Cuando te vuelva a ver

Capítulo quince.

Abro  los ojos y me alarmo cuando veo que no estoy en mi habitación. Parpadeo varias veces para que mis ojos enfoquen todo a mi alrededor, y sólo entonces recuerdo que  estoy en un tren.

- Faltan 20 minutos más para que lleguemos a Manchester. - escucho que Matthew me dice y es así como me doy cuenta que estoy acurrucada entre sus brazos. 

Intento moverme para volver a mi asiento, pero Matthew no me lo permite y me aprieta más contra su cuerpo. 

Bueno, si ya estoy cometiendo la locura más grande del mundo al estar viajando con él, ¿qué diferencia haría si me quedo recostada en su pecho? 

- ¿Ya has ido a Manchester? - asiento, volviéndome hacia mi ventana. - Hace un año estuve allá.

- Lo sé. 

- ¿Lo sabías?

- Todo Inglaterra se enteró, Matthew. - bromeo, intentando reír un poco.

- ¿Temías que nos encontráramos? - me interroga, haciendo que mi cabeza gire hacia él  con sus dedos. - ¿Temías verme? 

- Estaba muy dañada.

- ¿Y ahora? 

- Me he dado cuenta de que nunca lo podré superar si continuo huyendo de ti. - noto que traga saliva cuando termino de hablar y su mano toma la mía casi temblando. 

- ¿Quieres  superarme? 

- Eso se supone que la gente hace cuando terminan una relación. 

- No nosotros, Summer. 

- ¿Por qué tienes la repentina necesidad de recordarme todo el tiempo que debíamos estar juntos? 

- Porque lo creía, lo creo y lo seguiré creyendo. - responde seguro de cada palabra que pronuncia. - La pregunta es: ¿qué crees tú?

Es una pregunta muy buena: ¿qué creo? 

¿Siquiera puedo confiar en mis pensamientos ahora? 

Matthew me hizo mucho daño, pero también me dio muchas alegrías. ¿Los momentos felices son suficientes para poder perdonarle el hecho de dejarme en segundo plano a la primera llamada de la fama? 

- Estoy tratando de resolverlo. - admito ante su mirada preocupada. - Hay muchas cosas en mi cabeza. 

- ¿Me llegaste a odiar?

Cielos, Matthew Espinosa, ¿podrías dejar de hacerme preguntas tan fuertes? 

- Llegue a odiar lo que me hiciste y en lo que me convertí. 

- ¿En lo que te convertiste? 

- Una chica débil, dañada, herida, sin esperanza. - respondo, soltando con dolor cada palabra. - Sé que odias a Aaron, pero creo que deberías agradecerle porque no hubo un solo día en el que no intentara ayudarme. 

- ¿Lo logró? 

- Claro que sí, de otra forma no estaría en este tren contigo. - respondo, notando como lo daña cada cosa que digo. - La Summer que ves frente a ti tuvo que pasar por un largo proceso de recuperación, pero sobreviví a cada golpe y ahora estoy de pie. - me detengo por unos segundos, pensando en lo siguiente que diré. Si de algo estoy segura es de la respuesta a una de sus preguntas. - Me preguntaste si te odiaba y, a pesar de que tenía mil y un razones para hacerlo, no pude.

- Pero tampoco me amas. 

- Creo que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que me pregunte eso. 

- Esta bien, yo lo entiendo. - en cuanto sus brillantes ojos se alejan de mi mirada, me siento perdida.

- ¿Tú sí lo has pensando?