Capítulo cuarenta.

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Sucede el sábado por la tarde, cinco horas después de que yo entrara a ver a Matthew. De un momento a otro, su corazón se detiene y, a pesar de los intentos de los doctores, M no regresa con nosotros.

La sala de espera se viste de luto y, a pesar de que todos llevamos puesta ropa de colores, nuestros rostros y nuestro llanto evidencian nuestro dolor.

Matthew se fue.

Los preparativos para el funeral comienzan horas después de que nos enteremos de la terrible noticia y pronto, todos comenzamos a movilizarnos para cumplir con una tarea diferente. La mía es ir a casa de M y ayudar a su madre en todo lo que necesite.

Apoyo a la mujer que por mucho tiempo cuidó de mí y se preocupó por mi relación con Matthew, le limpio el rostro, peino su cabello y la animo a tomar un baño largo para que se despeje un poco. Es en ese momento en el que salgo de su habitación y me dirijo a la de Matthew.

Me siento en la cama, en el mismo lugar en el que me senté durante todo el tiempo que me quedé con ellos, y cierro los ojos cuando percibo el aroma que las sábanas y las almohadas expiden.

Es su aroma.

Los recuerdos comienzan a amontonarse en mi cabeza y se reproducen como una película en mi cabeza. Recuerdo cuando pasábamos las tardes viendo películas de Tom Cruise, cuando le ayudaba a comer, cuando me paraba a su lado mientras le hacían las terapias y cuando me pidió despedirme con un último beso en los labios. Así es como mi mente intenta comenzar a procesar la cruda realidad: él ya no volverá jamás y las imágenes que están en mi cabeza solo serán un recuerdo.

Pronto, las lágrimas comienzan a brotar y debo cubrir mi rostro con una almohada para que no se escuchen mis sollozos.

Se lo dije cuando entré a verlo: no estoy preparada para vivir en un mundo sin Matthew Espinosa.


- Estoy segura que no le gustaría verte así. - escucho a alguien decir desde la puerta de la habitación y me incorporo en la cama al instante.


Me vuelvo hacia la persona y trago saliva cuando veo el cabello rubio y los ojos claros que caracterizan a la madre de Matthew. No la esperaba ver aquí, ella debería estar tomando un baño.


- Disculpa, no quería... - comienzo a balbucear y ella niega con la cabeza mientras se acerca a mí. - Es solo que... Durante las dos semanas que estuve aquí, acumulé una gran cantidad de recuerdos y ahora...

- Ahora se quedarán en tu memoria como algo especial que compartiste con la persona que amaste. - eso me quiebra nuevamente y comienzo a llorar como una niña chiquita. La madre de M se sienta junto a mi y me atrae a su pecho con suavidad, tal y como hizo muchas veces cuando era una adolescente. - Está bien, está bien llorar. Yo también lo hice, mi esposo lo hizo, tus padres lo hicieron, todos lo hemos hecho. Lo extrañamos, lo extrañaremos siempre, pero él no querría que sufrieramos permanentemente.

- ¿Qué se supone que haga ahora? - le pregunto, todavía descansando en su pecho. - ¿Qué va a pasar?

- Seguirás con tu vida, Summer, tal y como lo estabas haciendo. - responde dulcemente. - Llegarás a ser una gran diseñadora, encontrarás a alguien que te ame y formarás una preciosa familia. Llegarás a lugares que no puedes ni imaginar y harás justamente lo que Matthew quería que hicieras: ser feliz.

- Lo dejé, lo rechacé y lo alejé de mí. - le recuerdo, sintiendome como la peor persona sobre el planeta Tierra.

- Pero él te amaba a pesar de todo. - afirma con tanta seguridad que solo me da a entender una cosa: Matthew se lo dijo. - Él esperaba que pudiesen volver a estar juntos, es más, él sabía que lograría volver a tu lado. Él quería ser tu compañero de por vida, mi pequeña Summer, pero la vida no se lo permitió.

- La vida es muy injusta.

- No, cariño, la vida sabe por qué nos da y nos quita. - me corrige y comienza a acariciar mi cabeza. - Cuando Matthew supo que estaba enfermo, entendió una cosa: si no era él quien te hiciera feliz, habría alguien más que lo lograría. Para él dejó de importar si tu volvias a su lado, él solo quería que llegaras a cumplir todos los planes que habían hecho juntos. ¿Sabes por qué?

- Porque me amaba. - respondo, recordando todas las cosas que él me decia. - Porque nunca dejó de hacerlo.

- Siempre fuiste y serás su único amor, cariño. - me dice dulcemente y eso me hace darme cuenta de una gran verdad.

- Él siempre será mi más grande amor. - afirmo. - Matthew Espinosa siempre estará en mi corazón.

- Ahora tienes un ángel que te cuida, Summer.

- Ambas tenemos un ángel. - la abrazo una vez más y me alejo un poco para secar mis lágrimas. - Él siempre estará con nosotras, ¿verdad?

- Claro que sí, pequeña.


Mientras veo a la madre de Matthew salir de la habitación para ir a cambiarse, siento un peso menos encima, siento que, de alguna forma, él me ha hablado a través de su madre.

Matthew Espinosa me dio el verano en medio del invierno más frío. Matthew me dio alegría, tristeza, recuerdos, problemas, altos y bajos, pero, sobretodo, me demostró lo que era amar de verdad.

Tal vez cometió errores y nos separamos, pero volvió a mí. Intentó luchar, a pesar de que yo ya había dado todo por terminado. Aún en los últimos momentos de su vida, siempre me hizo sentir especial, amada e importante. Él solo quería que fuese feliz, él solo quería que, luego de haber causado tantos problemas, las cosas pudiesen tomar un rumbo distinto en mi vida.

Pero darme cuenta de todo esto ahora es tarde. A pesar de que deseo con todo el corazón poder volver al inicio y revivir cada uno de los momento con él, no es posible.

Matthew me amó como toda mujer desea ser amada y por eso, lo único que puedo hacer es estarle siempre agradecida.








Y ha llegado el final, nenas lindas. Lamento que sea tan triste, de hecho, es la primera vez que escribo algo así. Espero que no me odien mucho.

Me gustaría leer sus opiniones, qué sintieron y qué piensan que pasará luego de la muerte de Matthew.

Les mando mil besos y les doy gracias por leer cada uno de mis capitulos.

Cuando te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora