Capítulo 13

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- ¡Ana! - Gritó Kate. Se abalanzó hacia ella y la abrazó.

- Kate, cuidado con la pierna. - Dijo Carla Steele.

La hermana de Ana llevaba una escayola en la pierna derecha, que le llegaba hasta la rodilla.

- Te he echado tanto de menos... Dijiste que vendrías a visitarme. - Dijo Anastasia.

Las hermanas se sentarón en el sofá de casa y se pusieron a hablar de mil y una cosas. Habían pasado tres meses que no se veían y se habían echado mucho de menos. Kate le contó todo sobre Elliot Grey, pero Ana no le dió importancia el apellido. 

Por otro lado Ana se guardó el detalle de su relación con su Sargento. No estaba preparada para decirle a su hermana, no es que no confiará en ella, pero no estaba segura de decirle, prefería mantenerlo en secreto y de esta manera le parecía que su relación era más intensa, aunque si le dieran a escoger gritaría a todo el mundo que estaba enamorada de Christian Grey.

- Y... ¿Había chicos guapos?  - Ana se sonrojo, sólo había uno que era guapo y es mi instructor.

- Bueno, no te creas... Guapo, guapo lo que se dice guapo, no habían muchos, y los que eran guapos guapos, eran, bueno son, unos machistas de mierda e idiotas.

- Entonces has de conocer a mi Elliot... Él es tan guapo y sabes que su familia también está en esto del ejercitó y todo eso, pero no le gusta como a mí, tenemos tanto en común. Y sabes su padre conoce al nuestro... - Kate no pudo acabar de contarle, porque un ruido las interrumpió.

- Ana - Susurró esa persona que estuvo enamorado de Ana desde que la vio.





Christian se comenzó a reír, se reía y se reía como si lo que tuviese adelante fuese lo más gracioso del mundo.

Sin parará de reír Christian se acercó al armario donde tenía un par de mantas, sacó una y se la lanzó.

- Anda, Elena cubrete y  vete, no sea que caigas más bajo.

- Christian tú no lo entiendes, necesito el dinero. El banco no me lo quiere dar, tu eres el único que me queda.

- Y se nota, tu, la que me dejó por alguien más rico y más joven, ¿Me vienes a pedir dinero a mi? Déjate de humillarte y si estabas dispuesta a tener sexo conmigo para conseguir dinero, estoy seguro que no te costará nada ofrecerte a otro, ahora deja de hacerme perder el tiempo contigo y lárgate de mi casa.

Elena furiosa como ella sólo, se puso la gabardina y con la poca dignidad que le quedaba se fue echando humos por las orejas.

Christian negaba la cabeza divertido, sin duda esa señora se iba a dedicar a la prostitución. Ya sin nadie que le molestase se desvistió y fue directamente a la ducha. El agua caliente recorrió su cuerpo. Despejó su mente y olvidó lo d Elena, se concentró en su amada, Anastasia. Se preguntó como sería darse una ducha caliente con ella... Y esas navidades, tenía como objetivo hacer de Ana suya. Con todo el amor él podía darle.





- Que oportuno que eres... - Dijo Kate molesta.

Quería pasar tiempo con su hermana, a solas. Y ahora su amiguito le iba quitar tiempo.

- ¡José! - Ana se levantó y lo abrazó.

- Pequeña... - Dijo él, cerró los ojos y saboreó el momento de tener a Anastasia entre sus brazos.

- ¡Cuanto tiempo! No nos vemos desde... Creo que desde que me fui... - La soldado quiso soltarse del fuerte abrazo que se dieron, pero José aún no estaba dispuesto a soltarla.

La amo, SoldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora