Capítulo 9

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El cuchillo se clavo más en la piel de la Señorita Steele. El asqueroso aliento de ese tipo, le penetró la piel.

- Déjame ir Phil y aquí no habrá pasado nada. - La voz de Ana salió tranquila y serena.

Este rió, giró a Ana para verle la cara, quería verla asustada, quería que le súplicase que la dejase ir, pero Anastasia no mostró signos de miedo, estaba relajada, sabía que el estúpido de Phil no podría hacer mucha cosa.

- No entiendes Anastasia, quiero que seas mía. Ahora. Tú y yo. - El olor alcohol chocó contra la cara de Ana.

- Déjame ir ahora mismo Phil. - Este clavó más el cuchillo y ahora si que le estaba haciendo daño.

- ¡No! ¿¡Acaso no entiendes!? Vamos.

La arrastró por los pelos unos metros, hasta que esté se paró. Por los gritos que daba la soldado Steele.

- ¡Cállate perra! - Estaban bastante alejados de las cabañas donde dormían el resto de sus compañeros entre otros.

Ana no aguanto más la situación. Le piso el pie al Soldado, haciendo que este se refuerza por el dolor, dándole a Anastasia el tiempo suficiente como para quitarle el cuchillo y tirarlo lejos. Le dió un puñetazo en la cara haciendo que este se caiga al suelo y cuando también le iba a dar una patada, Phil se las ingenió en cogerle de la pierna y hacerla caer.

Rápidamente Phil se puso encima de Anastasia, con la cadera le retenía las piernas y con una mano le sujetaba las manos.

- Eres dura, nena. Pero yo más. - Dijo escupiendo las palabras.

Le rompió la camiseta dejándo ver el sujetador negro que llevaba. Una silenciosa lágrima se deslizó por la cara de la Señorita Steele.

- No lo hagas Phil, no hagas algo de lo que después te puedas arrepentir.

- Yo solo me arrepiento de haver-me enamorado de ti, y que tu no me correspondas.

Phil, se lanzó a sus labios, probando lo que cada noche deseaba. Ana se quedo ahí tiesa y solo esperaba que alguien pasase y viese lo que ocurría...

Phil fue bajando hasta su cuello, con una mano manoseaba las tetas de Anastasia. Y este gesto hizo que la presión que hacia el soldado encima de ella disminuyera. Ana no dudó y lo empujo con toda su fuerza. Este rodó hacia el otro lado, maldiciendo a la Señorita Steele.

- ¡Quieta zorra! - Gritó.

Ana hizo con Phil, lo que cada tarde le enseño su padre en el jardín de su casa. Su padre el señor Ray Steele, como buen Marine que era, le enseño defensa personal entre muchas cosas más.

- No te vuelvas a meter conmigo y con ningúna otra mujer. - Siseó entre dientes.

Al girarse, lo primero que vió fue unos ojos grises llenos de temor.

- Ana... - Las palabras quedarón en el aire. Se miraron entre los dos.

Christian vió a Phil en el suelo y Anastasia con la camisa rota.

- Hola... - Dijo Ana y le regaló una tímida sonrísa.

Christian no lo pudo resistir más y se tiró a sus brazos, aplastandola un poco.

- ¿Estas bien? ¿Que te hizo ese malnacido? juro que le mataré...

- Ey... Tranquilo, creo que más muerto no puede estar más. - Ambos rieron un poco, porque Phil si que quedó, verdaderamente mal. - Estoy bien, Christian antes, yo... He actuado como una estúpida. Lo siento.

La amo, SoldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora