Chica "moco" {Cap.22}

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*Continua el Flash Back*

Me levanté cansada y empecé a caminar lejos de allí cuando unas manos agarraron mi cintura y me atraparon tirando de mi hacia atrás. Casi pego un grito pero aquella persona colocó una de sus manos en mi boca impidiendomelo.

-Cálla, por favor.. -Escuché su voz y me paralicé dejando de moverme y quedando como una estátua. -Gracias. -Le oí suspirar.

-¿Qué pasa contigo? -Dije girandome y mirandolo apenada.

-Tan solo..

-No hacen gracia tus bromas. Ya te puedes ir. -Dije alejandome del árbol en el que me había escondido.

-No. Ven aquí. -Repitió él tirando de mi mano. Sentí una corriente eléctrica pasar por mi cuerpo cuando agarró mi mano. -Solo te quería pedir disculpas por..

-Olvídalo. Lo de las gafas es lo de menos. -Dije moviendo mis manos nerviosa.

-No solo eso. Bueno, ya sabes que mis amigos son algo..

-Idiotas. -Reí- Creo haber tenido un dejavú ahora mismo. -Dije arrugando mi nariz. Él me sonrio.

-Bueno, dejémoslo en un pequeño problema mental. -Dijo con una sonrísa torcída.

-Bueno, ¿Qué querías? -Dije mirando mi reloj y viendo lo tarde que iba.

-Pues..

-LOUIS, ¿DÓNDE ESTÁS? -Gritó Lerman, uno de los chicos en el grupo de Louis.

-Joder.. -Bufó. Giró su cabeza hacia todos lados, me miró unos segundos a los labios y me dió un pequeño beso en la frente dejandome confusa. -Hablamos luego.

-Em.. ¿Vale? -Dije viendo como se iba. Fruncí el ceño y fuí a casa con ese beso aún en mente.

*Fin Flash Back*

Recuerdo la bronca que me echó mi madre por llegar tarde aquel día y como mi cabeza estuvo semanas rememorando el tacto suave de sus labios en mi frente. Estaba completamente loca.

Volviendo a la realidad, Louis empezaba a despertarse poco a poco mientras yo lo miraba recordandolo de joven. Antes, cuando iba con el horrible uniforme del instituto nisiquiera se le veían unos musculos o algo que lo distinguiese de los demás. Pero ahora, cuando se le quedaba mirando, por ejemplo sus brazos, se marcaban sus biceps y demás. Su cara ahora era más adulta, claro está, había crecido mucho durante esos años; su mentón ahora era más alto, sus ojos algo más luminosos y habían rasgos de madurez que antes, claramente, no se encontraban por ninguna parte. Por lo que había visto esa tarde seguía siendo tan alegre como antes: siempre con una sonrisa.

-¿Louis? -Pregunté tímida sentada a su lado con las piernas cruzadas.

-Mm.. -Lo noté temblar, supongo que tendría frío así que le coloqué la manta, que tenía yo encima antes, hasta los hombros. Reposé mi cabeza sobre su hombro. Quizás había preferido seguir con su sueño antes de despertarse y ver mi horrible cara de recien levantada.. Mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta que me rendí de nuevo al peso de mi cuerpo y terminé dormida acurrucada a su cintura.

Al despertarme estaba en una cama. No recordaba la habitación, más bien dicho, nunca había entrado a esa habitación.

-Buenos días. -Dijo alguien con voz ronca entrando por la puerta. Sus cabellos estaban despeinados y colocados de manera graciosa mientras parecía haber terminado de mojarse la cara.

-Buenos días. -Respondí sobando mi cabello.

-Está mañana te traje aquí, no sé si te molestan tantos posters o la ropa tirada, soy un desastre. -Dijo rascando su nuca algo preocupado. Levanté la mirada y vi un escritorio lleno de papeles, fotos, etc.. Y por la paredes todo de posters de grupos de música y dibujos hechos, supongo, que por sus hermanas.

-No, tranquilo, mi habitación está así o peor. -Dije sobando mis ojos. Él dejó escapar una risita y yo me sonrojé de inmediato. De nuevo, esos dinosaurios, que ahora parecían velociraptors en plena carrera, aparecieron moviendose de un lado a otro en mi estómago.

-Voy a ducharme, si necesitas algo puedes llamar a mi madre, está abajo con las chicas. -Dijo con un tono que no supe descifrar.

-Vale. -Levanté el pulgar cerca de mi cara y él salió por la puerta. Solté el aire que había estado conteniendo y me levanté poco a poco sintiendome débil. Supongo que tendría que bajar para saludar así que, bostezando, golpeandome contra todo lo que de ponía a mi paso y con la cabeza dando vueltas, bajé las escaleras sin saber como y llegué al salón.

-Buenos días. -Dije. Todos, o más bien: "Todas" en la sala giraron su cabeza para verme arrastrando mis pies por el suelo y embuelta en una pequeña mantita.

-¿Qué tal tu noche? -Preguntó Jay acercandose para tocar mi frente.

-Supongo que bien. -Susurré.

-Tengo buenas noticias. -Dijo ella. La miré con confusión y siguió:

-He estado mirando por internet y le he preguntado a mi doctor. Dice que estos bajones pueden ser debido al estrés, el nerviosismo, algún esfuerzo físico o psicológico y bajadas de azúcar. -Me dijo. -En todo caso, tienes que relajarte, tomartelo con calma y olvidarte de las preocupaciones. Si no te había pasado nunca esto no creo que sea una bajada de azúcar pero, por si acaso, tomate este poco de agua con miel. -Miré el vaso con algo de asco. -Por tu salud. -Dijo. La miré y tragué de ese líquido dulce y empalagoso de golpe para no sentir el sabor, aún que mi método no funcionó del todo fue más llevadero.

-¿Terminaste? -Asentí con la cabeza.

-También hay que tomar muchos líquidos. -Dijo aquella amable señora ofreciendome agua.

-Acabo de beberme eso. -Dije señalando el vaso con miel.

-Ya sé, pero esto es bueno, vamos. -Por más que Jay me animase no me cabía un litro más en el estómago. ¡Aquella señora era como mi mamá!

.................

¡Gracias por la espera! He estado con exámenes por aquí y por allá, en realidad aún me quedan pero bueno, he buscado un rato libre. :) Gracias también por vuestros comentarios, sois un amor

Chica moco [Louis Tomlinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora