Capítulo seis.

912 58 2
                                    

- Hay algo más. – murmuro mientras Leela y yo tomamos café en la barra de mi pequeña cocina.
- ¿Qué pasó? – pregunta, en su voz se siente claramente la preocupación.
- El apartamento.
- ¿Problemas con el arrendatario? – asiento un par de veces, clavando la vista en el fondo de mi taza. - ¿Cuánto?
- Solo un pago, pero a duras penas consigo mantenerme a flote con lo de mis padres. – le confío mi problema porque ella ha demostrado ser una persona serena ante la tempestad y es lo que necesito en este momento. – Necesito un trabajo, Lee.
- Buscaremos uno lo más pronto posible, cariño, me tienes aquí para ti. – sujeta mi mano con fuerza y me dedica una de esas sonrisas que te hacen pensar que todo se solucionará con el tronar de los dedos. – Vas a salir de esta.
- Eso espero. – le respondo en un suspiro.

Entre clases y mientras comemos, Lee me desliza recortes del periódico con los anuncios de trabajo de medio tiempo que no necesiten de mucha experiencia. El problema es que no todos se ajustan a mis horarios de estudio y los que sí, tienen una paga menor a la que espero.

Mi arrendatario me ha dado hasta fin de mes para cancelar mi deuda y siento que tengo una soga en el cuello.

- Creo que tendré que aceptar dos empleos. – le comento a Lee un viernes mientras tomamos nuestro café matutino cerca de la universidad. – No sé cómo, mucho menos en qué tiempo, pero tendré que hacerlo.
- Cariño, a penas y respiras, no creo que dos empleos sean lo que necesitas.
- No, Lee, los necesito. – le contradigo, apretando mi taza para que mis manos se calienten. – No quiero preocupar a mis padres, mucho menos a Aaron. Voy a ser camarera en las tardes y cuidaré niños los fines de semana.
- ¿Enserio necesitas esto ahora? – me quedo callada. Tiene razón, pero no veo otra salida. - Estás demasiado estresada con la universidad y tus clases avanzadas, no creo que lo necesites.
- Lee...
- Cariño, ¿cuál de las dos es la que está trabajando en este momento? – ruedo los ojos. – Sí, exacto, yo. Creeme, no necesitas esta carga.

Leela vive sola desde los 18 años y ha trabajado desde los 16. Nunca conoció a su padre y su madre con dificultad trataba de mantener a mi amiga y a su hermana. Ella, definitivamente, no tuvo una vida sencilla, pero la diferencia es que Leela está ya acostumbrada a trabajar y estudiar al mismo tiempo. Yo he hecho pequeños trabajos durante el verano, mientras que ella tiene un trabajo estable como vendedora en Pretty Ladies, una de las tiendas más grandes de ropa en Inglaterra.

- ¿Qué se supone que haga? Voy a perder el apartamento si no pago. – esta vez es ella quien se queda en silencio, pero con la mirada clavada en mis ojos.
- Tengo una idea. – dice, antes de darle otro sorbo a su café. – Podemos irnos a vivir juntas a un nuevo apartamento. Pagar la renta será más sencillo si nos esforzamos las dos.
- ¿Me estás hablando enserio? – parpadeo un par de veces. No puedo creerlo.
- No bromeo, Summer. – ríe suavemente, dejando su taza encima de la mesa. – Mi empleo es grandioso y me pagan muy bien, lo sabes, pero mi arrendatario es un estafador con el tremendo precio que me impone por un lugar tan pequeño. Creo que podríamos ir a un mejor lugar juntas.
- ¿Estás segura de esto? – una vez que nos mudemos juntas, no hay marcha atrás.
- Claro. – responde con una sonrisa sincera y todo mi cuerpo se relaja por unos segundos. – Buscaremos un nuevo lugar y, como yo pagaré la mitad de la renta, no tendrás que tomar dos empleos.
- Eres la mejor. – la abrazo fuertemente. Me ha salvado. – Entonces, ¿niños o camarera?
- En el que te sientas mejor, Summer, tiene que gustarte tu trabajo o será una tortura.
Supongo que pueda ir a una entrevista con alguna familia y ver qué tal me va.
- Esa es la actitud, cariño. – me anima Lee, rodeándome con el brazo. – Pero hablaremos de eso luego, ahora tenemos que correr a la primera clase.

Durante el transcurso del día, me doy cuenta de que no he hablado de esto con Aaron. De hecho, no he hablado con él desde la semana pasada.

Tal vez debería llamarle solo para comentárselo y asegurarme de que sigue vivo. 

- ¿Hola? – pregunta Aaron desde el otro lado de la línea.
- Hey, tú. – saludo, sentándome en una de las bancas del parque mientras siento la brisa de la tarde en mi rostro. - ¿Cómo estás?
- ¡Summer! – exclama con evidente emoción. – Estoy cerca de tu casa, ¿tienes tiempo?

Tengo que presentar un trabajo mañana y todavía me falta agregarle algunos detalles, pero es Aaron y enserio quiero tener su compañía esta tarde.

- Estoy en el parque, ven aquí y vamos por algo de comer.
- Perfecto. Llego en 10 minutos.

A penas finaliza la llamada, me llega un mensaje de Lee.

Seguramente es algo del apartamento, así que me apresuro a abrirlo. Pero en cuanto leo las primeras palabras, me doy cuenta que debí borrar el mensaje en cuanto lo recibí.


Nenas, nuevo capítulo! Perdonen por no actualizar, pero eso no quiere decir que no las ame y no lea sus comentarios!

Se que me andan pidiendo acción, pero todo esto del trabajo va a servir para que entiendan un poco lo que pasará! Así que estén listas porque se viene lo bueno!

Un beso para todas!

Cuando te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora