres.

- Odio los comerciales. – se queja Aaron mientras vemos el televisor de la cafetería. – Le quitan la emoción a los programas.
- Lo sé y aquí pasan demasiados.
- Ni lo menciones, es tan aburrido.
- Es muy cierto, es como si...

Y luego olvido lo que iba a decir cuando escucho su nombre.

Nenas hermosas, gracias a todas las que están leyendo!
Falta muuuucho drama por contar,más que estén listas.
Me gustaría escuchar sus opiniones, así que sientan se libres de dejarlas en los comentarios,
Las amo!

Cuando te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora