¿Por qué te fuiste?
Ya no me veo reflejada en ojos café como los tuyos. Me has enseñado a que no me guste ninguna mirada si no es la tuya.
¿Por qué? Si decidiste perderme a mí antes que a tu orgullo.
Yo te prometí que me caería contigo para levantarte conmigo, ¿Por qué? No lo sé. Preguntaselo a tu droga, que la tienes en los ojos. A tu piel, o a ti.
La respuesta la tienes tú, no yo.
Lo raro es que cuento las horas para vernos de nuevo.
Todo porque me dijiste 'hasta luego' y no 'adiós'.
Si me hubieras dicho esto último, me habría olvidado completamente. Pero no, decidiste que me comiera la cabeza con tus palabras imprudentes.
¿Por qué?
Atentamente, Vanesa.
Era otoño cuando me dispuse a mandar esa carta después de tanto tiempo recapacitando.
No me preguntéis por qué, leer la historia y lo sabréis.